Primera foto

Con la lógica alegría de sus padres, Silvia y Diego.
Con la natural sorpresa de sus hermanitos, Alejandra y Diego.
Con el gozo infinito de sus abuelos, Clemente y Rosa, que llegaron a tiempo para verla nacer en Viena.
Bendita seas, Valentina, entre todas las criaturas.

Versos del enamorado XV

EN UN TEJADO DE TEJA

Sobre las tejas naranjas
del tejado de la Iglesia,
el palomo y la paloma
dibujan siluetas bellas,
estampas para guardar
en unas arquillas nuevas,
junto a unos rayos de sol
y unas brisas de la Vega.

El palomo enamorado,
galán, en tarde serena,
con movimientos y arrullos
a su dama galantea,
una lozana paloma
con porte de gran princesa,
Qué también entre las aves,
existe la realeza!

La paloma enamorada,
a la indiferencia, juega,
finge gran desinterés
por aquel, que la corteja,
por dentro, muere de gozo,
nada, por fuera, refleja,
está como distraída,
atrae y afloja la cuerda,
no quiere penar sorpresa
en aquel amor de estreno,
nacido sobre las tejas,
improvisado altarito
del tejado de la Iglesia.

Apunte rápido

Rincón típico de El Viso del Alcor

Lápiz sobre papel

Versos del enamorado XIV

ADIÓS AMOR, ADIÓS

Y aquel que dormía a tu lado,
en un tálamo festivo,
malgastada la pasión,
desertó despavorido
y dejó sobre las sábanas,
empolvadas de suspiros,
inservibles sordos llantos
y recios mudos quejidos,
resaca de celofán
de un corazón malherido,
de una mente atormentada,
de un amor pobre y finito.

Retrato

Hoy le corresponde a otra muñeca, a Triana, gallega con nombre andaluz.
Lápiz de color sobre papel.

Versos del enamorado XIII

NO VENGAS NIÑA, A LA PLAYA

No vengas niña, a la playa,
niña, hija de la niebla,
que al verte se arremolinan
todos mis granos de arena,
y mueren por adherirse
a tu tersa piel morena.
¡No vengas niña, a la playa,
que ya no me queda arena!

No vengas niña, a la playa,
niña, bonita, agarena,
que las gotitas del mar
en la orillita te esperan,
para acariciar tu cuerpo,
tu cuerpecito canela.
¡No vengas niña, a la playa,
que por ti, la mar se seca!

No vengas niña, a la playa,
niña, carita de fresa,
que los rayitos de sol,
por brocearte, pelean
y se olvidan de otras niñas,
que sueñan con ser morenas.
¡No vengas niña, a la playa,
que el sol, por ti, ya no quema!

No vengas niña, a la playa,
niña, olor de primavera,
que los barquitos, al verte,
sueñan brisas marineras,
quieren bordear tu cuerpo
y atracar en tus caderas.
¡No vengas niña, a la playa,
que mi barca no navega!

Retrato



 Seguimos con el capítulo de las nietas, ahora por la otra banda, correspondiéndole el turno a ADELA.
Lápiz de color sobre papel.

Versos del enamorado XII

MI VEGA DE LOS ALCORES

Sólo la Vega conoce
mis cuitas de enamorado,
mis errantes desvaríos
y mis guardados arcanos.

Sólo tú, mi Vega amada,
firme y plácido remanso,
sabes de mis soledades
de mi dolor empedrado,
de mis rotas esperanzas,
de mis severos fracasos.

Ni la luna de cristal,
cubierta de nieve y nardos,
ni las estrellas bordadas
en celestial caro manto,
ni el sol, señor de la vida,
con sus infinitos rayos,
ni el agua con su frescor,
ni los más grandes regalos,
pueden apagar mi sed,
mi fuego de enamorado.

Sólo tú, Vega querida,
con tus egregios encantos,
puedes calmar mi pesar,
acallar mi desencanto
y liberarme del mal,
que por amor voy penando

Por el aire de mi Vega,
entre trigales dorados,
corren aromas de sueños,
vuelan rumores lejanos,
cuajados en grata voz,
vestidos de bellos cantos;
panaceas escarchadas,
ascuas de bálsamos santos,
eficaces medicinas,
para mis quejas y llantos,
para curar corazón
de este pobre enamorado.

Plumilla

En menos de una jornada tendré la oportunidad de disfrutar de la belleza arquitectónica de Viena, en vivo y en directo.




