Témpera sobre cartulina negra.
(Clickear para ver en mayor tamaño)
viernes, 25 de febrero de 2011
Versos de decires
OLVIDA
Agua que no has de beber,
déjala siempre correr,
aunque el ardor de la vida,
despierte en ti, loca sed.
En el amor y los tratos,
no pierdas la sensatez,
fija tus pies en los suelos,
no tientes la ingravidez,
que los cielos están bien altos,
y duro es siempre, el caer,
y no merece la pena,
romperse por un querer,
que todo en la vida es sueño,
y el sueño es puro oropel.
Agua que no has de beber,
déjala siempre correr,
aunque el ardor de la vida,
despierte en ti, loca sed.
En el amor y los tratos,
no pierdas la sensatez,
fija tus pies en los suelos,
no tientes la ingravidez,
que los cielos están bien altos,
y duro es siempre, el caer,
y no merece la pena,
romperse por un querer,
que todo en la vida es sueño,
y el sueño es puro oropel.
jueves, 24 de febrero de 2011
Versos de abuelo para un hermano
JUGAR CON LO DIMINUTO
Hoy quiero jugar, hermano,
con palabritas pequeñas,
que también tienen derechos
a ser parte de un poemas,
de un poema pequeñito,
con saborcito a canela,
a pastelito de gloria
y a buen té con hierbabuena.
Hoy quiero jugar, hermano,
un ratito a ser poeta,
a poeta diminuto,
de musitas marineras,
venidas del ultramar
en sus barquitas de velas,
navegando despacito,
sobre las agüitas frescas.
Hoy quiero jugar, hermano,
con mis dos pequeña nietas,
con Martina y Alejandra,
mis dos perlitas visueñas,
y velar sus sueñecitos,
cuando en mis brazos se duerman,
y cantarles dos nanitas,
dos nanitas marineras,
para que sueñen con mares,
con olitas, con arenas.
Hoy quiero jugar, hermano,
a lo que mi almita quiera.
Lástima no poder volver atrás, empequeñecerse, hacerse diminuto, pequeño, insignificante, para ver más grande aún, la grandeza de las pequeñas cosas buenas de la vida.
Hoy quiero jugar, hermano,
con palabritas pequeñas,
que también tienen derechos
a ser parte de un poemas,
de un poema pequeñito,
con saborcito a canela,
a pastelito de gloria
y a buen té con hierbabuena.
Hoy quiero jugar, hermano,
un ratito a ser poeta,
a poeta diminuto,
de musitas marineras,
venidas del ultramar
en sus barquitas de velas,
navegando despacito,
sobre las agüitas frescas.
Hoy quiero jugar, hermano,
con mis dos pequeña nietas,
con Martina y Alejandra,
mis dos perlitas visueñas,
y velar sus sueñecitos,
cuando en mis brazos se duerman,
y cantarles dos nanitas,
dos nanitas marineras,
para que sueñen con mares,
con olitas, con arenas.
Hoy quiero jugar, hermano,
a lo que mi almita quiera.
Lástima no poder volver atrás, empequeñecerse, hacerse diminuto, pequeño, insignificante, para ver más grande aún, la grandeza de las pequeñas cosas buenas de la vida.
martes, 22 de febrero de 2011
Versos dedicados a...
EL SENTIDO COMÚN
En el correr de mi tiempo,
ayer, sin apenas notarlo,
perdí el Sentido Común,
¡Señor, vaya varapalo!
No sé ni cómo, ni dónde,
ni la forma de encontrarlo,
y no quisiera pasarme
la vida como un pasmado,
yendo de aquí para allá,
como un poseso, buscando
a aquel, mi Común Sentido,
como un pobre desgraciado.
No quisiera yo pensar
que, algún loco desalmado,
se lo encuentre y lo use
como un juguete barato,
que lo fuerce, que lo rompa,
que le produzca algún daño.
¿Cómo podría vivir,
sin tenerlo yo a mi lado?
No sé que hubiera oficinas,
ni hombres especializados,
ni aparatos detectores,
para poder encontrarlos,
ni hogar de objetos perdidos,
donde pueda reclamarlo.
¡Pobre Sentido Común,
qué mal lo estarás pasando!
¡Y pobre de mí, sin ti,
en este mundo alocado!
Sólo me queda un consuelo,
que caiga en muy buenas manos,
que lo usen con prudencia,
con cordura, con agrado,
con mesura y sensatez,
con la madurez del sabio.
