Sábado,
18 de agosto de 2018.
A
278 días…
¡VERDERÓN O PALANGANA!
La mayoría de los amigos íntimos, sin dar
motivos aparentes para ello, me llaman “palangana” con todas las connotaciones
deportivas y humanas que conlleva dicha etiqueta.
La verdad es que, el fútbol, aún
gustándome, no figura entre mis prioridades, en
cuanto a valores humanos de consideración y prestigio. Por ello, ni me
molesta, ni me enorgullece cierta nominación blanquilla. Lo mismo que si me
consideraran verderón, con las mismas connotaciones de su adversario deportivo,
Mi insignificancia personal hace que mi nombramiento en una u otra dirección,
no influya en los resultados, ni en los rendimientos deportivos y económicos de
ambos equipos sevillanos.
Ambas opciones, el beticismo y el
sevillismo, me parecen dignas de ser elegidas y
respetadas, siempre que no se conviertan en extremismos salvajes,
dañinos para los club, para el fútbol o para cualquier otro deporte.
Ser bético o sevillista es para los
seguidores forofos, bendición divina, regalo de los dioses, premio inmerecido,
deuda gloriosa a pagar durante toda una vida. No caben en estas historias del
beticismo o del sevillismo el desertar, el
abandonar o el huir.
Y
¿Cuál es el premio a tan alta y significativa entrega?
Podríamos señalar algún que otro:
el cantar a coro y a capella el himno de tus colores; el celebrar los éxitos y
los triunfos del equipo, el sentirse arropado en los momentos difíciles, en las
sufridas derrotas.
Amigos de y para siempre, seguid
encuadrándome donde os plazca, que yo seguiré guardándome mi derecho a elegir
libremente, eso sí, alejado del nefasto forofismo o del caduco fanatismo de los
ultras.
¿Verderón o palangana? Misterio a
desentrañar en una próxima entrega. Ja, ja, ja, ja.
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