jueves, 18 de julio de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992

 
LUNES, DÍA 21 DE SEPTIEMBRE

ECOS DE UNA ROMERÍA, QUE AQUÍ SE LE LLAMA GIRA, Y A LA QUE NO ASISTÍ

                    Desde la ventana del salón de mi hogar ví el paseo de los caballistas, el simpecado acompañado de los de a pie, y de las variadas carrozas que dieron ventaja a los anteriores a su paso por Cañalizo.
                    Muchísimos caballistas y no pocos forasteros entre ellos; aunque son muchos los jóvenes 
visueños parece que se vienen apuntando a la hípica, pues fueron en cantidad los que por variados medios se hicieron eco de ello. Lo mismo que no faltó gente que se dejó llevar por las predicciones del adivinador local, que anunció algo gordo y desagradable y que afortunadamente no se cumplió. En definitiva no paso nada a pesar de tanta gente, sobre todo joven, con el exceso del alcohol y la euforio descontrolada propia de su juventud, que a veces se pone ciega y que incluso puede llegar a estrenarse en el mundo de las cosas peligrosas.
                    En resumen hay que destacar la afluencia de mucho personal, muchas carrozas, en el abanico de las que fueron muy trabajadas y artísticas, hasta las ejecutadas al última hora y eso sí, con la influencia anglosajona en los nombres de algunas de ellar, que vienen a demostrar la triste ironía del caso, en un pueblo y en una fiesta que lo que más necesita es mirarse en la grandeza de lo suyo, en lugar de asomarse al mal entendido "snobismo".
                    No faltaron tampoco los cohetes y una romería más, que no es poco.


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