martes, 31 de agosto de 2010
Romancero de la Ballena
A los domingueros de la playa, héroes nacionales.
Viernes, tarde, anochecer,
ábranse puertas al mar,
que el flujo de domingueros,
acaba de comenzar.
Las carreteras soportan,
con resignación fatal,
gran marea de vehículos
que buscan el orillar,
de unos mares ya ahítos
de tanta hueste imperial,
bañistas de pocas horas,
que no les falta de “na”.
Las rodadas de los coches,
calientan el alquitrán
de un asfalto empobrecido,
por los que vienen y van,
marineros de agua dulce,
dispuestos a disfrutar,
sobre la salina arena,
en la orillita del mar.
Hay sol para todo el mundo,
a nadie le ha de faltar,
ni a los fijos residentes,
ni al que acaba de llegar,
hay calores para todos
y agua, para reventar,
sólo encuéntrase una pega,
en el tiempo de acampar,
espacio donde poner,
la sombrilla familiar,
las sillas y las neveras,
y el resto de material,
toallas, cubos, paletas,
sandía monumental,
las tortillas, los filetes
acabados de empanar,
que la jornadita es larga,
aunque pase en un “plis plas”.
Y a la vuelta, caravana,
¡Malayo sea el regresar!
Harto de arena y de playa,
pipón de tanto tragar,
y el coche, para que para,
¿Cuándo vamos a llegar?
Y la semana que viene,
a repetir el serial,
con los mismos personajes,
dispuestos a disfrutar,
de un nuevo fin de semana,
en la orillita del mar.
Viernes, tarde, anochecer,
ábranse puertas al mar,
que el flujo de domingueros,
acaba de comenzar.
Las carreteras soportan,
con resignación fatal,
gran marea de vehículos
que buscan el orillar,
de unos mares ya ahítos
de tanta hueste imperial,
bañistas de pocas horas,
que no les falta de “na”.
Las rodadas de los coches,
calientan el alquitrán
de un asfalto empobrecido,
por los que vienen y van,
marineros de agua dulce,
dispuestos a disfrutar,
sobre la salina arena,
en la orillita del mar.
Hay sol para todo el mundo,
a nadie le ha de faltar,
ni a los fijos residentes,
ni al que acaba de llegar,
hay calores para todos
y agua, para reventar,
sólo encuéntrase una pega,
en el tiempo de acampar,
espacio donde poner,
la sombrilla familiar,
las sillas y las neveras,
y el resto de material,
toallas, cubos, paletas,
sandía monumental,
las tortillas, los filetes
acabados de empanar,
que la jornadita es larga,
aunque pase en un “plis plas”.
Y a la vuelta, caravana,
¡Malayo sea el regresar!
Harto de arena y de playa,
pipón de tanto tragar,
y el coche, para que para,
¿Cuándo vamos a llegar?
Y la semana que viene,
a repetir el serial,
con los mismos personajes,
dispuestos a disfrutar,
de un nuevo fin de semana,
en la orillita del mar.
jueves, 26 de agosto de 2010
Versos íntimos
A Javier
Por los aires me llegaron,
notas de muerte y silencio,
y las sumisas palabras,
por los aires se esparcieron,
en un caos sin sentido,
desbarrando sentimientos,
contradictorio estandarte
de polvos y negros miedos.
Una pequeña paloma,
un amasijo de hierro,
una noche deshonrada
y, al fondo, tétricos restos,
una afilada guadaña,
la Parca, busca pretexto,
para arrebatar la vida
de un joven y frágil cuerpo.
Sobre la noche y la tierra,
nada cambia y todo es nuevo,
la muerte juega a matar,
la muerte manda ¡Silencio!
Por los aires me llegaron,
notas de muerte y silencio,
y las sumisas palabras,
por los aires se esparcieron,
en un caos sin sentido,
desbarrando sentimientos,
contradictorio estandarte
de polvos y negros miedos.
Una pequeña paloma,
un amasijo de hierro,
una noche deshonrada
y, al fondo, tétricos restos,
una afilada guadaña,
la Parca, busca pretexto,
para arrebatar la vida
de un joven y frágil cuerpo.
Sobre la noche y la tierra,
nada cambia y todo es nuevo,
la muerte juega a matar,
la muerte manda ¡Silencio!
miércoles, 25 de agosto de 2010
Apuntes
Romancero de la Ballena
¿Dónde viven las gaviotas,
en los meses veraniegos?
Huyendo de los humanos,
buscan paraderos nuevos,
obligado reciclaje,
perverso, triste y funesto
que, inmisericorde, acaba
con mil sueños marineros,
de muy grata compañía,
en el orillar y el cielo.
