Siguen las Primeras Comuniones en nuestro Viso, después de dos años llevadas a cabo con ciertas dificultades por esa maldita pandemia que parece no querer irse de nuestro mundo, hasta que nos acostumbremos a ella y los tratamientos sean más adecuados y no venga con tanta virulencia. Ya son muchas las que se han celebrado en nuestra localidad, llenando de gozo, ¡menudo gozo!, a sus protagonistas al recibir por primera vez al Señor, seguro que todos los niños iban preciosos, con una carita especial aquel dia que nunca olvidarán, y la mar de lindas ellas, con sus trajes de sueños, de películas de Disney... Pero todo no debe quedarse en esta bella apariencia de la lindeza, de la felicidad propia y de la de sus familiares y amigos, de los convites, de los interminables y por qué no, merecidos regalos. Detrás de todo lo anterior, y antes, existe un compromiso, un acuerdo de amistad con aquel otro niño, Jesús, que nos regaló vida de la buena con su muerte y que además fue tan generoso, como lo de quedarse con nosotros en la Sagrada Eucarístia, la que recibisteis en día tan señalado para todos vosotros; repitiendo esa Primera Comunión cuando queráis, sin necesidad ya de tanto jaleo, con la sencillez de cada día vuestro y con el sentimiento de que lo queréis como amigo preferido.
Dentro de unos días le tocará el turno a un ser muy querido de nosotros. Un niño como todos, con cosas de niños, pero que tiene un halo especial. Es tímido aparentemente y al mismo tiempo extrovertido; es cariñosísimo con todo el que conoce y tiene en su rededor. Clemen, que así le llamamos casi todos, ya sabe divertirse sin demasiado ruido, con el suficiente, como para bailar solo, a su aire, sin necesitar a nadie; marcando, eso sí, su terreno, como en compañía de sus primos, que a juguetones no le ganan; algo loquillo en momentos, sin llegar a molestar a nadie. A Clemen siempre le encantó el juego de la pelota y parece que desde hace poco tiempo eligió ser cancerbero o portero de los suyos, de los que se divierten con él, tratando de emular desde su niñez a su desconocido Zamora, o para tener como modelo a su Bono, el de su Sevilla, porque el niño nos salió "palangana", igual que su padre, y en el punto contrario de su tío Diego, el de Marbella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario