Entrega nº 8
Proceso del último
dibujo de Diego Calabuig
Hacía
tiempo que no recibíamos dibujos de los jóvenes “Calabuig” y hoy al abrir mi
correo me encontré con la grata sorpresa del envío que me hacía su padre, Diego
como él, con varias fotografías que recogían el proceso del último trabajo de
su hijo.
Entendí que no lo había hecho antes por
la lógica existencia de la cercanía del fin del curso escolar, en donde los que
aún son estudiantes tienen que bregar con las numerosas y frecuentes pruebas
que determinan si su progreso ha sido adecuado. Sin dudas, este es un hecho que
les ocupa bastante de su tiempo. Y si a ello unimos que él no ha abandonado una
de sus grandes aficiones, el pádel y el tenis, incluyendo sus competiciones
interprovinciales con su club y su colaboración en el Torneo Internacional de
Tenis de Marbella, recogiendo con verdadera velocidad las bolas y entregándolas
cuando se las demandan a los jugadores, o sus desplazamientos por diferentes
motivos, tales como para encontrarse con sus abuelos, asistir a la primera
Comunión de una de sus primas o poder reunirse con sus primos aprovechando los fines
de semana y no sé cuántos más que rompen su monotonía, poco tiempo le dejaron para
dedicarse a su paciente y entretenida tarea de dibujar.
Y nos volvemos a encontrar con un buen
dibujo en el que destacaríamos en primer lugar su trazo firme y seguro,
impropio de sus pocos años, y aunque copie, sabe captar y ver los modelos,
teniendo la valentía de tratarlos en sus movimientos, cosa que no le asusta; lo
que de paso le ayuda ahora y para cuando se dedique a dibujar del natural, a
saber encontrar los distintos plano, la diferencia de tamaño en relación a la
mayor o menor cercanía de los elementos dibujados; que si en estos casos dichos
problemas está resueltos ya en el modelo, cuando pase el tiempo y con mucha
mayor práctica seguramente que estará preparado para resolverlos por sí mismo.
Todo lo comentado: buen trazo, fiel
reproducción, proporcionalidad, movimiento, etc., se puede contemplar en la
primera imagen, la que colgamos a continuación; sin olvidarme, que no es
necesario señalarlo porque el dibujo lo evidencia, la limpieza del mismo; no se observan
tachaduras, borrones, manchas, que son habituales y aparecen en los trabajos
realizados a estas edades tan cortas.
Otra de sus cualidades puede comprobarse en el segundo dibujo, donde sin timidez, pasa al color y como me ocurrió en cierta ocasión cuando una vez hice una copia de uno de mis pasatiempos actuales, el de reproducir personajes de los dibujos animados y entregársela como regalo a una pequeña de 3 ´0 4 añitos, que al verlo después de darme las gracias, le dijo a su amiga, como gran mérito que usando los colores “no me salía”. Pues bien, Diego, además de esto de salirse, que fue lo que le encantó a Amanda, disfruta con los claros y las sombras, que los aplica correctamente; observando que debe utilizar rotuladores especiales adecuados para esto último.
Quedándole
al final una obra, como puede observarse en la tercera instantánea para
“enmarcar”; quizás yo le pondría un pequeño “pero”, que entra en el capítulo de
lo que entendemos como el gusto de cada uno y que no sirve para valorar el
dibujo en todo su conjunto; me refiero a los trazos añadidos a lápiz, rayas que
rodean parte de la figura, que a mí no me agradan; aunque para ti, querido
Dieguito, sí pueden gustarte y el artista en este caso eres tú.
Diego, ahora llegan las vacaciones y
tendrás tiempo hasta para aburrirte; deja algunos huecos para este pasatiempo y
sigue navegando por este mundo del arte, porque aun sabiendo que tienes mucho
que aprender, seguro que cuando das vida a estas criaturas tuyas lo pasas
estupendamente. Cualidades en potencia no te falta, paciencia la tienes de
sobra, el ambiente tuyo es bueno, gente que te pueda ayudar en cantidad; así
que: ¡Ánimo y al toro!, con la ventaja de que este no mata; por el contrario,
da vida.
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