En una tarde fría de enero de 1998 se apagó el corazón de este guerrero del andalucismo, como lo fuera José Jiménez Jiménez, más conocido entre los mayores de nuestro pueblo como el "Titi del Bar Cuadra". Así lo vió mi hermano Clemente, como un incansable luchador, en defensa de los suyos, de su pueblo, de su tierra, la Andalucía de su corazón. Aquel que naciera en 1919, en tiempos de la II República. Hombre de inquietudes políticas desde muy joven, que fue testigo de excepción de aquel mitin multitudinario, que en el Cerro de las Patitas, trajó a nuestro pueblo aires de esperanzas y libertades teniendo como protagonistas a Ramón Franco, al doctor Vallina y a Blas Infante.
Aquel que en tiempos difíciles conviritó su taberna en especie de sede clandestina para tertulias y reuniones de visueños que compartían inquietudes, desvelos y que soñaban con un día en que su Andalucía fuera lo que tenía que ser, por hechos y derechos.
Y que se nos fue con las botas de su ilusión puestas; pero con la enorme alegría de ser un patriarca de una saga, la de Antonio y José Jesús, que mamaron también desde muy jóvenes los aires de sus pensamientos y sentimientos, principalmente en la defensa, como él, de los suyos y de su bendita tierra.
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