Ayer tarde, yo las vi,
en el viejo basurero,
rastreando en la basura,
buscando amargo sustento,
alejadas de la mar,
afincadas tierra a dentro,
sus graznidos eran llantos,
eran sonoros lamentos,
eran puras elegías,
cantos al frío destierro.
¡Dónde viven las gaviotas,
en los meses veraniegos?
en los meses veraniegos?
Huyendo de los humanos,
buscan paraderos nuevos,
obligado reciclaje,
perverso, triste y funesto
que, inmisericorde, acaba
con mil sueños marineros,
de muy grata compañía,
en el orillar y el cielo.
Ayer tarde, yo las vi,
en el viejo basurero,
rastreando en la basura,
buscando amargo sustento,
alejadas de la mar,
afincadas tierra a dentro,
sus graznidos eran llantos,
eran sonoros lamentos,
eran puras elegías,
cantos al frío destierro.
¡Dónde viven las gaviotas,
en los meses veraniegos?
martes, 24 de agosto de 2010
Apunte
Versos veraniegos
De unos años a esta parte,
se acabaron los complejos,
los prejuicios, los ridículos,
el temor y los espejos,
nadie se tapa el ombligo,
sagrado y santo agujero,
y el catálogo de tetas
expuestas y al descubierto,
ha crecido, de tal suerte,
que el mirarlo es de cateto,
de gente soez e inculta,
de mirones obsoletos.
Pobres culos, pobres cachas,
que por mor de ser trasero,
algunos usan hilitos,
para cubrir agujero,
dejando a vista de todos,
flacos y magnos panderos,
y para ocultar el tete,
triángulito delantero,
crisis de telas, carísimas,
¡Cuántos se sacan de un metro!
Los hombres, más recatados,
machistas en otros tiempos,
usan largos bañadores,
solo unos pocos mostrencos,
presumen de sus paquetes,
con taparrabos estrechos.
Una cosa nos iguala,
a los bañistas modernos,
todos queremos lucir
un moreno caribeño,
moreno de verde luna,
como canta el romancero.
De unos años a esta parte,
nadie se piensa que es feo,
ni que es ridícula prenda,
y menos, que esté mal hecho,
aunque brillen por su ausencia,
los cuerpos bellos, perfectos,
que para el egregio artista,
sirviéronle de modelo.
se acabaron los complejos,
los prejuicios, los ridículos,
el temor y los espejos,
nadie se tapa el ombligo,
sagrado y santo agujero,
y el catálogo de tetas
expuestas y al descubierto,
ha crecido, de tal suerte,
que el mirarlo es de cateto,
de gente soez e inculta,
de mirones obsoletos.
Pobres culos, pobres cachas,
que por mor de ser trasero,
algunos usan hilitos,
para cubrir agujero,
dejando a vista de todos,
flacos y magnos panderos,
y para ocultar el tete,
triángulito delantero,
crisis de telas, carísimas,
¡Cuántos se sacan de un metro!
Los hombres, más recatados,
machistas en otros tiempos,
usan largos bañadores,
solo unos pocos mostrencos,
presumen de sus paquetes,
con taparrabos estrechos.
Una cosa nos iguala,
a los bañistas modernos,
todos queremos lucir
un moreno caribeño,
moreno de verde luna,
como canta el romancero.
De unos años a esta parte,
nadie se piensa que es feo,
ni que es ridícula prenda,
y menos, que esté mal hecho,
aunque brillen por su ausencia,
los cuerpos bellos, perfectos,
que para el egregio artista,
sirviéronle de modelo.
lunes, 23 de agosto de 2010
Versos de pena grande
Siento una pena profunda
cuando tú no estás conmigo,
cuando las campanas tañen
que ha nacido la hora cinco,
y un sol redondo, maduro,
asoma entre los olivos,
dándole a sus olivitas,
calores y verdes brillos.
Siento una pena profunda
cuando a mi lado no duermes,
cuando los pájaros cantan
que ha nacido la hora siete,
y una brisa tempranera
por el caminito viene,
con ganas de acariciar
a tu corazón ausente.
Siento una pena profunda
cuando no escucho tus voces,
cuando la mañana anuncia
que ha nacido la hora doce,
y a la orilla del silencio
mi vida, sorda, se rompe,
entre silentes suspiros
vestidos con fiero bronce.
Siento una pena profunda
cuando no siento tu alma,
cuando los búhos celebran
que nació la madrugada,
y en los poros de la noche
suenan endechas amargas,
compañeras mal nacidas,
inventoras de acre nada.
cuando tú no estás conmigo,
cuando las campanas tañen
que ha nacido la hora cinco,
y un sol redondo, maduro,
asoma entre los olivos,
dándole a sus olivitas,
calores y verdes brillos.
