lunes, 23 de mayo de 2011

Versos de seriedades

En tiempo de espera e incertidumbres, os dejamos este ramillete de versos que no debéis tomar muy en serio a pesar de su título.

SERIEDADES

En una tarde de mayo,
que el calor te hace cobarde,
que demandas, angustiado,
el correr de un fresco aire,
que alivie el fuego ardor,
el hechizo insoportable,
de unos grados embravados,
sectarios intolerantes,
me dio por desentrañar,
poema de seriedades,
al lado de la modestia,
de la que nada se sabe.

Con los versos de ocho sílabas,
rimados en asonante,
compuse breve catálogo,
de las muchas seriedades,
que los humanos mostramos,
en toscos escaparates,
seriedades de altos precios,
seriedades de vinagre,
seriedades de rutina,
seriedades honorables,
seriedades oportunas,
seriedades impensables,
seriedades escogidas
de una lista interminable.

La seriedad en el vestir,
en estos locos instantes,
a pocos, les cuesta nada,
para otros, es detestable,
para los de arriba, dogma,
para el pobre, disparate.

La seriedad del político,
del astuto gobernante,
no es monedita de ley,
es calderilla flotante,
cuando promete mil cosas,
que imposibles eran antes.

La seriedad en el hablar,
con palabras rimbombantes,
robadas a un diccionario
por un fatuo petulante,
es canción a desechar,
cantinela inaguantable.

La seriedad del banquero,
de los dineros, amante,
tiene guasa, sabe a chasco,
y con él, no te resbales,
que perderás la camisa,
y toditos tus caudales.

La seriedad del artista,
del trajinero del arte,
de los cuentistas aupados,
a los públicos altares,
hay que borrarla del mapa,
hay que cambiar sus modales.

La seriedad de los serios,
doctores en seriedades,
ni me gusta, ni me sirve,
ni me agrada, ni me vale,
y por mucho que se arregle,
no hay cristiano que la aguante.

La seriedad del poeta,
es sueño, puro dislate,
si piensa que su verso es,
apetecido diamante,
sabiendo como sabemos,
que de versos, nunca hay hambre.

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