domingo, 31 de enero de 2010

Coruña


Castillo de Santa Cruz.
¡Va por vosotros, José Ángel y Mimi!
Plumilla tinta china sepia sobre papel.
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Sueños de mar VIII

DERECHO

Los sueños de mar proclaman,
su derecho a ser soñados,
por los recios marineros,
por los barquitos varados,
por la gráciles gaviotas,
por los patrones de barcos,
por el sol y por la luna,
por Neptuno y sus vasallos,
por las bellas caracolas,
por los corales granados,
por las brisas, por los vientos,
por los peces no pescados,
por el cielo, por las nubes,
por el farero del faro
y por todos los que ven,
al mar, como gran hermano.

Los sueños del mar son hijos,
de los soñadores natos,
de aquellos que, a todas horas,
sueñan, cantan sus encantos,
con palabras encendidas,
con versos de enamorados.

sábado, 30 de enero de 2010

Retrato


Alejandra, segunda nieta, con ella alcancé el "doctorado" en "abuelo".
Lápiz de color sobre papel.
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Sueños de mar VII

CALMA EFÍMERA

El mar, harto de ser ola,
quiso ser quietud, remanso,
vistiose de calma chicha,
logró soñado descanso.
Sus aguas, celeste alfombra,
tapiz nunca imaginado,
lograron sacra quietud,
reposar inmaculado,
solamente en su orillar
dibujó silentes pasos,
nimias idas y venidas,
pequeños aldabonazos.
Se ahuyentaron las mareas,
henchidas de grandes fiascos,
su orillar quedó inmóvil,
dejó a los vientos, pasmados,
a la luna, sorprendida,
al sol, desilusionado.

La calma, bien poco dura,
los vientos se han sublevado,
el motín levanta presto
oleaje desmadrado;
el mar se rompe en la orilla,
como lo hiciera hace un rato;
las mareas van y vienen,
todos tocan arrebato.
¡Aleluyas, aleluyas!
claman gaviotas y albatros,
¡Aleluyas, aleluyas!
Todo fue sueño, soñado.

viernes, 29 de enero de 2010

Retrato


Martina, querida criatura que me graduó en jubiloso "abuelo".
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Sueños de mar VI

MIEDOS

Entre mis sueños de mar,
uno me quitaba el sueño,
aquel que, una noche aciaga,
se inventó unos torvos miedos,
miedos de grandes hechuras,
terror de infernales miedos.

El mar, talismán soñado,
musa de mis locos versos,
inspirador alocado,
de estos caóticos sueños,
abrió, en póstuma verdad,
sus fauces de dragón fiero,
y, en un breve santiamén,
quiso beberse, certero,
sus orillares marinos,
con todo lo habido dentro,
los paisajes más cercanos
y la historia de unos pueblos.

El mar, santuario sagrado,
millonario de romeros,
peregrinos de agua y sal,
en los tiempos veraniegos,
se olvidó de los humanos,
de sus obras, de sus techos,
se vistió de poderoso,
de esos que siempre dan miedo,
y sacó de sus entrañas
fiero oleaje de acero,
montaña de maligna agua,
horda, mortífero ejército,
y se arrogó sobrenombre
de maremoto cruento,
de asalvajado señor,
de despreciable elemento.

Los sueños son de mentira,
son de niebla y humo viejo,
pero tienen sus imágenes,
colores de verdadero,
por ello, quiero borrar,
de mi terco pensamiento,
este sueños de la mar,
que a mí, me quitaba el sueño.

jueves, 28 de enero de 2010

La partida


Boceto a témpera sobre cartulina negra de un posterior óleo.
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Sueños de mar V

A Currita, afortunada poseedora de una gran alma marinera.

GAVIOTA

Sueña la blanca gaviota,
con su mar, vida y sustento,
con su cambiante orillar,
con sus aires, siempre frescos.