Ayuntamiento. Tinta china sepia sobre papel.

Versos del enamorado XI

EL AMOR Y LOS AMORES

     Los amores son cadenas

con eslabones de acero,

forjados en nobles fraguas

con mil caricias y besos.

Los amores son viñetas

pintadas con gran esmero,

brillan o se decoloran,

según como las cuidemos.

     El amor es resistente,

aguanta envites extremos,

supera espinosas pruebas,

mas, sí los mohos del tedio,

los vientos de la rutina,

lo halan al aburrimiento,

se deshace como humo,

se torna perecedero,

se marchita como flor

escarchada en frío invierno.

     Los amores no se buscan,

como los viles dineros,

se encuentran, sin esperarlos,

en los recodos del tiempo,

vestidos de sencillez,

arropados de misterios,

de dudas e incertidumbres,

prestos a iniciar el vuelo.

     El amor es agua clara,

nacida en rico venero,

mas, sí en el correr del día,

lo manchas con turbios celos,

sus fuentes, pronto se secan,

el agua se vuelve cieno,

fango, lodo, limo, barro,

lama del más puro estiércol.

     El amor y los amores,

espigas de tallos tiernos,

crecen hasta el infinito,

mueren en cualquier momento,

son estampas celestiales

o imágenes del infierno,

caminan por suaves llanos,

por pedregosos senderos,

transitan dudas, certezas,

buscan siempre los extremos.

     El amor y los amores,

medicinas y venenos,

son estancias veneradas,

casinos de bajos juegos,

en ellas, jugamos todos,

en ellas, todos perdemos,

se puede ganar la gloria,

se puede perder el cuello,

se puede morir de amor,

se puede alcanzar el cielo.

     Del amor, de los amores,

todos queremos ser dueños.

Tres recipientes de barro

Temple sobre papel.

Versos del enamorado X

INTERLUDIO

      Una noche, oscura noche,

yo perdí un amor secreto,

interludio, breve página

de un inacabado texto,

que pudo alcanzar la gloria

y fue a morir al infierno.

     Las estrellas de la noche,

brindáronme sus consuelos,

medicamentos exiguos

para tan hermoso duelo,

duelo de agudas espinas,

arcón de bellos recuerdos.

Las pobres, nunca supieron,

allá, junto a los luceros,

que los amores perdidos,

jamás regresan a tiempo,

se pierden en el olvido

que la vida va tejiendo.

     La luna, dama de noche,

quiso cubrir con sus velos

la desazón, la congoja,

crecidas en mis veneros

de agüitas enamoradas

y de enamorados besos.

La pobre, nunca aprendió,

allá, en su plúmbeo cielo,

que los amores perdidos,

nunca vuelven a sus dueños,

se pierden en laberintos

hechos con hilos de sueños.

     El sol, al llegar el alba,

vino en mi socorro, presto,

con embelesadas luces,

con rayos de tierno fuego,

blancas luces y calores

para enterrar lo ya muerto.

El pobre, nunca entendió,

siendo rey del universo,

que los amores perdidos,

se van muriendo de viejo,

se pierden en los caminos

que va dibujando el tiempo.

     La mar, alfombra salada,

al escuchar mis lamentos,

me buscó por las orillas

donde fabrico mis sueños,

para aliviar mi pesar,

para arrojarlos al viento.

La pobre, nunca sabrá,

amante del marinero,

que los amores perdidos,

navegan con rotos remos,

se pierden en otros mares

que tu y yo desconocemos.

     Una noche, oscura noche,

yo perdí un amor secreto,

interludio, breve página

de un inacabado texto,

que sabía a eternidad

y, en un suspirar,  ha muerto.

Versos del enamorado IX

POR QUÉ...?

     ¿Por qué, amanecer, yo te amo,

por qué, soledad, te quiero,

por qué, tristeza, te añoro,

por qué, pasión, te deseo,

por qué, locura, te busco,

por qué, retiro, te encuentro,

por qué, gozo, yo te extraño,

por qué, destierro, te engendro,

por qué, quimera, te olvido,

por qué, caricia, te pierdo,

por qué, utopía, te ausentas,

por qué, verdad, yo te miento,

por qué, razón, te desmadras,

por qué, sencillez, te enredo,

por qué, claridad, te apago,

por qué, dolor, yo te enciendo,

por qué, sueño, te abandono,

por qué, libertad, te encierro?

