lunes, 20 de mayo de 2013

Versos del enamorado VIII


AMOR

     En un recóndito alcor,
balconada en rica vega,
descubrí un grande amor,
tutelado por estrellas,
por luceros, soles, lunas
y una venerada tierra.

     El alcor prestó la altura,
la vega, calma serena,
las estrellas, brillos gratos,
los luceros, luces bellas,
los soles, suma pasión,
las lunas, plata señera
y la tierra, noble cuna,
para descansar en ella.

     El amor, nana soñada,
creció cual enredadera,
tejiendo entrañable alfombra,
suspirada primavera,
en los añejos telares
de esta venerada tierra,
donde los amores, madre,
corren como gacelas y,
como alegres gorrioncillos,
entre los naranjos, vuelan,
dejando en sus dulces aires,
de amores, páginas llenas.

      Hoy, amor, alimento sacro,
en mi existir, pura esencia,
dádiva, don y regalo,
quiero donarte un poema,
ventolera ciega y sorda,
hija de mi gran torpeza.
¡Que, regalarle al amor,
a gran desvarío suena,
a locura desatada,
aunque éste, por amor sea!

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