Sueña y sueña la gaviota,
maldición de sueño negro,
sueña la blanca gaviota,
horas de ingrato destierro.

Un bañista sin escrúpulos,
un sumiso marinero,
un constructor insaciable,
un político de enredos,
están esquilmando el mar,
dejándolo podrido y huero.

Sueña y sueña la gaviota,
maldición de sueño negro,
sueña la blanca gaviota,
horas de ingrato destierro.

Un hombre de nuevos modos,
especulador siniestro,
un poderoso señor,
caballero Don Dinero,
están matando la mar,
acabando con sus sueños.

Sueña y sueña la gaviota,
maldición de sueño negro,
sueña la blanca gaviota,
horas de ingrato destierro.

miércoles, 27 de enero de 2010

Sevilla



Palacio de San Telmo.
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Sueños de mar IV

LORQUIANO

En una esquina del mar,
donde las olas se acunan,
un joven marinerito,
moreno de verde luna,
soñaba vedado sueño,
sueño de salina espuma,
inventado en tercia hora,
por una esquiva Fortuna,
diosa de las veleidades
y de las dichas oscuras.

El joven marinerito,
lorquiana estampa moruna,
sobre su frágil barquilla,
olvidó recia cordura,
y se dejó arrebatar
por una grácil locura,
hija de imposible sueño,
madre de fiera tortura.

Una soñada sirena,
donde se duerme la luna,
lo llamó con insistencia,
con voz de clara ternura,
miradas de amor sincero,
sonrisas de risa pura,
y el joven marinerito,
cegado por la hermosura
de aquella tierna llamada,
despreció temor y dudas,
arrojándose a la mar,
su soñada sepultura.

martes, 26 de enero de 2010

Anunciación


Boceto de una "Anunciación".
Témpera sobre cartulina negra.
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Sueños de mar III

EL SOL

El sol penetró a la mar,
como señor de los cielos,
dejando, sobre su rostro,
millones de albos destellos,
brillos de haceres diurnos,
hijos brillantes e inquietos,
envueltos en sal marina,
paridos en fugaz sueño.

El sol penetró a la mar,
con finos rayos de fuego,
grabando en su superficie,
miles de soles pequeños,
bañistas de horas tempranas,
floresta de húmedo suelo,
inalcanzables pavesas,
en horas de encantamiento.

El sol penetro a la mar,
sin escuchar sus lamentos,
sembrando sobre su piel,
esperma de brillo eterno,
luces de grata presencia,
esencia de amores viejos,
chispas de vida soñada,
en sueños de nuevos versos.

lunes, 25 de enero de 2010

Caricatura XI


Clim joven.
Témpera sobre papel.
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Sueños de mar II

NIEBLA

Contemplando vieja mar,
se nublaron mis sentidos,
las luces de mi saber,
sufrieron craso vahído
y mi razón, engañada,
buscó cobijo y abrigo,
a la sombra de sus miedos,
en templo desconocido,
abarrotado de sueños,
y de cosas sin sentido.

En el tiempo que viví,
en la niebla, sumergido,
contemplé mil maravillas,
mil insólitos caprichos,
la magia que vive oculta
en los corales marinos,
en los fondos de los mares,
en los islotes perdidos,
en las cálidas corrientes,
en submarinos castillos.

El tiempo que me bebí,
me supo a néctar bendito,
cada trago, cada sorbo,
embriagaban mis sentidos,
enajenaban mi mente,
me acercaban a aquel niño,
que nació junto a la mar,
que soñó con ser marino,
que se perdió en un poema,
que nunca soñó ser escrito.

domingo, 24 de enero de 2010

Sevilla



Barrio de Santa Cruz.
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Sueños de mar I

El mar, o la mar, experto en despertar nostalgias en los que nacimos y nos criamos a su lado y que, en la actualidad, padecemos lejanía de él, periódicamente, en desajustado, imprevisto y caprichoso calendario temporal, nos demanda que lo recordemos, que le dediquemos pensamientos y palabras, para evitar olvidos.

Hoy iniciamos, en esta ventana nuestra, ensoñación poética dedicada al mar, como necesario bálsamo contra la añoranza.

VUELVO

Vuelvo con el alma limpia,
lavada en un mar sureño,
de orillares muy tranquilos
y de oleajes serenos,
vengo con la mente abierta,
con los ojos bien despiertos,
repleto de sal marina
y aromas de frescos vientos.

Vuelvo de la mar tranquila,
cargado de nuevos versos,
escritos sobre la mar,
que vive en mi pensamiento,
vengo ebrio de poemas,
encontrados en los cielos,
como gaviotas perdidas,
ansiosas de nuevos vuelos.

Vuelvo de la mar dolida,
cancionero de lamentos,
la culpa la tiene el hombre,
el mayor de sus tormentos,
vengo de la mar llorosa,
con su tristeza en mis dedos,
por el daño, por los males
que le estamos produciendo.

Vuelvo de la mar, amiga,
vengo más viejo y más nuevo.
vuelvo de la mar, hermano,
con lo malo y con lo bueno,
con mil suspiros de agua,
con unos pocos de sueños,
soñados junto a la mar,
donde el soñar, es un premio.

viernes, 22 de enero de 2010

Sevilla



Por la superación de unos momentos trágicos en la capital hispalense se levantó este pequeño monumento a la Inmaculada.
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Reflexión marginal undécima

EL VALOR DE LAS IMÁGENES.

La tele, ese pesado, incansable y deshumanizado inquilino que la modernidad nos ha regalado, que, con sus sibilinas maneras y su proliferación de cadenas (no pudo encontrarse otro nombre más apropiado), va ocupando, dentro de nuestros hogares con la aquiescencia de casi todos, más espacio, más poder, mas prestigio, más atención y más y más de casi todo, y cuando encuentra un “tema estrella”, lo exprime hasta la saciedad, le extrae todo su jugo hasta convertirlo en algo insustancial, cotidiano, manido, aburrido, molesto, ajado, ajeno, alejado de su propia realidad, sin tener en cuenta los daños colaterales que puede ocasionar en los voluntarios receptores de sus imágenes y sus contenidos.

Dos armas principales utiliza el familiar “cacharro” para encadenar, para enganchar, para subyugar, para dominar, para adormecer y para otras muchas más cosas (casi todas ellas, no muy de agradecer) Por un lado, los contenidos, los fondos, los mensajes, la palabra. ¡Sálvese quién pueda! Aunque, en un país donde la cultura y la comprensión son “agüitas” para que las beban otros, los daños que podían producir estos, ya existían antes de que se alojara en nuestras casas el susodicho aparatejo. Por otro lado, las imágenes, “dóciles doncellas” que penetran en nosotros con pasmosa facilidad, produciéndonos reacciones de todo tipo, desde el estupor sumo a la suma confortación; desde el rechazo al placer contemplativo; desde la indiferencia al “total enganche”.

Hoy mi reflexión, busca la marginalidad de lo absurdo, de lo esperpéntico, de lo trágico, de lo despreciable y de lo incomprendido, cuando veo las imágenes de los vivos y de los muertos en Haití; cuando apago el televisor para no ver las mismas imágenes; cuando a solas con mi yo, descubro, a través de las imágenes, mi deshumanizado vivir; cuando descubro lo miserable que somos; cuando, sin darme cuenta, noto que las trágicas imágenes van perdiendo impacto, suavizándose, habituándose a la insensible cotidianidad; cuando éstas, poco a poco, se convierten en estampas para olvidar; cuando, ante el abuso televisivo de imágenes inimaginables, se nos escapan expresiones como “ya está bien”, miramos a otro lado o pedimos, inconscientes criaturas, que el gran Dios nos libre de tales males.