     ¿Por qué la vida y la muerte,

las ternuras y los miedos,

la felicidad, los gozos,

el bienestar y los sueños,

encierran tantos por qué

y paren tantos misterios?

     Sabios, caros inventores,

servidme razones, prestos,

que este pobre enamorado,

entre arcanos y secretos,

entre sobradas preguntas,

cruza calvario y desierto,

castigo no merecido,

para un amante sincero. 

Retrato

Clemente,  el último nieto, a la espera de perder esta condición, con la inminente llegada de la esperada Valentina, la austriaca.

Lápiz de color sobre papel.

Versos del enamorado VIII

AMOR

     En un recóndito alcor,

balconada en rica vega,

descubrí un grande amor,

tutelado por estrellas,

por luceros, soles, lunas

y una venerada tierra.

     El alcor prestó la altura,

la vega, calma serena,

las estrellas, brillos gratos,

los luceros, luces bellas,

los soles, suma pasión,

las lunas, plata señera

y la tierra, noble cuna,

para descansar en ella.

     El amor, nana soñada,

creció cual enredadera,

tejiendo entrañable alfombra,

suspirada primavera,

en los añejos telares

de esta venerada tierra,

donde los amores, madre,

corren como gacelas y,

como alegres gorrioncillos,

entre los naranjos, vuelan,

dejando en sus dulces aires,

de amores, páginas llenas.

      Hoy, amor, alimento sacro,

en mi existir, pura esencia,

dádiva, don y regalo,

quiero donarte un poema,

ventolera ciega y sorda,

hija de mi gran torpeza.

¡Que, regalarle al amor,

a gran desvarío suena,

a locura desatada,

aunque éste, por amor sea!

Retrato

Martina.
Lápiz de color sobre papel.

Versos del enamorado VII

CARICIAS

     ¿Qué son, amor, las caricias

que sembré sobre tu cuerpo?

Migajas, mansos contactos,

caprichos de amantes dedos,

amorosas vecindades,

fugaces deslizamientos

sobre tu piel, de unas manos

que sueñan amor eterno.

       ¿De qué son, nuestras caricias,

de aire, de nieve o de fuego?

Son de ternura labrada

en la rosa del afecto,

de devociones tejidas

en las ruecas del apego,

de delirios emanados

de los más ricos veneros.

     ¿Dónde, amor, nuestras caricias

gozan nobles aposentos?

En la mente enamorada,

ávidas de sentimientos,

en los jardines del alma

de floridos pensamientos,

en la cárcel del amor

donde anidan los secretos.

     ¿Mueren, mi amor, las caricias,

son hojas que lleva el viento?

Algunas mueren bien joven

sumidas en crueles sueños,

otras,  las indesmallables,

resisten todos los vientos,

y las más, hijas amadas,

mueren y nacen, al tiempo.

     Caricias, bendito tacto,

aromas de suaves besos,

caro y  sublime placer,

notas de mudo concierto,

apasionados deslices,

brisas de gratos encuentros.

Caricias, hasta la muerte,

morad en mis torpes dedos,

para gozar la fortuna

de arrullar, amor, tu cuerpo,

entre silentes poemas

de táctiles gratos versos.

Óleo juvenil

Apocalipsis.
Oleo sobre lienzo.

Versos del enamorado VI

ENAMORADOS JÓVENES

     Cuando dos jóvenes juncos

inventan amor inédito,

los aires, alborozados,

con ínfulas de albos vientos,

lanzan festivas proclamas

por caminos y senderos,

despertando sana envidia,

avivando gratos celos,

en jubilosos testigos,

notarios de amores nuevos.

     Cuando dos jóvenes almas

se juran querer perpetuo,

los sentidos, entusiastas,

presos de enamoramiento,

captan ricas desazones

prestas a iniciar sus vuelos,

estimulando pasiones,

activando frescos sueños,

en los humanos presentes,

amantes de amor eterno.

     Cuando un joven corazón,

halla joven compañero,

sus latidos, loca música,

pan de futuro concierto,

envían sonoridades,

notas de escogidos versos,

creando melomanías,

descubriendo sus secretos

a los mares, a la tierra,

garantes de su gran premio.

Retrato

Alejandra, ayer Diego, los nietos que tendré la oportunidad de ver y disfrutar en unos días, en la lejana Viena.
Lápiz de color sobre papel.