Siento una pena profunda
cuando a mi lado no duermes,
cuando los pájaros cantan
que ha nacido la hora siete,
y una brisa tempranera
por el caminito viene,
con ganas de acariciar
a tu corazón ausente.
Siento una pena profunda
cuando no escucho tus voces,
cuando la mañana anuncia
que ha nacido la hora doce,
y a la orilla del silencio
mi vida, sorda, se rompe,
entre silentes suspiros
vestidos con fiero bronce.
Siento una pena profunda
cuando no siento tu alma,
cuando los búhos celebran
que nació la madrugada,
y en los poros de la noche
suenan endechas amargas,
compañeras mal nacidas,
inventoras de acre nada.
domingo, 22 de agosto de 2010
Romancero de la Ballena
Bien picada anda la mar,
la culpa la tiene el viento
que, enemigo de la calma,
busca cansino pretexto,
para airear su presencia,
para sentirse contento
y recordarle al bañista,
que de la mar es su dueño,
que cuando quiere la amansa,
como domador experto,
y cuando quiere la embrava,
haciendo de ella un infierno,
de olas que pregonan males,
de olas que buscan el cielo,
de olas que susurran muerte
y oleajes que dan miedo.
Bien picada anda la mar,
piensa el viejo marinero
que, en la esquinita del mar,
perdió su viejo velero,
en una tarde igualita,
a la que ahora tenemos.
Bien picada anda la mar,
la culpa la tiene el viento.
la culpa la tiene el viento
que, enemigo de la calma,
busca cansino pretexto,
para airear su presencia,
para sentirse contento
y recordarle al bañista,
que de la mar es su dueño,
que cuando quiere la amansa,
como domador experto,
y cuando quiere la embrava,
haciendo de ella un infierno,
de olas que pregonan males,
de olas que buscan el cielo,
de olas que susurran muerte
y oleajes que dan miedo.
Bien picada anda la mar,
piensa el viejo marinero
que, en la esquinita del mar,
perdió su viejo velero,
en una tarde igualita,
a la que ahora tenemos.
Bien picada anda la mar,
la culpa la tiene el viento.
viernes, 20 de agosto de 2010
Apuntes
Romancero de la Ballena
Mañana gris cenicienta,
sin prisas, coloreada,
grises de cielo plomizo,
grises de brumas talladas,
los aires granan frescores,
en la orilla de la playa,
frescores agradecidos,
frescores de estancia plácida,
las sombrillas, perezosas,
permanecen bien cerrada,
no quieren saber del sol,
ni de las brisas hermanas,
los bañistas se acomodan,
planifican sus andanzas,
los paseos cotidianos,
sus prodigiosas sentadas,
hay que cumplir, sin pensar,
la jornada programada,
con los grises quehaceres,
grises de sorda mañana.
sin prisas, coloreada,
grises de cielo plomizo,
grises de brumas talladas,
los aires granan frescores,
en la orilla de la playa,
frescores agradecidos,
frescores de estancia plácida,
las sombrillas, perezosas,
permanecen bien cerrada,
no quieren saber del sol,
ni de las brisas hermanas,
los bañistas se acomodan,
planifican sus andanzas,
los paseos cotidianos,
sus prodigiosas sentadas,
hay que cumplir, sin pensar,
la jornada programada,
con los grises quehaceres,
grises de sorda mañana.
jueves, 19 de agosto de 2010
Caricaturas (Homenaje)
Versos íntimos
Tengo un llavero dorado,
ajado por el sutil tiempo,
que tomo, de tarde en tarde,
cuando solo yo me encuentro,
y trato de abrir, despacio,
el arcón de mis recuerdos,
lleno de piezas marchitas,
patinadas de misterio,
confundidas, alienadas,
envueltas en tenues velos.
Las llaves de mi soledad,
abren puertas a los sueños,
al pasado inexistente,
a los posos del silencio.
Lo vivido y lo soñado,
son hijos del mismo dueño,
son hermanos procedentes
de aquel único venero
que, en el correr de los días,
anegó, sin miramiento,
mi caótica memoria,
posada de mis recuerdos.
ajado por el sutil tiempo,
que tomo, de tarde en tarde,
cuando solo yo me encuentro,
y trato de abrir, despacio,
el arcón de mis recuerdos,
lleno de piezas marchitas,
patinadas de misterio,
confundidas, alienadas,
envueltas en tenues velos.
Las llaves de mi soledad,
abren puertas a los sueños,
al pasado inexistente,
a los posos del silencio.