Y pasado el tiempo, las imágenes de este tétrico coleccionable de vida y de muerte, sólo servirán de efemérides televisivas, y seguiremos manteniendo un mundo de ricos y de pobres; de opulencias y de miserias, de bienaventurados y de malditos; de riquezas y de miserias; de cielos y de infiernos; y… ¡Pobre de nosotros y de nuestro mundo! seguiremos pidiendo con todas nuestras fuerzas que nos toque estar en el lado de lo bueno.

martes, 19 de enero de 2010

Sevilla



Desde el suelo, mirando al cielo de Sevilla, podemos descubrir sorprendentes espadañas y atractivas cúpulas.
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Lágrimas de cocodrilo por HAITÍ

¿PARA QUÉ…?

¿Para qué tantas palabras,
si no existe el sentimiento?
¿Para qué tantas promesas,
grajas de tétricos vientos?
¿Para que tardías lágrimas,
si ya sobran los pretextos?
¿Para qué sirven las O.N.U.,
mientras se matan los pueblos?
¿Para qué gritar: JUSTICIA,
si nos gustan los silencios?
¿Para qué querer al prójimo,
si el amor es puro cuento?
¿Para qué cambiar el mundo,
ahora que somos sus dueños?
¿Para qué escribir poemas,
sobre la piel de los muertos?
¿Para qué estos “para qué”,
para qué? ¡Dios de los cielos!

lunes, 18 de enero de 2010

Retrato


Nuestro modesto homenaje a Diego de los Santos López.
Hijo Predilecto de El Viso del Alcor (17 de enero de 2010)
Lápiz de color sobre papel.
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Reflexión marginal décima



CRÓNICA DE UN DÍA IMPORTANTE PARA EL VISO O EL DÍA EN QUE DIEGO, EL HIJO DE ALCORA Y MANUEL, FUE ELEVADO A LA CATEGORÍA DE “HIJO PREDILECTO” DE SU PUEBLO.

Ayer, 17 de enero de 2010, en los anales de El Viso del Alcor, se escribieron, con mayúscula, páginas inolvidables de justo reconocimiento a uno de sus hijos más ilustre, Diego de los Santos López.

Nadería e insignificancia es esta breve crónica, ante la vivida y disfrutada jornada de ayer, donde lo protocolario fue empequeñecido por el humanismo y la autenticidad.

Un marco apropiado; un público sobrado de complicidades con el homenajeado; un acto completo, sencillo, con su justa medida (Gracias M. Belloso); unos intervinientes (Manuel y Baldomero) convencidos de su papel, metidos de lleno en el juego de la ínclita celebración, sin restar protagonismo al agasajado; un intemporal juglar (Ortiz Nuevo) dueño y señor de una palabra oportuna, jocosa y profunda a la vez, que, en su mágico volar, acobardó a la obligada seriedad de estos eventos, regalándole frescura y que, en su saber, actúo de prodigioso telonero del festejado; un especial protagonista (DIEGO), receptor agradecido, esforzado gladiador de la verdad y el compromiso, sobrepasado por la emoción y el goce, conjugando con suma naturalidad la risa y el silente llanto, atributos de los bien nacidos y poseedor de una muy especial voz, complemento de un decir hondo, enemigo de lo indiferente. Y de postre, un colofón musical, digno de tal acontecimiento. La voz dulce, melodiosa y crecida de Antonia nos regaló su versión del Himno de Andalucía y “la verde y blanca” de Carlos Cano que, junto a José María, Alcora, Manuel y demás seres queridos, desde sus intangibles estar, de ninguna manera, se quisieron perder este homenaje al hermano, al hijo, al amigo, a Diego.

Desde este modesto rincón, nuestras mayores felicidades y felicitaciones, con nuestro orgullo de ser más que amigos, y nuestro agradecimiento por lo aprehendido de ti, “hermano DIEGO”.

sábado, 16 de enero de 2010

Sevilla



Barrio de Santa Cruz.
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Siempre pagan los mismos

HAITÍ

La ignota naturaleza,
cansada de mamoneo,
de indiferencia sacrílega,
de olvido del mal ajeno,
se enoja, se despereza,
abre puertas al infierno,
dibuja estampas de horrores
que espantan al mismo miedo.

