miércoles, 27 de abril de 2022

NUESTROS DIBUJOS



                             Antaño para ingresar en las Escuela Superior de Bellas Artes había que pasar la criba de superar la prueba de realizar un excelente dibujo, generalmente de una escultura de un cuerpo humano y a carboncillo y que además fuera del agrado de los profesores de turno de la Escuela. Esto a veces limitaba el acceso a dichos estudios a individuos interesados en los mismos, por no tener la práctica suficiente para despertar el beneplácito de los examinadores, que ya en su día tuvieron que pasar por aquel torno. También aquella prueba estaba sometida a la subjetividad de estos y a alguna arbitrariedad en no pocos casos. Actualmente las cosas han cambiado en gran manera y tampoco parece ser que fue para mejor; ya que el ingreso a la Facultad no está supeditado a aquella prueba de entonces, sino que el acceso a la misma se conseguía con haber superado el bachillerato, que ya tendrían tiempo de aprender en la Escuela todo lo relacionado con el Arte, en su teoría y sobre todo, en lo práctico. Ventaja para los buenos estudiantes, en cierto modo; y no tanto para aquellos que sin la titulación académica necesaria y siendo potenciales artistas, debían elegir otros derroteros.
                            Y ahora paso a justificar la anterior reflexión, que algo o mucho tiene que ver con mi repetido, que si algo ha certificado el moverse en este mundo del arte con buenos pasos, ha sido siempre por su habilidad para el dibujo. Cuando se presenta a aquellas pruebas, es cierto que tiene mucho que aprender, pero no menos cierto es que la prueba no se le daba mal. Pues bien, a pesar de lo dicho, fracasa en dos intentos. Claro que los profesores sabían más que él, eso era innegable; pero cuando está a punto de ceder en su intento, un amigo íntimo lo anima a que no se aburra, curiosidades de la vida, porque este es además intimo de alguno de los examinadores y está dispuesto a dar la. cara por él. ¿Coincidencia? ¿El trabajo realizado en su tercera experiencia fue mejor que el de las dos. anteriores? ¿Influyó el amigo en el suyo para dar el visto bueno en esta ocasión?. ¡Vayan ustedes a saber! Pero esta historia, llamémosla como queramos, no tiene su fin aquí. En el curso Preparatorio de esta Escuela Superior, en la asignatura de DIBUJO, en unos meses, pocos, porque entre tanta larga vacación, los días lectivos son escasos, los mismos que le calificaron de no apto en dos ocasiones, al terminar este primero, certifican un sobresaliente, produciéndose el curioso, eso sí, milagro. Y uno, que suele ser algo realista, piensa que en este affaire algo no cuadra, que las varitas mágicas no existen más que en los cuentos y que aquellos que finalmente le otorgaron su máxima valoración, seguro que no fueron la causa de este cambio tan brusco.





                                      Trabajos realizados en la Escuela Superior de Bellas Artes              


 

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