Y muchos se preguntarán,
tragaldabas de despachos,
timoratos pusilánimes,
por qué ando preocupado,
si todo Sentido Común,
tiene sus días contados,
que no valen ni un pimiento,
ni les importa unos rábanos.
¡Ay Señor, como anda el mundo,
con tanto ido mamarracho!
En el correr de mi tiempo,
ayer, sin apenas notarlo,
perdí el Sentido Común,
¡Señor, vaya varapalo!
No sé ni cómo, ni dónde,
ni la forma de encontrarlo,
y no quisiera pasarme
la vida como un pasmado,
yendo de aquí para allá,
como un poseso, buscando
a aquel, mi Común Sentido,
como un pobre desgraciado.
No quisiera yo pensar
que, algún loco desalmado,
se lo encuentre y lo use
como un juguete barato,
que lo fuerce, que lo rompa,
que le produzca algún daño.
¿Cómo podría vivir,
sin tenerlo yo a mi lado?
No sé que hubiera oficinas,
ni hombres especializados,
ni aparatos detectores,
para poder encontrarlos,
ni hogar de objetos perdidos,
donde pueda reclamarlo.
¡Pobre Sentido Común,
qué mal lo estarás pasando!
¡Y pobre de mí, sin ti,
en este mundo alocado!
Sólo me queda un consuelo,
que caiga en muy buenas manos,
que lo usen con prudencia,
con cordura, con agrado,
con mesura y sensatez,
con la madurez del sabio.
Y muchos se preguntarán,
tragaldabas de despachos,
timoratos pusilánimes,
por qué ando preocupado,
si todo Sentido Común,
tiene sus días contados,
que no valen ni un pimiento,
ni les importa unos rábanos.
¡Ay Señor, como anda el mundo,
con tanto ido mamarracho!
domingo, 20 de febrero de 2011
Versos de deseo
LA GRAN DAMA DE MIS SUEÑOS
Señora felicidad,
fui siempre tu amante ciego,
te busqué a todas horas,
por difíciles senderos,
quise saber de tu gloria,
de tu caminar sereno,
de la gracia, de la dicha,
que moran en tus adentros,
de los venturosos dones,
que se ocultan en tu seno,
embriagados de placer,
arrullados por tus vientos.
Señora felicidad,
poseerte, no es mi sueño,
sólo unas gotas de ti
colmarían mis anhelos,
sólo un trocito de ti,
calmarían mis deseos.
Señora felicidad,
descúbreme algún secreto,
de esos que, celosa, guardas,
en tus estancias del cielo,
en arcones de colores,
fabricados por tus sueños,
con pizcas de bienestar,
de salud y de misterios.
Señora felicidad,
escucha estos locos versos,
nacido en los desvaríos,
de un descarriado viejo,
que a dos pasos de su meta,
desbarra contrito rezo,
para encontrarse contigo,
ante póstumo paseo.
Señora felicidad,
fui siempre tu amante ciego,
te busqué a todas horas,
por difíciles senderos,
quise saber de tu gloria,
de tu caminar sereno,
de la gracia, de la dicha,
que moran en tus adentros,
de los venturosos dones,
que se ocultan en tu seno,
embriagados de placer,
arrullados por tus vientos.
Señora felicidad,
poseerte, no es mi sueño,
sólo unas gotas de ti
colmarían mis anhelos,
sólo un trocito de ti,
calmarían mis deseos.
Señora felicidad,
descúbreme algún secreto,
de esos que, celosa, guardas,
en tus estancias del cielo,
en arcones de colores,
fabricados por tus sueños,
con pizcas de bienestar,
de salud y de misterios.
Señora felicidad,
escucha estos locos versos,
nacido en los desvaríos,
de un descarriado viejo,
que a dos pasos de su meta,
desbarra contrito rezo,
para encontrarse contigo,
ante póstumo paseo.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Versos dedicados a...
UN BABERO
Un babero me compré
en la orillita del cielo,
en una tienda de moda
y de exclusivos baberos,
con estrellitas, pintadas,
y relucientes luceros,
para limpiarme las babas,
babitas de loco abuelo
que, sin querer, se me escapan,
cuando contemplo a mis nietos,
que escapan, a mi pesar,
como se escapa mi tiempo.
