lunes, 24 de mayo de 2021

QUINCE MINICUENTOS DE MI NIETA ADELA

 Entrega nº 10

         En esta ocasión Adela pone en boca de su amigo Lucas, que no sé si es uno de sus compañeros de clase o también es inventado, el minicuento que hace el número diez de su colección y lo que más llama mi atención es la afición del bondadoso dragón conocido como Boni a la mortadela.

Boni, el Dragón

 Hola, chicos.

         Me llamo Lucas y soy un amigo de Adela.

         Hoy voy a ir a una cueva con mi amigo Juan y merendaré allí. Me voy a llevar para comer un sándwich de mortadela, que me encanta y una cocacola, y además llevaré mi tablet por si la necesito.

         Mi amigo también me dice que por allí hay lava, pero yo no lo creo.

         Bueno, la cosa es que fuimos y nada más llegar empezamos a preparar nuestras cosas. Luego comenzamos a comer y de pronto se oyó ruido grande y extraño, como si se hubiera despertado algún ser enorme.

         Lo propio, paramos de comer algo asustados y vimos una sombra, que resultó ser la de un dragón.

         Salimos corriendo llenitos de miedo.

         Pero antes de nada os voy a describir como era el bicho aquel tan grande: era de color morado y tenía todo el cuerpo cubierto de escamas; sus ojos eran azules y tenías sus patas muy gruesas. Sin embargo, parecía suave.

         Pretendía yo llamar a alguien por medio de la Tablet, pero se me cayó por lo rápido que iba.

         Seguimos corriendo y de pronto sentimos una voz que decía:

-         Me llamo Boni. ¡Venid, venid, no tengáis miedo!

Nos detuvimos y despacito nos fuimos acercando a él.

Aunque seguíamos muertos de miedo, entonces me di cuenta que miraba mucho un trozo de mortadela que no me había comido y que estaba en el suelo.

Lo cogí y casi temblando se lo entregué.

Se puso todo contento y comenzó a comérselo lentamente y saboreándolo.

Desde aquel momento nos hicimos amigos y yo le prometí que cada semana volveríamos a visitarlo y le traeríamos un buen paquete de mortadela.

Como le gustaba tanto yo le llamé Mortadelo, cosa que a él no le agradó por la cara que puso; así que le dejé con el nombre que nos había dicho, el de Boni.

Y COLORÍN, COLORADO, el cuento de Lucas se ha terminado.

 

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