Lo vivido y lo soñado,
son hijos del mismo dueño,
son hermanos procedentes
de aquel único venero
que, en el correr de los días,
anegó, sin miramiento,
mi caótica memoria,
posada de mis recuerdos.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Romancero de la Ballena
A mis nietos Martina, Alejandra y Diego
Dime Martina, que quieres,
que, de la mar, yo te traiga,
unos frasquitos de sales,
o espumitas plateadas,
unas risueñas olitas
o unas caracolas blancas,
o quizás, a ti te gusten
las sirenitas de platas,
los caballitos de mar
o el pececillo escarlata.
Dime Alejandra que quieres,
que, de la mar, yo te traiga,
unos barquitos de velas
o un trocito de mar brava,
un pedacito de cielo
o una perla anacarada,
o quizás, a ti te gusten
los buzos y los piratas,
el vuelo de las gaviotas
o el orillar de la playa.
Dime Diego lo que quieres,
que, de la mar, yo te traiga,
aunque, en tu mundo de ahora,
sobren rimas y palabras,
un calorcito salado
o unos mimos y unas nanas,
un cofre para tus risas
o una cunita dorada,
donde soñar cosas lindas,
donde vivir horas santas.
Decidme pronto, mis nietos,
lo que queréis que yo os traiga,
que la noche vuela y vuela,
que la noche ya se acaba,
no vaya a ser, nietos míos,
que estén bravías las aguas,
que Neptuno esté dormido
y la mar esté cerrada.
Dime Martina, que quieres,
que, de la mar, yo te traiga,
unos frasquitos de sales,
o espumitas plateadas,
unas risueñas olitas
o unas caracolas blancas,
o quizás, a ti te gusten
las sirenitas de platas,
los caballitos de mar
o el pececillo escarlata.
Dime Alejandra que quieres,
que, de la mar, yo te traiga,
unos barquitos de velas
o un trocito de mar brava,
un pedacito de cielo
o una perla anacarada,
o quizás, a ti te gusten
los buzos y los piratas,
el vuelo de las gaviotas
o el orillar de la playa.
Dime Diego lo que quieres,
que, de la mar, yo te traiga,
aunque, en tu mundo de ahora,
sobren rimas y palabras,
un calorcito salado
o unos mimos y unas nanas,
un cofre para tus risas
o una cunita dorada,
donde soñar cosas lindas,
donde vivir horas santas.
Decidme pronto, mis nietos,
lo que queréis que yo os traiga,
que la noche vuela y vuela,
que la noche ya se acaba,
no vaya a ser, nietos míos,
que estén bravías las aguas,
que Neptuno esté dormido
y la mar esté cerrada.
martes, 17 de agosto de 2010
Apuntes
Romancero de la Ballena
Las brumas se hicieron brisas,
las espumas, polvo de agua,
los aires trajeron olas,
el viento templó sus armas
y en una esquina del cielo,
el sol, antorcha sultana,
pintó arco iris pastel,
con manifiesta desgana,
sobre la bruma, la espuma,
y el aire de la mañana.
las espumas, polvo de agua,
los aires trajeron olas,
el viento templó sus armas
y en una esquina del cielo,
el sol, antorcha sultana,
pintó arco iris pastel,
con manifiesta desgana,
sobre la bruma, la espuma,
y el aire de la mañana.
lunes, 16 de agosto de 2010
Romancero de la Ballena
Ayer, me quedé junto al Sol,
en su ocaso vespertino,
tomé acomodo en la arena,
abrí razón y sentidos,
para despedir, sin prisas,
al inalcanzable amigo
y para viajar despierto
al lejano paraíso
de los sueños, de los aires,
de las visiones del niño
que, alejado de la mar,
padece tiempos de olvido.
Con lentitud matemática,
con pasos de astro divino,
fue acercándose a la mar,
su incontestable destino
y, en su sacro caminar,
mudó dorado en naranja
con gratos tintes rojizos,
conformándose en esfera,
tenue celebrado círculo,
en rey de reyes, de reyes
del universo finito.
El tiempo no se detuvo,
siguió ideando caminos,
uno para el astro Sol,
otros, para peregrinos,
que encuentran, en la belleza,
deleites, goces benditos,
relajamiento, placer
y éxtasis contemplativos.
en su ocaso vespertino,
tomé acomodo en la arena,
abrí razón y sentidos,
para despedir, sin prisas,
al inalcanzable amigo
y para viajar despierto
al lejano paraíso
de los sueños, de los aires,
de las visiones del niño
que, alejado de la mar,
padece tiempos de olvido.