Un babero me compré
en la orillita del cielo,
en una tienda de moda
y de exclusivos baberos,
con estrellitas, pintadas,
y relucientes luceros,
para limpiarme las babas,
babitas de loco abuelo
que, sin querer, se me escapan,
cuando contemplo a mis nietos,
que escapan, a mi pesar,
como se escapa mi tiempo.
martes, 15 de febrero de 2011
Versos para el que los quiera
ROMANCE LOCO DE UN GRAN LOCO
Romance disparatado,
encontré en un mentidero,
escrito en papel de niebla,
con pluma de un viejo cuervo,
con una tinta invisible,
con letra de libro viejo.
Temática desatinada,
llena de trucos y enredos,
de palabras dislocadas,
de lánguidos locos versos,
sólo la rima guardaba,
norma, regla y precepto,
sin pasarse de la raya,
sin practicar loco juego.
Un loco debió escribirlo,
en su gran locura, envuelto,
desafiando a los mundos,
retando a todos los cuerdos,
a los clásicos poetas,
a los vates del momento,
a las caprichosas musas,
a los duendes del ingenio,
al tonto de capirote,
a los sabios y a los genios,
teniendo, para cada uno,
jaculatorias y versos,
locuras de horas locas,
locuras de locos tiempos.
Sólo los locos conocen
donde se esconden los sueños,
donde se ocultan las risas,
donde se fabrica el miedo,
donde se muere la muerte,
donde se compra el salero.
Sólo los locos nos cuentan,
las verdades del barquero,
los dichos de Maricastañas,
las mentiras del banquero,
las penas de Cucufato,
las artes de Don Tancredo.
Sólo los locos se ríen,
de la muerte y de su reino,
de lo divino y sagrado,
del infierno y de los cielos,
de las grandes paparruchas
de los que rigen los pueblos,
del poder y de la gloria
y del goloso dinero.
Por si quisieran leerlo,
con el romance les dejo.
“Yo, el más ido de los locos,
a la par, loco y loquero,
pájaro loco, loquillo,
sembraré esto locos versos,
en la orilla de la luna,
en las esquinas del cielo,
en las ventanas del campo,
en las puertas del infierno,
en los ojos de la niebla,
en las orejas del viento,
para reírme de mí,
al escuchar los lamentos,
de mi corta entendedera,
de mis raquíticos sesos,
para burlarme de ti,
ejemplo del hombre cuerdo.
Yo, gusano de cortas horas,
de brevedades y sueños,
hermano de la locura,
inventora de estos versos,
derramo sobre vosotros,
todos mis chiflados rezos,
plegarias de iluminado,
chorizadas, esperpentos,
para embrujaros a todos,
para volveros jumentos,
para reciclar el mundo,
para darle un loco sello,
maneras de locura honda,
locuras de aires nuevos.
Yo, pan de locura extrema,
vetusto, rancio alimento,
manduca desheredada,
dejaré mis locos versos,
sobre los techos del mar,
sobre la piel del aliento,
sobre las sombras del alma,
sobre el humo de un ¡te quiero!,
para haceros, calcetines,
y daros la vuelta, al tiempo,
o tortilla de patata,
o soberano misterio,
para despertar, hoy mismo,
al hombre que llevamos dentro.
Yo, calenturienta locura,
ruina, desastre, desecho,
despojo del ser humano,
guardaré esto locos versos,
en las copas de los árboles,
en los gritos del silencio,
en las sombras de los mares,
en las caricias del viento,
para que nunca se acaben,
los antiguos romanceros,
los juglares y los bardos,
los trovadores, los sueños,
la palabra enloquecida,
la rima y los versos frescos”.
Romance disparatado,
encontré en un mentidero,
escrito en papel de niebla,
con pluma de un viejo cuervo,
con una tinta invisible,
con letra de libro viejo.
Temática desatinada,
llena de trucos y enredos,
de palabras dislocadas,
de lánguidos locos versos,
sólo la rima guardaba,
norma, regla y precepto,
sin pasarse de la raya,
sin practicar loco juego.
Un loco debió escribirlo,
en su gran locura, envuelto,
desafiando a los mundos,
retando a todos los cuerdos,
a los clásicos poetas,
a los vates del momento,
a las caprichosas musas,
a los duendes del ingenio,
al tonto de capirote,
a los sabios y a los genios,
teniendo, para cada uno,
jaculatorias y versos,
locuras de horas locas,
locuras de locos tiempos.
Sólo los locos conocen
donde se esconden los sueños,
donde se ocultan las risas,
donde se fabrica el miedo,
donde se muere la muerte,
donde se compra el salero.
Sólo los locos nos cuentan,
las verdades del barquero,
los dichos de Maricastañas,
las mentiras del banquero,
las penas de Cucufato,
las artes de Don Tancredo.
