239 .- LUCAS
CAPÍTULO QUINTO
Tendría Lucas cinco años
cuando sucedió aquel hecho,
el perro, Gus se llamaba,
fox terrier de blanco pelo.
La tarde de la llegada
sin demorar más tiempo,
Lucas quiere demostrar
quien será en la casa el dueño,
pide salir con el tío
en hora de habitual paseo,
sujetado con correa
porque no lo dejan suelto.
Al doblar primera esquina,
junto a enorme platanero,
donde deja cada día
mensajes a compañeros,
el niño pregunta al tío,
hasta con cierto gracejo,
si el perro Gus. algo le hace
si patea su trasero.
El tío más que sorprendido,
le dice que eso no es bueno;
más el chico en un descuido
dale un patadón certero
y cuando el perro se vuelve,
levantandole su dedo,
en señal de autoridad
le dice muy serio: ¡Quieto!.
El perro parece estatua,
no se muestra ya tan fiero,
su rabo se viene abajo,
Lucas se muestra contento
y el tío nada dice al niño,
no se atreve a reprenderlo.
Lo curioso de este caso
es que en los días que siguieron,
cuando Lucas llega a casa
no hubo que encerrar al perro,
animal refugio busca
porque es él quien tiene miedo
de aquel niño de visita
con su carita de bueno.
Costa Ballena, 19 de Julio de 2024
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