Y el hombre del otro lado,
desmemoriado jumento,
descubre que su conciencia,
muy tenue, sigue latiendo,
e inventa filantropía,
para acallar su tormento,
suplicio de breves horas,
para volver a lo viejo,
al olvido despreciable,
de otros mundos, de otros pueblos.

Y el hombre del otro lado,
acorazado cangrejo,
degusta mil reuniones,
en pro de miles corderos,
que antes de morar la tierra,
llevan estigmas de muertos,
páginas televisivas,
macabro entretenimiento,
¡Hasta cuando las mentiras,
los olvidos, los silencios!

viernes, 15 de enero de 2010

Sevilla



Casa de Pilatos.
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365 y una poesías

UN ESPEJO PARA MI ALMA

Viajero de la utopía,
yo rebusqué, entre mis sueños,
un bazar de lo imposible,
donde comprar un espejo,
que quisiera mostrar mi alma,
como refleja mi cuerpo,
por ver si había sufrido,
en el correr de su tiempo,
profunda metamorfosis,
desgaste y envejecimiento.

Al soñar, todo es posible,
lo falso y lo verdadero,
y no resulta costoso
alcanzar cualquier deseo.
Y fácil, logré capricho,
encontré querido espejo,
capaz de contener mi alma
en su falaz aposento.

No sé que sentí, ¡Mi Dios!
cuando mis ojos la vieron,
detrás de aquel ventanal,
asomada en el espejo.
No era ni vieja, ni joven,
intangible monumento,
etérea, inmaterial,
invisible, como el viento,
y, sin embargo, mis ojos,
ahora, la estaban viendo,
como criatura real,
como si tuviera cuerpo.

El milagro se rompió
cuando se rompió mi sueño
y, en un instante silente,
se evaporó del espejo,
dejándome sabor grato
y un aroma placentero,
difíciles de olvidar,
aunque fueran sólo sueños.

¡Si el alma es como la vi,
nada me importa mi cuerpo,
si su esencia, es el vivir,
ha de ser eterno premio!

jueves, 14 de enero de 2010

Sevilla



Detalles de la Iglesia de "San Luis de los franceses".
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Poemas de cercanías IX

¡YA HE VISTO NEVAR EN EL VISO!

En una fría mañana,
de un desmadejado enero,
tímidos copos de nieve,
inician blanco concierto,
llenando de algarabía
los zaguanes de mi pueblo,
donde la gente proclama,
sin ocultar su contento,
salutación, bienvenida,
sorpresa, grato recuerdo
de una sonada nevada,
perdida allende del tiempo.

Los copos de nieve blanca,
expertos en balanceo,
quieren regalar al Viso
manto de armiño selecto,
sueñan cubrir los Alcores
y la Vega de sus sueños,
con una nívea alfombra,
tejida en el mismo cielo,
en ruecas de escarcha blanca,
en telares de albos sueños.

Poco dura la aventura
de estos copos mañaneros,
su presencia se diluye,
como azucarillo nuevo,
mas, el milagro perdura,
en los ojos de mi pueblo,
en las mentes infantiles
en los niños, en los viejos,
en la Muela, en la Tablá
y a las puertas del Sequero,
silentes, blancos testigos
de este regalo de enero.

10 del 1 del 10

domingo, 10 de enero de 2010

Sevilla



Plaza de España. Joya arquitectónica y urbanística donde algunos gamberros y mal nacidos se graduan en incivismo, con su destructivo hacer.
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Poemas de cercanías VIII

LA CUESTA DE ENERO

Eres tú, “Cuesta de Enero”,
la más empinada cuesta,
costosa como ninguna,
para transitar por ella.

