miércoles, 27 de abril de 2022

NUESTRAS MASCOTAS

                             Hasta las calabazas le caben en su supercargada mochila. Mucha cabeza hay que tener para soportar esa catarata de conocimientos con que los medios de la modernidad machacan a la gente menuda. 
                             Cómo cambia la vida. De pequeño, con una pizarra que traspasaba un poco una cuarta, el correspondiente pizarrín y un inservible trapo para borrar, nos conformábamos. Nuestros primeros libros fueron las cartillas, hasta que todas las materias se congregaron en las Enciclopedias, todo en una. Y para las cuatro reglas los cuadernillos Rubio. Avanzando el tiempo, el lápiz, la goma Milán y los colores Alpino. Carpetas y cartera de mano.
                             Con el tiempo las carteras se subieron a las espaldas; un libro para cada cosa, el gran negocio de las Editoriales; los estuches en los que cabían todos los complementos necesarios para la escritura; las reglas que sobresalían y ahora hasta la botellita de agua, para no beber la de la fuentecita del patio.
                             Y menos mal que se inventó el soporte de carteras con ruedas.
                             Cómo cambia la vida y con que prisa.
                             Al final, casi todo cabe en el móvil, ¿verdad? Y en la cabeza y la mochila de nuestra mascota de hoy.


                                                           MOCHILITO MOCHILÓN


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