Sólo los locos se ríen,
de la muerte y de su reino,
de lo divino y sagrado,
del infierno y de los cielos,
de las grandes paparruchas
de los que rigen los pueblos,
del poder y de la gloria
y del goloso dinero.
Por si quisieran leerlo,
con el romance les dejo.
“Yo, el más ido de los locos,
a la par, loco y loquero,
pájaro loco, loquillo,
sembraré esto locos versos,
en la orilla de la luna,
en las esquinas del cielo,
en las ventanas del campo,
en las puertas del infierno,
en los ojos de la niebla,
en las orejas del viento,
para reírme de mí,
al escuchar los lamentos,
de mi corta entendedera,
de mis raquíticos sesos,
para burlarme de ti,
ejemplo del hombre cuerdo.
Yo, gusano de cortas horas,
de brevedades y sueños,
hermano de la locura,
inventora de estos versos,
derramo sobre vosotros,
todos mis chiflados rezos,
plegarias de iluminado,
chorizadas, esperpentos,
para embrujaros a todos,
para volveros jumentos,
para reciclar el mundo,
para darle un loco sello,
maneras de locura honda,
locuras de aires nuevos.
Yo, pan de locura extrema,
vetusto, rancio alimento,
manduca desheredada,
dejaré mis locos versos,
sobre los techos del mar,
sobre la piel del aliento,
sobre las sombras del alma,
sobre el humo de un ¡te quiero!,
para haceros, calcetines,
y daros la vuelta, al tiempo,
o tortilla de patata,
o soberano misterio,
para despertar, hoy mismo,
al hombre que llevamos dentro.
Yo, calenturienta locura,
ruina, desastre, desecho,
despojo del ser humano,
guardaré esto locos versos,
en las copas de los árboles,
en los gritos del silencio,
en las sombras de los mares,
en las caricias del viento,
para que nunca se acaben,
los antiguos romanceros,
los juglares y los bardos,
los trovadores, los sueños,
la palabra enloquecida,
la rima y los versos frescos”.
domingo, 13 de febrero de 2011
Plumilla
Ventana modernista (Melilla)
Tinta china sepia sobre papel.
(Clickear para ver en mayor tamaño)
Versos dedicados a...
A MIS MUSAS
Mis musas vienen de noche,
cuando se acuesta el silencio;
cuando el gorrión se encuentra
en el mejor de sus sueños,
y sus muchos gorrioncillos,
no tienen ganas de juego;
cuando el mosquito se haya,
de sangre, bien satisfecho,
ya ha picado suficiente,
y como “el Quico” se ha puesto;
cuando la luna lunera,
se bebe todos los vientos
y dormita silenciosa,
con sus ojos semiabiertos;
cuando el grillo y la cigarra
se miran con embeleso,
sin hacer ningún ruidito,
debajo del tomatero.
Mis musas vienen de noche,
cuando se duerme el silencio,
para traerme, gozosas,
racimos de versos nuevos,
por ser el único ser,
que las espera, despierto,
con pijamita de insomnio
y el ordenador abierto,
para teclear, silente,
la retahíla de versos,
que me regalan las musas
que viven bajo mi techo.
Mis musas vienen de noche,
cuando se acuesta el silencio;
cuando el gorrión se encuentra
en el mejor de sus sueños,
y sus muchos gorrioncillos,
no tienen ganas de juego;
cuando el mosquito se haya,
de sangre, bien satisfecho,
ya ha picado suficiente,
y como “el Quico” se ha puesto;
cuando la luna lunera,
se bebe todos los vientos
y dormita silenciosa,
con sus ojos semiabiertos;
cuando el grillo y la cigarra
se miran con embeleso,
sin hacer ningún ruidito,
debajo del tomatero.
Mis musas vienen de noche,
cuando se duerme el silencio,
para traerme, gozosas,
racimos de versos nuevos,
por ser el único ser,
que las espera, despierto,
con pijamita de insomnio
y el ordenador abierto,
para teclear, silente,
la retahíla de versos,
que me regalan las musas
que viven bajo mi techo.
viernes, 11 de febrero de 2011
Plumilla
Iglesia Parroquial San Vicente Mártir. Tocina (Sevilla)
Tinta china negra sobre papel.
(Clickear para ver en mayor tamaño)
Versos de decires
LA BUENA SOMBRA
El que a buen árbol se arrima,
buena sombra lo cobija,
aunque éste, sea pequeño
y su sombra, pequeñita.
