lunes, 22 de octubre de 2018

Al rescate de Calabuig 2


Jueves, 16 de agosto de 2018.
A 280 días…

Y LA COPA DE EUROPA SE QUEDÓ EN MADRID.

GRACIAS PACO POR INVITARNOS A CONOCER “EL BOTÁNICO”.

   Lo sabíamos de antemano, la Copa de  Campeones de  Europa se  quedaría en Madrid, y se quedó hasta el año que viene, que Dios dirá.     
   
     Los rojiblancos ya tenían preparado en su casa Panda un importante huequecito para colocar el trofeo ganado con todo merecimiento. Los blancos, en esta ocasión sonrojados, esperarán momento propicio para rellenar el hueco que habían reservado para el perdido galardón europeo.

    Mientras, los periodistas españoles, criados en la parcialidad, en la subjetividad, en su tirar al monte de sus colores, se ensañaban con los perdedores o se pasaban en elogios de los vencedores. Para ellos no existe la mesura, el término medio, la objetivad, el relato fiel de un juego que peligrosamente se está convirtiendo en  uno de los más potentes motores de la cotidianidad humana. Y que decir de los seguidores, de los forofos, de los adictos, de los envenenados con unos colores, de las muestras hiperbólicas de llantos, risas, gestos de suma alegría o de exagerada pena o tristeza.

     Al  otro lado del escenario deportivo, la indiferencia, el “anti”, el pasar del fútbol y la crítica exacerbada al mundo futbolero. Desencuentros insalvables entre seguidores y enemigos de este singular deporte.

     Y a pesar de todo, la Tierra seguirá girando con absoluta  normalidad alrededor del Sol, los relojes seguirán marcando sus horas y el hombre, engreído reyezuelo terrenal, seguirá creyéndose ser dueño y señor de todo lo creado; y el fútbol, moderno circo, con todo su boato y parafernalia, terminará por sucumbir ante otros eventos humanos.

    Como apéndice culinario al comentario del día, sin tener ninguna relación con él, hoy, conocimos un nuevo local donde calmar nuestro apetito. Sito en Chipiona y recomendado por Paco, hermano de Carmen. Se trata del chiringuito “El Botánico”. La calidad de los productos tomados y el precio final de los mismo, bien mereció el descubrimiento. Acierto del varón  mayor de los “Confite” y, como le prometimos, no  haremos mucha publicidad del mismo con el fin de tener sitio en nuestras futuras visitas. Las pijotitas para celebrar, las sardinas para enmarcar, los calamares para no dejar ni uno, las coquinas y las almejas para chuparse los dedos, acompañándolas con numerosos barquitos, la ensalada para disfrutarla, las bebidas para calmar la sed, los postres para crecer en azúcar, el vinito dulce para saborear el néctar de la tierra y el precio  ponerlo en un marco y repetir la experiencia. Su dueño, José, experto camarero profesional, bien merece un reconocimiento compartido con el personal del local. 


     

     Mañana será otro día y, con él, llegará la nueva oportunidad de seguir en la tarea de cumplir “lo prometido” hace ya algunos meses. ¡Cómo pasa el tiempo!


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