Con lentitud matemática,
con pasos de astro divino,
fue acercándose a la mar,
su incontestable destino
y, en su sacro caminar,
mudó dorado en naranja
con gratos tintes rojizos,
conformándose en esfera,
tenue celebrado círculo,
en rey de reyes, de reyes
del universo finito.
El tiempo no se detuvo,
siguió ideando caminos,
uno para el astro Sol,
otros, para peregrinos,
que encuentran, en la belleza,
deleites, goces benditos,
relajamiento, placer
y éxtasis contemplativos.
viernes, 13 de agosto de 2010
Apuntes
Romancero de la Ballena
Amigo, cierra los ojos,
abre puertas del oído,
para que el mar y la brisa,
te embriaguen de sonidos,
melodía improvisada,
sopor de sabor divino,
ronroneo escarchado
con mil aromas salinos,
que la milenaria mar,
señora de desatinos,
de gozos, de nimiedades,
de recuerdo redivivos,
de añoranzas, de vivencias,
hoy despierte al tierno niño,
que llevas en tus adentros,
a la sombra del olvido.
Amigo, cierra los ojos,
abre puertas del oído,
y liba con desmesura,
vieja ronda de sonidos,
canto de salinas notas,
riadas de alegres trinos,
de loca chiquillería,
que pregona su albedrío,
sin importarle los mares,
ni las olas del prejuicio.
Amigo, cierra los ojos,
abre puertas del oído.
abre puertas del oído,
para que el mar y la brisa,
te embriaguen de sonidos,
melodía improvisada,
sopor de sabor divino,
ronroneo escarchado
con mil aromas salinos,
que la milenaria mar,
señora de desatinos,
de gozos, de nimiedades,
de recuerdo redivivos,
de añoranzas, de vivencias,
hoy despierte al tierno niño,
que llevas en tus adentros,
a la sombra del olvido.
Amigo, cierra los ojos,
abre puertas del oído,
y liba con desmesura,
vieja ronda de sonidos,
canto de salinas notas,
riadas de alegres trinos,
de loca chiquillería,
que pregona su albedrío,
sin importarle los mares,
ni las olas del prejuicio.
Amigo, cierra los ojos,
abre puertas del oído.
jueves, 12 de agosto de 2010
Caricaturas (Homenaje)
Versos íntimos
A Jaime
Hoy toca rebelión,
contra la incomprensible muerte,
por su caprichoso hacer,
contra las motos asesinas,
por sus fatídicos record,
contra las imprudencias juveniles,
por sus funestas consecuencias,
contra el consentir de los mayores,
por sus irreparables daños,
contra la complicidad de los amigos,
por sus nefastos corolarios,
contra la permisibilidad del gobernante,
por sus peligrosas derivaciones,
contra la engañosa vida,
por su esencia efímera,
contra la palabra,
por su poco valor
y contra Dios,
por su costumbre de ponernos a prueba.
Hoy toca rebelión,
contra todo y contra todos,
por inventar los vehículos motorizados,
por encumbrar la velocidad,
por endiosar la noche,
por darle alas a la Parca.
¡Silencio!
Hoy toca examen de conciencia,
entonemos el: “Es nuestra culpa”.
Hoy toca rebelión,
contra la incomprensible muerte,
por su caprichoso hacer,
contra las motos asesinas,
por sus fatídicos record,
contra las imprudencias juveniles,
por sus funestas consecuencias,
contra el consentir de los mayores,
por sus irreparables daños,
contra la complicidad de los amigos,
por sus nefastos corolarios,
contra la permisibilidad del gobernante,
por sus peligrosas derivaciones,
contra la engañosa vida,
por su esencia efímera,
contra la palabra,
por su poco valor
y contra Dios,
por su costumbre de ponernos a prueba.
Hoy toca rebelión,
contra todo y contra todos,
por inventar los vehículos motorizados,
por encumbrar la velocidad,
por endiosar la noche,
por darle alas a la Parca.
¡Silencio!
Hoy toca examen de conciencia,
entonemos el: “Es nuestra culpa”.
martes, 10 de agosto de 2010
Caricaturas (Homenaje)
Romancero de la Ballena
Soñaba el viejo velero,
regreso a la mar soñada,
soñaba, triste soñaba,
navegar sobre las aguas,
sobre los bucles salinos,
abriendo surcos de plata.
Soñaba el viejo velero,
desplegar sus velas blancas,
soñaba el pobre, soñaba,
navegar con todo el alma,
tomar, del aire, los aires,
para volar sobre el agua.
Soñaba el viejo velero,
hundir su quilla en el agua,
soñaba, loco soñaba,
acariciar a su dama,
dibujar rayas de espuma,
sobre su piel azulada.