Busquemos las buenas sombras,
a todas horas del día,
cuando se levanta el sol,
al llegar la atardecida,
y sobre todo, en las noches,
cuando las mentes dormitan,
que hay que tener gran cuidado
en no tropezar, en la esquina,
con “malages”, malas sombras,
que nos amargan la vida.
El que a buen árbol se arrima,
buena sombra lo cobija,
aunque éste, sea pequeño
y su sombra, pequeñita.
Busquemos las buenas sombras,
a todas horas del día,
cuando se levanta el sol,
al llegar la atardecida,
y sobre todo, en las noches,
cuando las mentes dormitan,
que hay que tener gran cuidado
en no tropezar, en la esquina,
con “malages”, malas sombras,
que nos amargan la vida.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Versos de decires
A TIEMPO
Aprende que nunca es tarde,
si la dicha está en la puerta,
que el tiempo es un loco invento,
y la dicha, loca hembra.
Que no nos marquen el tiempo,
en las sagradas tareas,
que nadie nos marque el paso,
ni nos cierre abierta puerta,
en los caminos del cielo,
en las sendas de la tierra,
cuando la dicha se asome,
cuando la tengamos cerca,
que la dicha es caprichosa y…
mucho cuesta retenerla.
Aprende que nunca es tarde,
si la dicha está en la puerta,
que el tiempo es un loco invento,
y la dicha, loca hembra.
Que no nos marquen el tiempo,
en las sagradas tareas,
que nadie nos marque el paso,
ni nos cierre abierta puerta,
en los caminos del cielo,
en las sendas de la tierra,
cuando la dicha se asome,
cuando la tengamos cerca,
que la dicha es caprichosa y…
mucho cuesta retenerla.
lunes, 7 de febrero de 2011
Versos de agradecido
VIVIR
¡Qué placer más agradable!
¡Qué gozo más sugestivo!
¡Qué gusto más seductor!
¡Qué delicia, hermano, amigo,
cuando, al llegar la mañana,
puertas a la vida, abrimos!
Abrir los ojos al día,
es trabajo bien sencillo,
abrir ventanas al tiempo,
es placentero ejercicio,
asomarse a la existencia
con la mente y los sentidos,
es regalo, don, presente,
dádiva, obsequio divino.
Por eso, cada mañana,
antes de emprender camino,
le doy gracias a los cielos,
al que me mantiene vivo,
al que me permite estar
con mis gentes, mis amigos,
y me regala palabras,
sueños y libre albedrío,
para componer poemas
y saber que vivo sigo.
¡Qué placer más agradable!
¡Qué gozo más sugestivo!
¡Qué gusto más seductor!
¡Qué delicia, hermano, amigo,
cuando, al llegar la mañana,
puertas a la vida, abrimos!
Abrir los ojos al día,
es trabajo bien sencillo,
abrir ventanas al tiempo,
es placentero ejercicio,
asomarse a la existencia
con la mente y los sentidos,
es regalo, don, presente,
dádiva, obsequio divino.
Por eso, cada mañana,
antes de emprender camino,
le doy gracias a los cielos,
al que me mantiene vivo,
al que me permite estar
con mis gentes, mis amigos,
y me regala palabras,
sueños y libre albedrío,
para componer poemas
y saber que vivo sigo.
domingo, 6 de febrero de 2011
Las Meninas
Particular versión del famoso cuadro de Velázquez.
¡Perdón por la osadía!
Témpera sobre cartulina negra.
(Clickear para ver en mayor tamaño)
Versos de decires
¡ELIGE BIEN!
Si me dices con quien andas,
yo te he de decir quien eres,
que las compañías son
frutitas muy diferentes.
Las hay que pronto maduran,
las hay que pronto se pierden,
las hay, muy sosas e insípidas,
las hay que ni saben, ni huelen,
unas son bastante dulces,
otras, amargas y fuertes,
por eso, antes de elegir,
hay que ser cauto y prudente
que, en la vida, se contagian,
las costumbres, los haceres,
y puede ser que termines,
siendo igual que tu pariente.
Si me dices con quien andas,
yo te he de decir quien eres,
que las compañías son
frutitas muy diferentes.
Las hay que pronto maduran,
las hay que pronto se pierden,
las hay, muy sosas e insípidas,
las hay que ni saben, ni huelen,
unas son bastante dulces,
otras, amargas y fuertes,
por eso, antes de elegir,
hay que ser cauto y prudente
que, en la vida, se contagian,
las costumbres, los haceres,
y puede ser que termines,
siendo igual que tu pariente.
viernes, 4 de febrero de 2011
Versos de decires
CONVENCER
De los dichos a los hechos,
hay un grandísimo trecho,
que debemos recorrer
con sandalias de maestro.
