Entrega nº21
DON PÍO
José Peñarroya Peñarroya
Este
dibujante historietista nació en Barcelona en el 1910 y falleció el 1 de mayo
de 1975, perteneció a la “Escuela Bruguera” y fue el creador, entre otros
muchos, de D.Pío y de Gordito Relleno, que nos encantaban en nuestra niñez. Fue
también portadista “oficial” de muchas
publicaciones de la casa hasta bien entrados los años 60. Debido a ello, junto
a Cifré, Conti, Escobar y Giner (dibujante realista) son considerados como los
cinco grandes de esta editorial.
Durante la guerra civil fue combatiente
en el ejército republicano y en la posguerra abandonó su trabajo de contable de
los Estudios de Dibujos Animados Chamartín, donde participó en varios
cortometrajes, para dedicarse al mundo de las historietas de humor.
En 1947, ya en la Editorial Bruguera,
creo la serie de D. Pío, así como la de Calixto. Un año más tarde creaba otro
de sus grandes éxitos, la de Gordito Relleno, y la de Don Berrinche,
colaborando con sus trabajos en las revistas de Pulgarcito y El DDT. En esta
época dibujaba con Cifré y Escobar en un estudio alquilado y a los tres les
encantaba el recoger rebellones y gastarse bromas mutuamente.
Don Pío encarna las miserias y los
desencantos de la clase media urbana de la posguerra española y todas sus
historias, por ello, suelen terminar cruelmente frustrándose sus esperanzas de
mejorar. Es de corta estatura, calvo y con bigotito, Viste correctamente y es
característico en él su bombín. Su apariencia recuerda en algo Charlot, pero en
delgado y sin pelo. Trabaja en una oficina, pero su sueldo es siempre
insuficiente para Doña Benita, su esposa. Apocado y dominado por ella, que está
obsesionada por medrar socialmente. Nunca, el bendito, consigue lo que se
propone.
En
1959 se asocia con estos y con Conti y Giner para crear una empresa
autogestionada, D.R.E., editora de la revista Tío Vivo.
Peñarroya creará en ese tiempo a La
Familia Pi, y cuando su editora fracasa, todos optan por volver a Bruguera. En
esta segunda etapa crea Floripondia Piripí (1958), Pepe el Hincha (1962), fruto
de su gran pasión por el fútbol; Pitagorín, protagonizado por un niño
superdotado, en el año 1966, y a Rudesindo el bucanero, un tipo de cuerpo
entero, en ese mismo año.
El estilo gráfico de Peñarroya
evolucionó con los años hacia un mayor estatismo, abandonando las líneas curvas
y los símbolos cinéticos.
Joan March, el dibujante del que colgamos
a sus personajes Calixto y Damián, lo elogiaba igual que a Escobar, el creador
del famoso Carpanta, diciendo que eran fantásticos y al comparar a Peñarroya
con Ibáñez, decía que éste despertaba la carcajada, porque era muy directo y
tenía un humor muy explosivo; sin embargo, Peñarroya es más sutil, nadie llega a la carcajada con
él, pero resulta más poético; siendo capaz con un gesto o un movimiento,
encerrar en sí más emoción, y termina señalando que los orientales entenderían
mejor su humor, ya que en este país somos un poco más bestias.
Otros personajes creados por
Peñarroya, no citados anteriormente, fueron: El mundo se ríe, que era una serie
colectiva; Atleto, el Deportista, Loquilandia, serie que dibujó con Cifré y
Escobar; Neronín, Boliche y Chapinele,
Perucho y Chees, y Draculino.
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