26.-COLORES
La paleta de tus horas,
venerado y temido hombre,
sumisa o envalentonada,
está llena de colores,
que pugnan por alcanzar,
ajenos a los pudores,
sumo reconocimiento,
los más altos galardones.
El blanco de tu inocencia,
color de limpios albores,
anda ya por las paredes
pintando sus intenciones
de envidiada claridad
y de transparencia noble.
El negro de tus maldades,
color de flacos temores,
camina por hoscas sendas
ocultándose en la noche,
para dibujar, gozoso,
cromos de grandes horrores.
El gris de tu indiferencia,
color de latidos pobres,
esparce sobre las almas
nieblas de plomo y azogue,
enmoheciendo los tímpanos,
enmudeciendo las voces.
El rojo de tu abolengo,
color de sangre y de cobre,,
dispersa, sin miramientos,
raleas y estirpes de hombres,
construyendo una babel,
maná de grandes errores.
El rosa de tus deseos,
color de vistosas flores,
al tiempo, tiñe y destiñe
los odios y los amores,
las dichas y las desdichas
de los tipos inconformes.
El verde de tu esperanza,
color de los soñadores,
vuela con alas de cera
sobre cañadas y montes,
dejando finas estelas
en los secos corazones.
El naranja de tus sueños,
color de despiertos soles,
aviva caducas llamas
en los fuegos de la noche,
devolviéndole a la vida
sus más preciadas canciones.
El azul de tus saberes,
color de peces y voces,
emplea poder y magia
para domeñar al hombre
que, perdido en su ignorancia,
muere iletrado y pobre.
El gualda de tus acciones,
color de agrestes leones,
envuelve con dual papel
páginas de decisiones;
las unas, buscan el Sur,
las otras, pierden su Norte.
El violeta de tus penas,
color de moradas pasiones,
siempre se anda de visitas,
nunca lleva invitaciones,
llega, cuando no queremos,
su ida, sólo él la dispone.
La paleta de la vida,
está llena de colores,
hay que ser un buen artista
para evitar los manchones,
hay que tener buena mano,
para no estampar borrones
y hay que saber bien mezclar,
con arte, los mil colores,
para que la vida sea,
un cuadro, que sepa a hombre.
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