sábado, 31 de octubre de 2009

Piedad. El Viso del Alcor



Lápiz de color sobre papel.
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EL VISO DEL ALCOR


Comenzamos, intencionadamente, nuestro Blog con poesías dedicadas a Melilla, tierra que nos vio nacer y donde bebimos, sorbo a sorbo, unas gratas e inolvidables infancia y juventud, y continuamos, con la misma intencionalidad, con poemas dedicados a El Viso, lugar de acogida, donde degustamos los apreciados e imborrables jugos de la madurez.
Con ello, tratamos de hermanar la fenicia Rusadir, con los Alcores visueños; los salíferos aires de nuestra Melilla, con los vientos solanos de El Viso; las mediterráneas planicies marinas de allende del mar, con los fértiles llanos de nuestra Vega; el ayer, el hoy y el mañana, por llegar.
No podía ser de otra manera. Nuestro primer poema es un modesto homenaje a las mujeres visueñas, representadas en la figura de la Recovera.
Todos ellos, como los dedicados a Melilla, llevan el título de “EL VISO DEL ALCOR”, seguido de un numeral, como hijos queridos, todos por igual.

EL VISO DEL ALCOR (I)

Recoveras del Alcor,
en coraje, licenciadas,
hijas del negro dolor,
madres de rotas miradas.

Pintó de muerte el camino,
la guerra, raptora de almas,
y les regaló el destino,
soledad en tibias camas,
sacando fuerzas del llanto,
con surtidores de saña,
entonaron bellos cantos,
para afinar sus agallas,
con surcos de idas y vueltas,
en tren de vías cercanas,
roturaron viejas sendas
en siniestras madrugadas.

Recoveras del Alcor,
rompen mil tabúes granas
y quieren pronto olvidar,
loca sangre derramada.
Con sueños de eternidades,
con heridas no curadas,
engendraron mil astucias,
para salvar vidas blancas
y, el tiempo, en su caminar,
creó leyendas urbanas,
que el pueblo debe guardar,
en sus sagradas entrañas.

La hambre no pudo esconder
sus cicatrices del alma,
sus rotos sueños de ayer,
ni sus manos encalladas,
el día y la noche fueron
velas de ceras amargas,
fundidas con el calor
de sus muchas escapadas.

Para el imposible olvido,
para recordar su hazaña,
en bronce, hemos esculpido,
imagen de mujer brava.
Recoveras del Alcor
obligadas matriarcas,
lanzad a los cuatro vientos,
vuestra ínclita cruzada,
que todo El Viso conozca
las miles y unas batallas,
escritas en viejo libro,
con tinta de sangre almagra,
y si queremos lograr,
para un cercano mañana,
grande y respetado pueblo,
ornado de buena fama,
habrá que parir mujeres
laboriosas y envidiadas,
con almas de recoveras
y con sangre, azul y blanca.

(Tomada del “Romancero de El Viso”)

viernes, 30 de octubre de 2009

Puerta del Perdón. Patio de los naranjos. Catedral. Sevilla



Plumilla, tinta china sepia, sobre papel
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MELILLA



MELILLA(X)

Nací en el Mediterráneo,
mar escogido, selecto,
en un orillar salino,
cercada por calmos vientos.

Fenicias son mis raíces,
la mar, mi predicamento,
moros, judíos, cristianos,
en sus redes, me envolvieron,
jurándome vasallaje,
en los altares del tiempo.

Soy bizarra marinera,
africana, por mi suelo,
española hasta la médula,
por la gracia de los cielos,
porque así lo quiero yo,
dueña de mis sentimientos,
y si alguien me negase
éste, mi querer supremo,
altiva, me defenderé,
como una leona en celo.

Soy una pequeña urbe,
de sabores marineros,
guardo esencia modernista,
la vieja piedra, es mi sueño,
mis parques, mis avenidas,
mi playa, mi viejo puerto,
mi monte, mis nuevos barrios
mi río, mi alma, mi cielo,
son lábaros, estandartes,
son piropos y requiebros,
son mis armas, mis escudos,
mis mejores argumentos
para sentirme orgullosa,
para mostrar mi contento,
a las orillas del mundo,
a los hombres y a los pueblos.

jueves, 29 de octubre de 2009

Careta


Lápiz de color sobre papel
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MELILLA


MELILLA (IX)

Melillear es un verbo,
inventado por un pueblo
que, en docto peregrinaje,
por la rosa de los vientos,
quiso manifestarle al mundo,
sin alardes ni complejos,
el orgullo, la grandeza,
la fortuna y el gran premio,
de haber nacido o vivido,
en un orillar del cielo,
a las puertas de una mar,
anclada en un bello suelo,
en una pequeña urbe,
de paisanaje selecto,
tabla de varias culturas,
pentagrama de altos rezos.

