VERSOS LANZADOS AL AIRE

283  .-  INSOMNIO   ( II )         

        Sobre imaginadas aguas
de azules, color de cielo,
nadé junto a los delfines,
describí gráciles vuelos,
dibujé espumas de plata
y estelas de húmedo acero.
        Con la suma levedad
de los indómitos cuerpos
surqué mil ignotos mares
sobre cansinos veleros
y sentí sobre mi piel
las sonrisas de los vientos,
sus lamentos y ronquidos
que, por la mar, andan sueltos.
        Volé con albas gaviotas
sobre un orillar inmenso
gozando la ingravidez
de los seres etéreos
y lancé sobre las olas
mil y un guardados secretos
que, al contacto con el agua,
en peces se convirtieron.

        Descubrí en marina bruma

ocultos huérfanos versos,
perdidos en alta mar
por anónimos maestros
que, en descuidado vivir,
de sus manos se cayeron.
        Y, sin pensar ni saber,
del agua, los fui cogiendo,
plagiándolos, sin pudor,
en un poema de estreno,
olvidando sus orígenes
y a sus legítimos dueños.
        El dios de la poesía,
perdone mi atrevimiento,
que yo, solamente quise,
despertarlos de su sueño,
de su inservible dormir,
de su inmutable silencio
y de una pérfida nada
llena de olvidos eternos.
        El sueño, dueño y señor
del dormitar placentero,
derrotó, sin paliativos,
a este, mi insomnio travieso,
regalándome un sopor,

crecido en pocos momentos.

Y en gotas de sutil instante,
mente y sentido durmieron,
dejándome desvalido
en brazos del dios Morfeo.

        Un travieso y recio insomnio
volverá a robarme el sueño
y de nuevo encontraré,
lejos de mis torpes miedos,
excusas para llenar
grandes talegos, de versos;
pretextos para soñar
con atrayentes veleros,
barcos para navegar
sobre la mar que yo quiero
y así, robarle a la vida,
migajas de grato tiempo.

                                             Santa Cristina, 28 de Agosto de 2024