Mientras el pobre soñaba,
roía el mar sus entrañas,
horadando viejo casco,
matando su vieja alma.
Soñaba el viejo velero,
y soñaba, para nada.
regreso a la mar soñada,
soñaba, triste soñaba,
navegar sobre las aguas,
sobre los bucles salinos,
abriendo surcos de plata.
Soñaba el viejo velero,
desplegar sus velas blancas,
soñaba el pobre, soñaba,
navegar con todo el alma,
tomar, del aire, los aires,
para volar sobre el agua.
Soñaba el viejo velero,
hundir su quilla en el agua,
soñaba, loco soñaba,
acariciar a su dama,
dibujar rayas de espuma,
sobre su piel azulada.
Mientras el pobre soñaba,
roía el mar sus entrañas,
horadando viejo casco,
matando su vieja alma.
Soñaba el viejo velero,
y soñaba, para nada.
lunes, 9 de agosto de 2010
Versos íntimos
DESDE MI RINCÓN
Tengo en mi casa un rincón,
donde mi sed de arte, calmo,
donde las nieblas del tedio,
de mi corazón espanto,
donde los duros silencios
se vuelven sonidos gratos
y los bárbaros sonidos,
suenan como hermosos cantos.
Desde mi amado rincón,
refugio, íntimo santuario,
exprimo jugo a la vida,
rompo los tercos horarios,
y visto mi sereno hacer
con aromas cotidianos,
devolviéndole a las cosas,
sus olvidados encantos.
El tiempo vuela deprisa
en éste rincón soñado,
cuando mis manos, mi mente
buscan atinados trazos;
cuando la dúctil palabra,
esencia de libro extraño,
con despabilados ojos,
poco a poco, desentraño;
cuando las sencillas notas
de mil armoniosos cantos,
con pátina de imborrables
en mis oídos, yo guardo,
y cuando la nada inunda
rincón íntimo, sagrado,
y yo, mis humanos sueños
en fiel velero, lo embarco,
y un frasco de fantasías,
sin temores, yo destapo.
Tengo en mi casa un rincón
donde feliz, yo trabajo.
Tengo en mi casa un rincón,
donde mi sed de arte, calmo,
donde las nieblas del tedio,
de mi corazón espanto,
donde los duros silencios
se vuelven sonidos gratos
y los bárbaros sonidos,
suenan como hermosos cantos.
Desde mi amado rincón,
refugio, íntimo santuario,
exprimo jugo a la vida,
rompo los tercos horarios,
y visto mi sereno hacer
con aromas cotidianos,
devolviéndole a las cosas,
sus olvidados encantos.
El tiempo vuela deprisa
en éste rincón soñado,
cuando mis manos, mi mente
buscan atinados trazos;
cuando la dúctil palabra,
esencia de libro extraño,
con despabilados ojos,
poco a poco, desentraño;
cuando las sencillas notas
de mil armoniosos cantos,
con pátina de imborrables
en mis oídos, yo guardo,
y cuando la nada inunda
rincón íntimo, sagrado,
y yo, mis humanos sueños
en fiel velero, lo embarco,
y un frasco de fantasías,
sin temores, yo destapo.
Tengo en mi casa un rincón
donde feliz, yo trabajo.
domingo, 8 de agosto de 2010
Acuarela
Romancero de la Ballena
A un velero que, sin saber como, ni que buscaba, llegó a la orilla de la Playa de la Ballena y nos regaló compañía durante unos meses, hasta que encontró la forma de volver a su espacio natural, el mar.
Llegó a la costa, perdido,
sin saber donde atracaba,
llegó herido y maltrecho,
arrastrado por las aguas
y, en la arena, se clavó,
con furia de gran lanzada
y, en la arena, se marchita,
preso de loca arribada,
sin poder volver al mar,
sin posar sobre su amada,
sin sentir sobre su piel,
la sal de sus olas bravas,
viendo su cuerpo, pudrir,
en la orilla de la playa.
Como vino se marchó,
estrenando alba mañana,
aquel extraño velero
que encontró calor y estancia,
en la Ballena roteña,
en sus arenas doradas.
Llegó a la costa, perdido,
sin saber donde atracaba,
llegó herido y maltrecho,
arrastrado por las aguas
y, en la arena, se clavó,
con furia de gran lanzada
y, en la arena, se marchita,
preso de loca arribada,
sin poder volver al mar,
sin posar sobre su amada,
sin sentir sobre su piel,
la sal de sus olas bravas,
viendo su cuerpo, pudrir,
en la orilla de la playa.