Melillear es un don,
es obligado precepto,
es fervorosa canción,
es innato sentimiento,
es cotidiano pregón,
es terquedad y empeño,
es ardoroso contar,
es gratificante verso,
es historia inacabada,
es defensa de lo nuestro,
es regusto, aroma y deje,
es amor del hijo al pueblo,
que todos los bien nacidos
en este bendito suelo,
deberemos conjugar,
como el mejor de los verbos,
de novedosa gramática,
demandada por los tiempos.

Melillear es cantar,
contar y narrar los sueños,
de nuestra amada Melilla,
allá, donde nos hallemos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Billete falso


Dibujo a plumilla con tintas chinas y témperas, realizado en mi juventud y que, el miedo de los años jóvenes, me impidió cambiarlo por un montón de chucherías, en un quiosco cercano a casa, cuando la dueña del mismo (María) ya lo tenía en su cajoncito.
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MELILLA


MELILLA (VIII)

Nunca faltas a las citas,
cuando mi alma te llama,
cuando mis sentidos buscan,
aromas, frescas fragancias,
de tu cielo, de tus aires
y de tus serenas aguas,
para embriagarme con ellas,
para soñar, bella dama,
con una Vieja Melilla,
prólogo, cuna sagrada,
de una Melilla moderna,
gnosis de éstas palabras
que, como francas gaviotas,
te buscan a la alborada.

Melilla la Vieja, eres,
con tus piedras milenarias,
con tus añosos recintos,
con tus elatas murallas,
con la historia de tus días,
con tus callejas y plazas,
con tu faro, guía sacro,
con tu sal y con su gracia,
con tus mágicos encantos
y tu sugestiva estampa,
milagro, prodigio, gloria,
destacada luminaria,
fanal de ilustres destellos,
enigmática ventana,
prestigioso laberinto,
otero, alcor y atalaya.

Nunca faltas a las citas,
cuando mi alma te llama,
cuando enferman mis sentidos,
de tantas ausencias largas.

martes, 27 de octubre de 2009

La Macarena


Lápiz de color sobre papel
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MELILLA


MELILLA (VII)

Los años miman recuerdos,
envueltos en sedas viejas.
Por sus frágiles urdimbres,
compuestas de finas hebras,
se escampan y se convierten
en cromos de triste niebla,
estampas descoloridas,
difuminadas escenas
que, en las horas del presente,
mil hondas penas, engendran,
locas penas, grandes duelos,
lamentaciones y quejas.

Mas mis recuerdos de ti,
Melilla, amada doncella,
con los días, con los años,
más lúcidos se conservan,
más claras son sus imágenes,
más pasión, en mí, despiertan.

Los años tejen nostalgias,
con los hilos de la ausencia,
con aires de lejanías
que juegan al rueda, rueda.
Las añoranzas se crecen,
se envalentonan, se encrespan
y, en su firme caminar,
te domeñan, te encadenan
y, en su loco poderío,
te regalan negras penas,
locas penas, grandes duelos,
lamentaciones y quejas.

Mas mis nostalgia de ti,
Melilla, amada doncella,
con los días, con los años,
se vuelven aguas serenas,
frescos veneros de amor,
de sosiego y paz eterna.

lunes, 26 de octubre de 2009

Andalucía 1


Témpera sobre cartulina negra
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MELILLA


MELILLA (VI)

Mis recuerdos se amontonan
sobre sillares de piedra,
sobre oleajes serenos,
sobre salinas arenas,
cuidados con gran esmero,
tratados con delicadeza,
para mantenerlos vivos,
para que nunca se pierdan,
para que el ladino olvido,
zampón de mil cosas buenas,
no se los trague, a la postre,
y en humo, me los convierta.

Mis recuerdos de Melilla,
estampas de tintas recias,
cromos grabados a fuego,
en la fragua de una estrella,
son sagradas criaturas,
son sacrosantas escenas,
de un pasado redivivo,
envuelto en finas sedas.

Mis recuerdos de Melilla,
han conservado su esencia,
sus aromas, sus sabores,
sus primogénitas huellas,
hoy pasean, complacidos,
por la orilla de un poema,
dibujado, hace un momento,
sobre una alfombra de arena.