Versos del enamorado V

VIEJOS AMORES

     Cuando la tarde se agacha,

buscando calma y sosiego,

se escuchan por los alcores,

madrigales y requiebros,

encendidas luminarias 

de ricos amores viejos,

crecidos en luengas noches

de esplendorosos luceros.

     ¿En dónde, añejos amores,

aprendisteis vuestros vuelos,

en dónde, amores, libasteis

el elixir de lo eterno?

     Envidias, pelusas necias,

navegan a ras del suelo,

mareas de incomprensiones

buscan la oreja del viento,

para contarle bajito,

las penas que llevan dentro

y, de paso, descubrirle

al viejo amor, sus secretos.

     En tibios amaneceres,    

melodías de silencios,

banderolas del amor,

procrean serenos vuelos,

palomas de los alcores,

aromas de amores viejos,

amores sublimizados

en las esquinas del tiempo.

     En ciegos anocheceres,

de lunáticos senderos,

los amores, ya crecidos,

rielan luces y destellos,

luciérnagas y fulgores

de la noche de los sueños,

envueltos en celofanes,

en melodías, envueltos.

     ¿De qué, estos grandes amores,

de qué materia están hechos,

que resisten, decorosos,

los avatares del tiempo,

los mohos de la rutina

y, al vivir, siguen creciendo?

     Amores, viejos amores,

cantos de aromas eternos,

descubrid vuestros arcanos

a tantos amores nuevos

que, en dorada juventud,

se quiebran, mustios, enfermos.

Amores, viejos amores,

páginas de hermoso cuento,    

confesad, sin dilaciones,

oportunos pregoneros,

dónde bebisteis amores,

dónde hallasteis los veneros

del cariño, la ternura,

de la comprensión y afecto,

y de aquello que atesora,

estos amores auténticos.

Retratos

Diego.
Lápiz de color sobre papel.

Versos del enamorado IV

OLVIDARTE

     Fácil, sería olvidarte,

sólo, necesitaría,

hacer todas las mañanas,

cosas la mar de sencillas,

renunciar a respirar,   

desterrar la fantasía,

desertar del loco amar,

olvidarme de la risa,

ensordecer los oídos,

desdeñar la poesía,

renegar de los ensueños,

desistir de las caricias,

imaginar nuevas sendas,

hacerle ascos a la vida.

Como se puede apreciar,

cosas bastante sencillas.

     Fácil, sería olvidarte,

el mundo me ayudaría,

el Sol, amigo del alma,

puesta eterna, buscaría,

la Luna, dama de noche,

se eternizará, escondida,

los Ríos se detendrán,

los Mares se harán salinas,

Los Vientos renunciarán

a ventoleras y brisas,

el Aire se encadenará

allá, en cualquier esquina,

la noche será blanca alba,

negritud, buscará el día.

Como se puede apreciar,

cosas la mar de sencillas.

     Fácil, sería olvidarte,

morir de amor, bastaría.

Apunte rápido

Lápiz sobre papel.

Versos del enamorado III

CELOS

     Ni los quiero, ni los busco,

y en sus redes, yo me enredo.

¡Ay, pobre corazón mío,

que sin querer ser su dueño,

los celos, malayos sean,

me están matando por dentro!

     Ayer, mientras te miraba,

me traicionaron los celos,

cuando un rayito de sol,

dardo mezquino y certero,

encendió, mujer, tu boca, 

rozando tus labios frescos.

Y aquellas dos luminarias,

imanes de mis deseos,

despertaron en mi espíritu,

ráfagas de envidia y miedo

y una sombra de dolor,

cegó mis ojos despiertos.

¡Maldito sea aquel rayo!

¡Maldito sean los celos!

     Hoy, mientras te acariciaba,

me traicionaron los celos,

cuando la brisa marina,

hija de un sumiso viento,

alborotó tu melena,

hizo volar tus cabellos,

que, como altivas gaviotas,

se apartaron de mis dedos,

trocando mis caros tactos,

en ingratos desconsuelos,

¡Maldita sea la brisa!

¡Maldito sean los celos!

     Mañana, mientras te sueñe,

me traicionarán los celos,

cuando los flacos segundos,

migajas de breve tiempo,

tomen ropas de largueza,

se vistan de rato eterno.

Y mil dudas, sin sentidos,

críen en mis pensamientos

gruesas infidelidades,

                              dolos y duelos quiméricos.

¡Maldita sea la espera!

¡Maldito sean los celos!