lunes, 27 de mayo de 2013

Versos del enamorado XII


MI VEGA DE LOS ALCORES

Sólo la Vega conoce
mis cuitas de enamorado,
mis errantes desvaríos
y mis guardados arcanos.

Sólo tú, mi Vega amada,
firme y plácido remanso,
sabes de mis soledades
de mi dolor empedrado,
de mis rotas esperanzas,
de mis severos fracasos.

Ni la luna de cristal,
cubierta de nieve y nardos,
ni las estrellas bordadas
en celestial caro manto,
ni el sol, señor de la vida,
con sus infinitos rayos,
ni el agua con su frescor,
ni los más grandes regalos,
pueden apagar mi sed,
mi fuego de enamorado.

Sólo tú, Vega querida,
con tus egregios encantos,
puedes calmar mi pesar,
acallar mi desencanto
y liberarme del mal,
que por amor voy penando

Por el aire de mi Vega,
entre trigales dorados,
corren aromas de sueños,
vuelan rumores lejanos,
cuajados en grata voz,
vestidos de bellos cantos;
panaceas escarchadas,
ascuas de bálsamos santos,
eficaces medicinas,
para mis quejas y llantos,
para curar corazón
de este pobre enamorado.


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