martes, 24 de enero de 2012

Versos encarcelados

LA CÁRCELES DE HOY

Las cárceles de hoy en día,
son un puro sucedáneo
de las prisiones arcaicas
que los hombres idearon,
para vejar a los hombres,
para purgar malos actos,
para sembrar la muerte,
para callar libertarios,
y nada tienen que ver
con las cárceles de antaño.

Sólo una sombra las une,
en su periplo macabro,
son amos de la libertad
del reo, del condenado.

Las cárceles de hoy en día,
son paraísos cerrados,
son jaulas de tez moderna,
son tenebrosos palacios,
son monstruos arquitectónicos,
son arcas del desahuciado,
donde nada se echa en falta,
ni lo eterno, ni lo humano,
ni el deporte, ni los libros,
ni la tele, ni la radio,
ni el condumio, ni los juegos,
ni el estudio, ni el trabajo,
y, si me apuran un poco,
ni el sexo, tan necesario,
sólo una maldición ronda,
estos lugares sagrados,
la falta de libertad,
el mayor bien del humano.

Una estólida pregunta,
hoy vuela por mi tejado,
por mi pobre y necia mente,
como un terco pajarraco:
¿Sirven estas nuevas jaulas
para curar condenados,
para sanar asesinos,
para limpiar el mercado
de pederastas infames,
de ladronzuelos y cacos,
de criminales de género
y de humanos sanguinarios?

Aquel que tenga respuestas,
que las cante alto y bien claro
que, los humanos de bien,
las estamos esperando,
en las calles, en los pueblos,
dolidos, desesperanzados.

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