jueves, 18 de julio de 2024

VERSOS LANZADOS AL AIRE

261  .-  ERROR Y LAMENTO

        De silencioso juglar
me paseé entretenido
por nuevas sendas poéticas
rescatadas del olvido.
        Aquel antiguo romance,
en viejo tiempo nacido,
me regaló fiel soporte
para unos versos escritos.
        Y cuando tuve en mis manos
de aquellos, un buen racimo,
los envolví cuidadoso
y con excesivo mimo
en inmaculadas páginas
de unos pretenciosos libros.
        La vanidad, mala amante,
para todo bien nacido,
enturbió mi pobre mente,
me obsequió mil desvarío.
        Y con mezquino saber
me regaló los oídos,
incluyéndome en su nómina
de los vates escogidos.
        Sobre nubes de algodones
y oropeles de gran divo,
seguí escribiendo en los aires
versos, poemas prolijos,
con tintes de egolatría
de los seres engreídos.
        El tiempo, maestro sabio,
hilando con hilo fino,
destapa con crueldad suma
desvaríos, desatinos,
devolviendo a cada cual
a su marcado destino.
        Recobrada la razón
y recuperado el tino,
reconocí craso error
de creerme un elegido,
dúctil egregio poeta,
presuntuoso y presumido.
        Sin estigma de hijo pródigo,
de vuelta a cuerdo camino,
un “pero” ronda mi mente,
que me tiene confundido,
y que en una honda tristeza
mi corazón ha sumido.
        Cientos de breves poemas,
miles de versos escritos,
yacen en la indiferencia,
duermen en un negro limbo.

        Inexistentes criaturas
para mis seres queridos:
gran mujer, esposa, madre
y una rica triada de hijos,
que ocupados en sus cosas,
atados a tiempo esquivo,
pasan de este pobre autor
y de sus versos escritos.

Costa Ballena, 18 de Julio de 2024

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