Bien picada anda la mar,
la culpa la tiene el viento
que, enemigo de la calma,
busca cansino pretexto,
para airear su presencia,
para sentirse contento
y recordarle al bañista,
que de la mar es su dueño,
que cuando quiere la amansa,
como domador experto,
y cuando quiere la embrava,
haciendo de ella un infierno,
de olas que pregonan males,
de olas que buscan el cielo,
de olas que susurran muerte
y oleajes que dan miedo.
Bien picada anda la mar,
piensa el viejo marinero
que, en la esquinita del mar,
perdió su viejo velero,
en una tarde igualita,
a la que ahora tenemos.
Bien picada anda la mar,
la culpa la tiene el viento.
Hablemos de teatro: Vudú (3318) Blixen
Hace 3 semanas
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