Con los fríos tempraneros,
todos los años te acercas,
esquilmando, sin pudor,
los bolsillos, las carteras,
dejándonos peladitos,
caducos, sin una “perra”.

Con bromas te recordamos,
así, calmamos las penas,
eres droga permitida,
paladín de la pobreza,
te gusta regodearte
con las muchas piruetas
que los hombres practicamos
sobre tu inclinada cuesta.

Saltimbanqui somos todos,
hastiados de tantas fiestas,
derrochones bien clonados,
amantes de las tarjetas,
que sirven para comprar
lo que se paga con pena,
en la pendiente de Enero,
famoso por su gran “Cuesta”.

Tiempo habrá que echarle al tiempo,
imaginación serena,
para esta “Cuesta” allanar,
para alisar sus maneras,
que al hombre tiene cogido
por sus blandas entrepiernas,
y a la mujer, le otorgó,
el título de “Gran Clienta”,
sobre todo en las rebajas
de aquello que nadie quiera.

¡Agrupémonos, pardillos,
alcemos nuestras banderas,
hagamos una cruzada
contra esta funesta “Cuesta”,
que nos tiene ahogaditos,
más tieso que una veleta,
más seco que una mojama,
más pobres que la pobreza.

sábado, 9 de enero de 2010

Sevilla



Hospital de las Cinco Llagas antes de su "reciclaje" en "palacio político".
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Poemas de cercanías VII

GUARDEMOS SILENCIO

Guardemos todos silencio,
inventemos la palabra,
que la que mora en nosotros,
ya no sirve para nada,
está herida de muerte
y nadie puede salvarla.

Guardemos todos silencio,
hasta que llegue la nada,
busquemos nuevos sonidos
para una nueva palabra,
que a los hombres purifique
y dignifique sus almas.

Guardemos todos silencios,
que los plazos ya se acaban,
hay que olvidar para siempre
esta caduca palabra,
que se agita entre nosotros
ufana, desmadejada,
engreída, sin sentido
y en la pobreza, enredada.

Guardemos todos silencios,
que ya suenan las campanas,
que traen la buena nueva
de una inédita palabra
que, en la boca de los hombres,
proclame verdades blancas,
y que sea el paradigma
de la comunicación humana.

(Tomado de "365 y una poesías")

viernes, 8 de enero de 2010

Carmona


Puerta de Córdoba.
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Reflexión marginal nona





¿CÓMO CAMBIAR LA “CULTURA” DEL ALCOHOL EN LO HUMANO Y EN LO DIVINO?

Hoy reflexiono por necesidad y por obligación. Hoy, la marginalidad de mi reflexión necesita otros márgenes incomprendidos y otras reflexiones solitarias y solidarias para expresar el descontento y el desconcierto que ciertas actuaciones humanas nos producen a más de uno y de dos, y que, en su cotidianidad, se van convirtiendo en aceptada, admitida, consentida y celebrada norma.

Hoy reflexiono desde dentro y desde la periferia; desde las nubes y desde el suelo; desde la gloria y desde el infierno; desde la congratulación y desde el fracaso; desde la vanagloria y desde la modestia, y al final del recorrido siempre la misma pregunta, siempre las mismas respuestas.

Durante unos pocos días, muchos visueños y visitantes comentarán, en distendidas charlas, las excelencias de la última Cabalgata de Reyes Magos de nuestro pueblo y felicitarán a los miembros del Ateneo, encargados y responsables de la realidad de la misma. No faltarán, cosa lógica, opiniones discrepantes, voces disconformes, sesudas sentencias, contrarias a las bondades manifestadas por la mayoría.