Como vino se marchó,
estrenando alba mañana,
aquel extraño velero
que encontró calor y estancia,
en la Ballena roteña,
en sus arenas doradas.
viernes, 6 de agosto de 2010
Apuntes
Romancero de la Ballena
Aletea la gaviota,
con alarde de gran dama,
planea sobre la mar,
como una diosa hechizada,
va dibujando en los aires,
rimas de etérea estampa,
deslices majestuosos,
serenidades sagradas.
Aletea la gaviota,
sobre el mar, como si nada.
con alarde de gran dama,
planea sobre la mar,
como una diosa hechizada,
va dibujando en los aires,
rimas de etérea estampa,
deslices majestuosos,
serenidades sagradas.
Aletea la gaviota,
sobre el mar, como si nada.
jueves, 5 de agosto de 2010
Versos de los Alcores
A UN OLIVO VERDE
Olivo de hojitas verdes,
con verdor, de verde olivo,
tronco de quebrado acero,
por el tiempo retorcido,
tallado, como se tallan,
las olas del mar bravío,
grietas recorren tu cuerpo,
dibujando mil caminos,
caminos de mil recodos,
recodos de aceite y vino,
por donde se esconde el viento
y se escapan tus suspiros.
Olivo de olivas verdes,
con verdor, de verde olivo.
Oliva de duro hueso,
en su interior escondido,
fruto de jugoso óleo,
con esfuerzo recogido,
vareados en los aires
con vara de cuerpo fino,
por la fuerte y ruda mano
de un aceitunero altivo,
jornalero, a su pesar,
cumpliendo triste destino.
Olivo de sueños verdes,
con verdor, de verde olivo,
vives para ser soñado
con sueño alegre, de niño,
grabado en tu recio tronco
con gubias de acero vivo,
fabricadas en las fraguas
que existían en El Viso,
entre el alcor y la vega,
entre verdades y mitos.
Sueños que se han despertado
a la sombra de un olivo
que, junto a la Piedra el Gallo,
no deja de mirar El Viso.
Olivo de hojitas verdes,
con verdor, de verde olivo,
tronco de quebrado acero,
por el tiempo retorcido,
tallado, como se tallan,
las olas del mar bravío,
grietas recorren tu cuerpo,
dibujando mil caminos,
caminos de mil recodos,
recodos de aceite y vino,
por donde se esconde el viento
y se escapan tus suspiros.
Olivo de olivas verdes,
con verdor, de verde olivo.
Oliva de duro hueso,
en su interior escondido,
fruto de jugoso óleo,
con esfuerzo recogido,
vareados en los aires
con vara de cuerpo fino,
por la fuerte y ruda mano
de un aceitunero altivo,
jornalero, a su pesar,
cumpliendo triste destino.
Olivo de sueños verdes,
con verdor, de verde olivo,
vives para ser soñado
con sueño alegre, de niño,
grabado en tu recio tronco
con gubias de acero vivo,
fabricadas en las fraguas
que existían en El Viso,
entre el alcor y la vega,
entre verdades y mitos.
Sueños que se han despertado
a la sombra de un olivo
que, junto a la Piedra el Gallo,
no deja de mirar El Viso.
miércoles, 4 de agosto de 2010
Apuntes
A bote pronto
Con manifiesto retraso, nos sumamos a la euforia colectiva propiciada por el triunfo de "La Roja", con este modesto e intranscedente poema.
¡Cuánto costó, CAMPEONES!
Cuánta lucha y sufrimiento,
cuánta lágrima vertida,
cuánto griterío al viento,
cuánta esperanza maltrecha,
cuánto descarriado sueño,
cuánta incomoda locura,
cuánto viaje al infierno,
cuánta falsa cercanía,
cuántos alejados cielos,
cuántas hambrunas de triunfos,
cuánto inservible amuleto,
cuánta sed sin redimir,
cuánto amargo desaliento,
cuántos puntos infinitos,
cuántos insufribles vuelcos,
cuántas insumisas glorias,
cuánto escurridizo anhelo,
¡Cuántos!
Y en un bendito segundo,
rolan los pérfidos vientos,
y una redonda burbuja,
golpeada con acierto,
llega al fondo de la red
y se rinde el mundo entero,
y el gran olimpo del fútbol
con dioses de rango y peso,
olvidan darnos la espalda
y nos otorgan el premio,
ser CAMPEONES MUNDIALES,
con justo merecimiento,
y los cuántos se acabaron,
y se durmieron los cuentos,
y de alba realidad
se han vestido nuestros sueños,
allá, donde el mundo acaba,
y ahora…, empieza lo bueno.
¡Cuánto costó, CAMPEONES!
