68 . ¡ BUENOS DÍAS, MARCELA ! ( II )
( El sueño de ser habitante del mundo )
¡ Buenos días, MARCELA !
Por eso hoy, apreciada Marcela, y desde ayer y mañana, quiero ser habitante del mundo.
De verdad que al cualquier bien nacido ha debido zamarearlo esta catástrofe de Centroamérica. A mí me han impresionado esas fotografías de cuerpos desnudos, ya sin vida, mezclados con el barro,,,, esas imágenes de la tierra rompìéndose y arrastrando el agua todo lo que encontraba a su paso..., esa violencia que llevaba; esas miradas idas de los supervivientes, envueltas en un silencio que encierra el grito más desgarrador, que es el de la impotencia.
Y después del desastre natural, de sus secuelas, la aparición en algunas zonas de del desastre artificial y humano de las minas, puestas allí como monstruos seguir colaborando con nuestra propia destrucción.
¡Qué difícil obtener el perdón!
Aunque no creo que sea demasiado bueno quedarnos con el papel de plañideras, con rosario de quejas, con la letanía de la búsqueda de culpables, con el remordimiento de que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, ni de aquello está bastante lejos de aquí, que más lejos está la Luna y muchas veces nos empeñamos en alcanzarla y hasta tenerla con nosotros.
Es hora de ser habitante del mundo, y por tanto, es tiempo de solidaridad y de que cada cual arrime su hombre de acuerdo con sus posibilidades.
No, no voy yo a caer en la locura de pedir a nadie lo imposible, el heroísmo, la generosidad suprema, la santidad..., Además, ¿quién soy yo para pedir a nadie, nada? Y menos en tiempos de dar.
Y mi deseo se convierte en sueño,
Sueño con que el cristiano, además de elevar su oración a Dios, no se olvidará de las Cuentas que Cruz Roja tiene abiertas para ingresar algunas pesetillas.
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