13 .- AÑORANZA CUARTA ( I )
“Las confesiones sinceras son medicina para los hombres mediocres, como yo.
Mi niñez lleva recuerdos
de
una Melilla dorada,
cristiana,
judía y mora,
mirando al mar, sus ventanas.
La juventud estampé
en libro de breves páginas,
que leí, sin darme cuenta,
en unas pocas mañanas.
Pasé de aventuras locas,
de elegante indumentaria,
nadé contra la corriente
en las sendas cotidianas.
Viví cruel racionamiento
como si nada pasara
y padecí mordeduras
de la estrechez, de la falta.
Cupido me eliminó
de su nómina sagrada,
ningún amor encontré
que mi corazón turbara,
sólo algunos escarceos,
que me supieron a nada.
Adoro las cosas bellas,
las que engrandecen el alma,
con las que sueño a diario,
vertiendo más de una lágrima.
Detesto la mediocridad,
de los genios de hojalata,
de los artistas baratos
que ocultan sus grandes faltas
en inventos, abstracciones
y otras muchas zarandajas.
Amo la buena música,
la popular y la sacra.
huyo de los que gritan
como ratas acosadas,
para ocultar sus carencias,
para esconder su ignorancia.
mirando al mar, sus ventanas.
La juventud estampé
en libro de breves páginas,
que leí, sin darme cuenta,
en unas pocas mañanas.
Pasé de aventuras locas,
de elegante indumentaria,
nadé contra la corriente
en las sendas cotidianas.
Viví cruel racionamiento
como si nada pasara
y padecí mordeduras
de la estrechez, de la falta.
Cupido me eliminó
de su nómina sagrada,
ningún amor encontré
que mi corazón turbara,
sólo algunos escarceos,
que me supieron a nada.
Adoro las cosas bellas,
las que engrandecen el alma,
con las que sueño a diario,
vertiendo más de una lágrima.
Detesto la mediocridad,
de los genios de hojalata,
de los artistas baratos
que ocultan sus grandes faltas
en inventos, abstracciones
y otras muchas zarandajas.
Amo la buena música,
la popular y la sacra.
huyo de los que gritan
como ratas acosadas,
para ocultar sus carencias,
para esconder su ignorancia.
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