Mis recuerdos son de bronce,
guardados en arca vieja,
cerrado con vieja llave,
para que nadie los vea,
sólo a ti, Melilla amada,
mi reina y mi consejera,
doy la venia para abrir
esta arquita marinera.

domingo, 25 de octubre de 2009

Cartel


Témpera sobre papel
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MELILLA


MELILLA (V)

Melilla, sultana hispana,
reina de ínclita belleza,
pregón de espuma de plata,
plegaria de una mar serena,
melodía, en mis sueños,
salino canto de arena,
dama de muchas culturas,
entallada en vieja piedra
fontana de la acogida,
envidiada fortaleza,
estancia de verbo audaz,
soñadora marinera,
ánfora de barro viejo
cocido en fragua moderna,
estallido del color,
atrevida carabela,
estampa del modernismo,
romántica damisela,
áncora de recio hierro,
antorcha, gloriosa tea,
carismático solar,
cosmopolita doncella
y, en preciado colofón,
de este sencillo poema,
bálsamo, luz y esperanza
de mis cuitas y mis penas.

sábado, 24 de octubre de 2009

Nuestra MADRE



Sanguina sobre papel
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MELILLA


MELILLA (IV)

Yo quise ser arriero,
para, en el camino, vernos,
para encontrarnos un día,
para mejor conocernos,
para recordar mil cosas,
del ahora y de otros tiempos,
para hollar nuevos caminos,
para abrir nuevos senderos,
para conversar del antes,
con gotas de viejo verbo,
para inventar el futuro,
antes que se agote el tiempo.

Yo quise ser navegante,
o furtivo marinero,
pirata de poca monta,
bonachón filibustero,
para jugar en tus aguas,
para inventarte de nuevo,
para enredarme en tus olas,
para escuchar tu contento,
para navegar contigo
por las esquinas del tiempo
y melillear, gozoso,
deseo, ventura y premio.

Yo quise ser muchas cosas,
en las aulas de mis sueños,
para vivir en tu alma,
para ser vivo recuerdo,
para nunca separarnos,
para vencer a los miedos
de las idas y venidas,
de los largos desencuentros,
para ser parte de ti,
y tú, de mi pensamiento,
¡Melilla, Melilla mía,
poema, canción y rezo!

viernes, 23 de octubre de 2009

Cristo



Lápiz color sobre papel
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MELILLA


MELILLA (III)

En un libro imaginado,
misericorde pretexto,
descubrí, entre sus páginas,
catálogo de requiebros,
piropos a la medida,
para expresarlos en verso.

Sobre despiertas palabras,
volaron mis pensamientos,
buscándote junto al mar,
valedor de tus secretos,
mecenas de tus encantos,
savia de amores longevos,
para decirte bajito,
para leerte, en secreto,
epítome de piropos,
del libro de los requiebros.

Tú, la Melilla encantada,
sin par, brillante lucero,
no reniegues de tus horas,
de tu historia, de tus sueños.
Tú, la Melilla soñada,
barquita de mi consuelo,
sobre tu mar de corales,
descúbreme tus misterios.
Tú, la Melilla hechizada,
con hechizos marineros,
déjame que te enamore,
con esta espiga de versos.
Tú, la Melilla embrujada,
con la esencia de lo bello,
regálame, en buena hora,
un trocito de tu cielo.
Tú, la Melilla cautiva
de tu gente, de tu pueblo,
devuélvenos la esperanza
de contemplarte de nuevo.

Eres madre y gran amiga,
eres mágico señuelo,
eres utópica luz,
eres corazón de cuento,
eres pura filigrana,
eres canto, eres versos,
eres poema encendido,
eres bendito amuleto,
eres solar aromado,
eres patria, eres pueblo,
eres mar y sal marina,
eres tierra, eres cielo,
y serás, si Dios lo quiere,
mi tumba, mi cementerio.

jueves, 22 de octubre de 2009

Caricatura I

Diego. Lápiz de color sobre papel
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MELILLA

MELILLA (II)

Al otro lado del mar,
orillar de hispanos vientos,
tengo una novia morena,
a la que juré, hace tiempo,
compromiso, vasallaje,
palabras de amor eterno.

Una pena braveada,
de las que quitan el sueño,
está desgarrando mi alma,
me está matando por dentro,
por vivir lejos de ella,
por unos crecidos celos
que, en la rueca de mi vida,
hilan hilachos de miedos,
hilos de rota memoria,
pesares y desconsuelos.

En estas horas del hoy,
como pobre marinero,
navegó desesperanzas,
por los mares del silencio,
sobre olas sin retornos
de un oleaje incierto,
que juega con mi verdad,
con mi amor y con mis sueños.

Al otro lado del mar,
orillar de hispanos vientos,
descansa en calma y quietud,
la Melilla de mis versos.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Quijote

Óleo sobre lienzo
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