Cuánta lucha y sufrimiento,
cuánta lágrima vertida,
cuánto griterío al viento,
cuánta esperanza maltrecha,
cuánto descarriado sueño,
cuánta incomoda locura,
cuánto viaje al infierno,
cuánta falsa cercanía,
cuántos alejados cielos,
cuántas hambrunas de triunfos,
cuánto inservible amuleto,
cuánta sed sin redimir,
cuánto amargo desaliento,
cuántos puntos infinitos,
cuántos insufribles vuelcos,
cuántas insumisas glorias,
cuánto escurridizo anhelo,
¡Cuántos!
Y en un bendito segundo,
rolan los pérfidos vientos,
y una redonda burbuja,
golpeada con acierto,
llega al fondo de la red
y se rinde el mundo entero,
y el gran olimpo del fútbol
con dioses de rango y peso,
olvidan darnos la espalda
y nos otorgan el premio,
ser CAMPEONES MUNDIALES,
con justo merecimiento,
y los cuántos se acabaron,
y se durmieron los cuentos,
y de alba realidad
se han vestido nuestros sueños,
allá, donde el mundo acaba,
y ahora…, empieza lo bueno.
martes, 3 de agosto de 2010
Caricaturas (Homenaje)
Versos de añoranza
GAVIOTAS DE MI NIÑEZ
Las blancas gaviotas,
de plumas salinas,
grabadas quedaron,
con mágica tinta,
en ojos despiertos,
de nuevas retinas,
abiertos al mar,
al mar de Melilla.
Mis blancas gaviotas,
dueñas de las brisas,
en la Rusadir,
cristiana y fenicia,
con vuelos rasantes
baldean la orilla,
de la bella mar,
su mejor amiga,
junto al cargadero
de áurea pirita,
dorado tesoro
de una vieja mina.
Las veo volar
de forma sencilla,
garbosas, serenas,
algo presumidas,
dibujando sombras
en la arena fina,
la cálida alfombra
de la mar divina.
Mis ojos guardaron,
entrañables vistas,
estampas de ayer,
nuevas, redivivas,
que vuelan serenas,
cual gaviota amiga,
buscando el abrazo
del mar de Melilla.
Las blancas gaviotas,
de plumas salinas,
grabadas quedaron,
con mágica tinta,
en ojos despiertos,
de nuevas retinas,
abiertos al mar,
al mar de Melilla.
Mis blancas gaviotas,
dueñas de las brisas,
en la Rusadir,
cristiana y fenicia,
con vuelos rasantes
baldean la orilla,
de la bella mar,
su mejor amiga,
junto al cargadero
de áurea pirita,
dorado tesoro
de una vieja mina.
Las veo volar
de forma sencilla,
garbosas, serenas,
algo presumidas,
dibujando sombras
en la arena fina,
la cálida alfombra
de la mar divina.
Mis ojos guardaron,
entrañables vistas,
estampas de ayer,
nuevas, redivivas,
que vuelan serenas,
cual gaviota amiga,
buscando el abrazo
del mar de Melilla.
lunes, 2 de agosto de 2010
Caricaturas (Homenaje)
Versos a Gloria Fuerte (VI)
6. AQUÍ PAZ Y GLORIA
Fácil resulta versar,
por ti, mi Gloria, admirada,
fácil resulta encontrar
muchas cómplices palabras,
divertidas caminantes,
en tus campos, en tus campas,
en tus libros de papel,
en tus cuentos, en tus nanas.
Contigo respiro paz
y trocitos de esperanza,
contigo siento el calor
de aquella lejana infancia,
que se me perdió anteayer,
entre sueños de hojalata,
entre suspiros de niño
y ricas garrapiñadas.
Aquí paz y gloria, digo,
al despuntar la mañana,
por siempre paz, y aquí, Gloria,
porque me ha venido en gana,
que esperando, aquí me encuentro,
que repiquen las campanas,
por la gloria de tu gloria,
la de la tres Reinas Magas.
Fácil resulta versar,
por ti, mi Gloria, admirada,
fácil resulta encontrar
muchas cómplices palabras,
divertidas caminantes,
en tus campos, en tus campas,
en tus libros de papel,
en tus cuentos, en tus nanas.
Contigo respiro paz
y trocitos de esperanza,
contigo siento el calor
de aquella lejana infancia,
que se me perdió anteayer,
entre sueños de hojalata,
entre suspiros de niño
y ricas garrapiñadas.
Aquí paz y gloria, digo,
al despuntar la mañana,
por siempre paz, y aquí, Gloria,
porque me ha venido en gana,
que esperando, aquí me encuentro,
que repiquen las campanas,
por la gloria de tu gloria,
la de la tres Reinas Magas.
domingo, 1 de agosto de 2010
Carboncillos
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