miércoles, 27 de enero de 2010

Sueños de mar IV

LORQUIANO

En una esquina del mar,
donde las olas se acunan,
un joven marinerito,
moreno de verde luna,
soñaba vedado sueño,
sueño de salina espuma,
inventado en tercia hora,
por una esquiva Fortuna,
diosa de las veleidades
y de las dichas oscuras.

El joven marinerito,
lorquiana estampa moruna,
sobre su frágil barquilla,
olvidó recia cordura,
y se dejó arrebatar
por una grácil locura,
hija de imposible sueño,
madre de fiera tortura.

Una soñada sirena,
donde se duerme la luna,
lo llamó con insistencia,
con voz de clara ternura,
miradas de amor sincero,
sonrisas de risa pura,
y el joven marinerito,
cegado por la hermosura
de aquella tierna llamada,
despreció temor y dudas,
arrojándose a la mar,
su soñada sepultura.

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