martes, 1 de octubre de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992


LUNES, DÍA 15 DE NOVIEMBRE

LA LOTERÍA DE NAVIDAD DEL PARTIDO

                    Como en otras ocasiones el Partido hace participaciones de la Lotería de Navidad y nos tenemos que encargar los militantes de venderlas, comprometiendo a los amigos en la adquisición de las mismas.
                    Hoy mi llevé mi talonario al Colegio y convertido en improvisado lotero comencé mi faena a la hora de entrar, sin encontrar ninguna pega en ninguno de mis compañeros. Continué la tarea y como siempre hay circunstancias que pueden originar anécdotas, me vi envuelta en ella o mejor dicho, en la misma ausencia de ella, que era la que en sí la produjo.
                    Dadas mis contrarias ideas políticas con la mujer de Gómez, Carmeli, al acercarme a ella para venderle una participación plagada de "manitas" podía encerrar una tajante respuesta negativa, por lo que al acercarme a ella iba preparado para recibirla, pero me equivoqué; pues la compró con la más absoluta normalidad.
                    Lo curioso del caso es que no fui yo sólo el que pensó en esa posibilidad de rechazo; pues cuando me vieron Cesáreo, Pepe Falcón y mi hermano Clemente, adelantarme hacia ella, pensaron dos cosas: primero que le estaba echando valor al asunto y que me podía encontrar con lo que no deseaba. Y los tres se equivocaron en lo último. Como también en lo primero, pues no tuveque echarle ningún valor, ya que si lo hice fue por tratar a todos los compañeros por igual, y Carmeñi, compartamos o no las ideas políticas, siento que es una de mis compañeras de trabajo.
 


POEMAS DE UN ABUELO

1  .-  A DIEGO

       Con estigma de “segundo”
y aromas de grato silencio,
te asomaste a este mundo,
con carita de ángel bueno,
belleza, de recién nacido,
sonrosado, hermoso y tierno.
        Te inventaste nuevo rostro,
para acallar nuestros sueños,
para que nadie acertara,
tu carita de lucero,
de  lucerito encendido,
de pedacito de cielo.
        A Alejandra, tu hermanita,
sin querer, sin pretenderlo,
le robaste unos cachitos
de su espacio, de su reino,
despertando, en su horitas,
gotitas de francos celos
que, en el juego de los días,
irán desapareciendo,
como los humos, las nieblas,
con los efluvios fraternos.
        Tus padrazos, Diego y Silvia,
de tus venturas, sus dueños,
escogieron para ti,
en el santoral del cielo,
un nombre de gran raigambre,
querido, breve y señero,
otorgándote el honor,
de ser gotita de Diego,
con tiempo más que sobrado,
para hollar senderos nuevos,
y llevar preciado nombre,
con compostura y respeto,
ineludible homenaje
a padre, tío y abuelo.

 
                                   
                                            El Viso del Alcor, 1 de Octubre de 2024

DODECÁLOGO POPULAR EN VERSO I

             Abrimos hoy otra ventana que mantendremos abierta durante unos días, recurriendo al verso con el ánimo de hacer su contenido más amena, en la espera de que sea del agrado de nuestros más fieles seguidores.

1  .-  EL VESTIDO NO HACE AL MONJE

        El vestido no hace al monje,
dice un dicho popular;
 así que yendo desnudo
como mísero animal,
cada cual será él mismo,
sin dobleces ni antifaz.
        El monarca sin corona,
ni cetro de mandamás,
ante los ojos del mundo
por vasallo pasará,
siendo iguales para Dios
por su estado de mortal.
        El obispo sin birrete,
ni vestidura talar,
seguirá la misma suerte
que el anterior principal,
confundido con acólito,
con el pobre sacristán,
con rabino en sinagoga
y con el muecín de Alá.
        El guerrero sin espada,
ni otras prendas de matar,
ya no despertará miedos
entre la gente de paz;
su fiereza se disipa
como en el agua la sal,
al contar con atributos
comunes a los demás,
sean más grandes o pequeños
o de tamaño normal,
el ombligo por delante
y el ano siempre detrás.
        El avaro sin quevedos,
ni talegos de guardar,
podrá ocultar en sus carnes
frutos de su codiciar,
ya que con sólo dos manos
prietas por el mismo afán,
nimias serán las riquezas
que consigan abarcar,
con el terrible castigo
de no poderlas emplear,
al evitar que se caigan
las que en sus manos están,
para su único trabajo
el de contar y contar.
        Sólo el lujurioso gana
en este berenjenal,
pues la desnudez propicia
la diligencia sexual,
incluso al conformarse
con el acto de mirar,
que los encantos son muchos
de Adán y Eva en general.


El Viso del Alcor, 1 de Octubre de 2024