Hoy mi reflexión busca ser, a la par, defensor y acusador; Quijote y Sancho; valedor y denunciante. Defiendo a los hombres del Ateneo, Quijotes de la ilusión, valedores de los más pequeños; capaces, en su dolosa minoría, de despertar, una vez al año, los mejores, utópicos y fantásticos sueños de la niñez, y acuso a los que, inconscientes, inmaduros y maquinales, se alían con el alcohol para pasarlo bien, a pesar de la muchas advertencias de los organizadores (verbales y por escritos) y a pesar del carácter infantil de la celebración. Hoy, me convierto en valedor de los “cuatro locos del cartonaje y del corcho blanco”, por su machacona insistencia y su cabezonería, demostrada a lo largo de muchos años, en que no se pierda en El Viso, en nuestro Alcor, la noche de los sueños posibles e imposibles, y denuncio a los que, confundidos, se alistan a un cortejo, donde el alcohol sobra.

Hoy mi reflexión busca amigos, padres, jóvenes, visueños, que no se conformen con la crítica fácil, que no se conforten con la fácil denuncia, que no se complazcan con la fácil confidencia, sino que se acerquen al tajo, que se arrimen a la brecha, que se asomen al currelo, para que las cosas mejoren y, sobre todo, para que los hombres mejoremos.

Celósime, pusiste el dedo en la llaga y asomaron comentarios tras tu apreciada celosía. Hoy, lo pongo yo, y os invito a sumar, por el bien de este rincón nuestro y de sus gentes, sobre todo, por los que aún no saben de “Alcoholes”.

martes, 5 de enero de 2010

Sevilla



Alcázar, Inmaculada, Catedral y Giralda.
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Noche de Reyes y Magos

¿DÓNDE MORAS, INOCENCIA?

¿Dónde moras, inocencia?
¿Dónde encontrarme contigo?

En una vieja mañana,
perdida en añejo olvido,
marchaste paloma blanca
dejando huero tu nido.
El niño que era tu dueño,
frágil espiga de trigo,
creció como crece el viento
en los inviernos más frío,
ausente de tus miradas,
de tus risas y suspiros,
de tu creer sin fronteras
y de tus alegres trinos.
En días largos y cortos,
con finos y recios hilos,
fue tejiendo con torpeza
los más variados tejidos,
para cubrir las durezas,
regalos de su destino.

Desertaste, alba inocencia,
por ignorados caminos,
dejándolo sin escudo,
desorientado, perdido,
sin entender los albures,
los riesgos y los peligros
que la vida le entregó
desde que fuera bien niño.

Trompetas de algarabías,
anuncian por los caminos,
cortejo de viejos Reyes,
de alba inocencia vestidos,
de inocencia son sus pasos,
inocentes sus amigos,
pregonan clara inocencia
de las que gozan los niños,
de las que encienden los ojos
y les dan luces y brillos.
Tantanes de sones dulces,
proclaman con sus sonidos,
la llegada de unos Reyes
desde los sueños finitos,
de esos que se van marchando
poco a poco, calladitos,
dejando regusto amargo,
envidias y largos suspiros.

¿Dónde moras inocencia?
Quiero que vuelvas conmigo.

domingo, 3 de enero de 2010

Sevilla



Capillita Real. Alcazar de Sevilla.
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Reflexión marginal octava

EN ESTOS PRIMEROS DÍAS DEL 2010 Ó DE CUALQUIER OTRO AÑO

Resacoso de excesos, inmerso en la celebración navideña, a la sombra de sus últimos aldabonazos festivos, busco y encuentro un huequecito para una nueva “reflexión marginal”.

Por encontrarme en la grey de las criaturas afortunadas, sé que, mis reflexiones, siempre irán vestidas de farisaico lamento, de pretenciosa e inservible ejemplaridad, de inútil ejercicio teórico sobre las bondades y maldades de la cercana realidad y, sobre todo, de una manifiesta y manida subjetividad. A pesar de lo anterior, me resisto a acallar las muchas contradicciones que, como benditas y molestas luminarias, se enciende, siempre por estas fechas, en mi longeva mente.