Las palabras, aunque hermosas,
nunca pagaron impuestos,
hablar es cosa sencilla,
para locos, para cuerdos,
pero, convencer al prójimo
es, por ventura, otro cuento,
para ello, necesitamos,
hechos que sepan a cierto,
hechos que muevan montañas,
hechos, hechos y derechos.
De los dichos a los hechos,
hay un grandísimo trecho,
que debemos recorrer
con sandalias de maestro.
Las palabras, aunque hermosas,
nunca pagaron impuestos,
hablar es cosa sencilla,
para locos, para cuerdos,
pero, convencer al prójimo
es, por ventura, otro cuento,
para ello, necesitamos,
hechos que sepan a cierto,
hechos que muevan montañas,
hechos, hechos y derechos.
jueves, 3 de febrero de 2011
Versos de decires
CLEMENCIA
Si eres martillo, clemencia,
si eres yunque, ten paciencia,
y deja que otros elijan
ser clavo, brasa o candela.
En la vida, sé clemente,
aunque te sobren las fuerzas,
aunque lleves la razón,
aunque grande sea la ofensa,
que mal usando el martillo,
perdemos fuerza y cabeza,
si eres yunque, ten paciencia,
que se malean las formas,
que las líneas se ladean,
que el éxito y el fracaso,
demandan serena espera.
Si eres martillo, clemencia,
si eres yunque, ten paciencia,
y deja que otros elijan
ser clavo, brasa o candela.
En la vida, sé clemente,
aunque te sobren las fuerzas,
aunque lleves la razón,
aunque grande sea la ofensa,
que mal usando el martillo,
perdemos fuerza y cabeza,
si eres yunque, ten paciencia,
que se malean las formas,
que las líneas se ladean,
que el éxito y el fracaso,
demandan serena espera.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Versos no deseados
PALABRA MALDITA
Una maldita palabra,
me llama todos los días,
me busca a todas las horas,
me pide que la reciba,
que la incluya en mis poemas,
que, en mis versos, le de vida,
delira por verse impresa
en una de mis poesías,
no le importa su tamaño,
ni los tiempos, ni las rimas,
tiene un fijo pensamiento,
ser dama protagonista,
damisela destacada,
una estrella, una gran diva.
La palabra me persigue,
me molesta, me atosiga,
y no encuentro la manera,
de quitármela de encima,
de apartarla de mi mente,
de alejarla de mi vida,
de encerrarla en el olvido,
de perderla de mi vista.
No quisiera yo nombrarla,
ni darle la bienvenida.
ni grabarla en mis escritos,
ni tenerla yo cerquita,
quisiera que se volviera,
con la mayor de las prisas,
a su tiempo, a su casa,
al lugar donde vivía,
para poder descansar,
para gozar de la vida,
sin la presencia dolosa
de esta palabra maldita.
Me figuro que todos tendremos, por desgracia, una o varias "palabras malditas" que, por su negativo significado y por su machacona actualidad, nos gustaría no hubieran existido. A esas "palabras" va este poema.
Una maldita palabra,
me llama todos los días,
me busca a todas las horas,
me pide que la reciba,
que la incluya en mis poemas,
que, en mis versos, le de vida,
delira por verse impresa
en una de mis poesías,
no le importa su tamaño,
ni los tiempos, ni las rimas,
tiene un fijo pensamiento,
ser dama protagonista,
damisela destacada,
una estrella, una gran diva.
La palabra me persigue,
me molesta, me atosiga,
y no encuentro la manera,
de quitármela de encima,
de apartarla de mi mente,
de alejarla de mi vida,
de encerrarla en el olvido,
de perderla de mi vista.
No quisiera yo nombrarla,
ni darle la bienvenida.
ni grabarla en mis escritos,
ni tenerla yo cerquita,
quisiera que se volviera,
con la mayor de las prisas,
a su tiempo, a su casa,
al lugar donde vivía,
para poder descansar,
para gozar de la vida,
sin la presencia dolosa
de esta palabra maldita.
Me figuro que todos tendremos, por desgracia, una o varias "palabras malditas" que, por su negativo significado y por su machacona actualidad, nos gustaría no hubieran existido. A esas "palabras" va este poema.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
