miércoles, 10 de mayo de 2017

Mi modesto santuario








DESDE MI RINCÓN

    Tengo en mi casa un rincón,
donde mi sed de arte, calmo,
donde las nieblas del tedio,
de mi corazón espanto,
donde los duros silencios
se vuelven sonidos gratos
y los bárbaros sonidos,
suenan como hermosos cantos.

     Desde mi amado rincón,
refugio, íntimo santuario,
exprimo jugo a la vida,
rompo los tercos horarios,
y visto mi sereno hacer
con aromas cotidianos,
devolviéndole a las cosas,
sus olvidados encantos.

     El tiempo vuela deprisa
en éste rincón soñado,
cuando mis manos, mi mente
buscan atinados trazos;
cuando la dúctil palabra,
esencia de libro extraño,
con despabilados ojos,
poco a poco, desentraño;
cuando las sencillas notas
de mil armoniosos cantos,
con pátina de imborrables
en mis oídos, yo guardo,
y cuando la nada inunda
rincón íntimo, sagrado,
y yo, mis humanos sueños
en fiel velero,  yo embarco,
y un frasco de fantasías,
sin temores, yo destapo.

     Tengo en mi casa un rincón
donde feliz, yo trabajo.    


     El Viso del Alcor, 9 de agosto de 2004


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