Mi mundo, el cercano, el cotidiano, el de andar por casa, se disparata, enloquece, se apunta al carro del derroche; se autoafirma en los caminos del consumismo; se deja arrebatar por una frágil felicidad, efímera y huidiza dama, y se deja seducir por el slogan “Sólo se vive una vez y…”

En esta algarabía, en esta locura colectiva, en este vivir al segundo, en esta pasajera ensoñación, en esta necesitada celebración, olvidamos muchas cosas importantes, renegamos de la autenticidad, exaltamos los oropeles y las envolturas externas de nuestros actos, dibujamos trazas de olvidos e insolidaridad y, sin proponérnoslo, damos lecciones de amor trasnochado, de caduca hermandad, de ñoña filantropía, de pseudo generosidad, de flaca caridad y de suma magnanimidad con el siempre difuminado prójimo.

Y el premio, una vez pasadas las fiestas, es la vuelta al vacío, el retorno a lo cotidiano envuelto en el pasotismo, el olvido del semejante desvalido, la vuelta al hablar por hablar, el asentamiento en la indiferencia, en el conformismo y en el vivir que son dos días.

Me gusta pensar y me gustaría comprobar que la vida, la nuestra, la cercana y la lejana, podía ser mejor y más auténtica. ¿Cómo conseguirlo? Ahora, que, esperanzados, hemos empezado a dejar nuestra modesta huella en un recién estrenado año y, si fuera posible, por nuestro efímero siempre de cada día.

viernes, 1 de enero de 2010

Retrato


Paco Vergara, exalcalde visueño y buen amigo.
Lápiz de color sobre papel.
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Encuentro y despedida


En nuestro juego poético "365 y una poesías", recogimos nuestra particular y diferenciada manera de ver la huida de un viejo año y el nacimmiento del nuevo. Os invitamos, a los que nos conocéis, a que encontréis al autor de cada uno de ellos.

ENCUENTRO

Os mirasteis a la cara
en un segundo certero,
él, agachó su cabeza,
tú, iniciaste el vuelo,
él, con marcadas arrugas,
tú, estrenando nuevo cuerpo,
él, suspiro; tú, esperanza,
y los dos, hijos del tiempo.

El Año viejo, con pena,
entregó ya su relevo
y cabizbajo camina
hacia un más allá eterno,
para perderse, por siempre,
en un libro blanco y negro,
ilustrado torpemente
con memorias y recuerdos.

El Año Nuevo, gozoso,
celebra su nacimiento,
envalentonado cuenta
sus esperanzas, sus sueños
y, como chiquillo, juega
con los días venideros,
ajeno a los avatares
que el destino, traicionero,
grabó en su flamante piel,
sin él, llegar a saberlo.

¡BUEN VIAJE Y... HASTA NUNCA!

El Año Viejo se fue
como hoja que lleva el viento,
llevándose en su mochila
estampas y cromos viejos,
saboreados con prisas
entre disfrutes y miedos,
dejándonos los aromas,
perdidos en loco tiempo,
de brevedades vividas,
de enmadejados recuerdos.

Vestido con ricas galas
y con achaques de viejo,
sorbió sus últimas horas,
se tragó su último aliento
y, entre sones de campanas,
con andares bien ligeros,
lanzó profundo suspiro
y nos dio un adiós eterno,
con fecha de caducidad
anunciada hace algún tiempo.

Cicatero fuiste, amigo,
mientras fuiste compañero
y, al momento de marcharte,
de iniciar póstumo vuelo,
poco nos dejaste escrito
en tu postrer testamento,
pleno de crecidas dudas,
de incontrolados deseos,
de desconocidos pasos
y de caminos inciertos.

¡Buen viaje, hermano querido!
y... ¡Hasta nunca, majadero!
me robaste, en un descuido,
un álbum lleno de sueños
en los que, feliz, guardaba
mis más cercanos anhelos
y las páginas escritas
al pairo de un año entero.