martes, 18 de febrero de 2025

¡ BUENOS DÍAS, MARCELA !


65  .-  ¡ BUENOS DÍAS, MARCELA !

( El Servicio Militar o la pajolera "mili" )

                    ¡ Qué conste, Marcela, que a mí no me pasó nada extraordinario en la mili! Bueno, casi nada.
                    Y de los consejos que recibí, de las cosas que decían, de lo que yo me imaginaba...; unos me sirvieron y otros no, unas se cumplieron y otras no, y la realidad, tristemente superó a mi imaginación.
                    "Ni tonto, ni listo", me aconsejaron. Así lo hice y pasé casi siempre desaperibido.
                    "No prestes dinero al que dice ser tu amigo, porque posiblemente perderás lo que prestaste y a tu amigo", no seguí esta advertencia y lo hice, y en mi se cumplió el dicho.
                    "No preguntes", me apuntó otro y que razón llevaba aquel. El que preguntaba al superior se encontraba con un "tú mismo" y te tocaba limpiar la Compañía.
                    "Te hacen un hombre". Por supuesto que sí, `pero más vago, más mal hablado, aprendiendo a una velocidad increíble el arte del "escaqueo", de la pillería, pues si desaparece u gorro, consigues con malas artes dos, aunque tengas que meter a tu compañero en las letrinas.
                    "De voluntariado y generosidad, nada". Cuando tu sargento, por ejemplo pide voluntarios para algo en un momento de descanso, en un dormitorio con casi todas las camas ocupadas, en un abrir y cerrar de ojos, como por arte de magia, se encuentra en la más absoluta de las soledades. ¿Dónde se mete la tropa y cómo desaparece? Nadie lo sabe, pero esto sí que aprende solo.
                    La mayor satisfacción es encontrar un buen destino y el pasatiempo más agradable es el de contar los días que faltan para te entreguen la "Verde", que de este color en la cartilla de tu licencia, para terminar y olvidarte de esta pesadilla.
                    ¡Tan sólo saqué algo bueno de todo este embrollo! Que aprendí a valorar a los míos, a mi hogar y a los guisos qu me hacía mi tía Carmen.
                    Al final cuando te veías lleno de alegría con la verde en tus manos, con esa mencionaba cartilla en que te indicaban que estabas licenciado, te parecía mentira, e inmediatamente venía a tu mente el año que habías perdido de tu vida.


                                                                   (Mili en Melilla)
                    
                                                  El Viso del Alcor, 18 de Febrero de 2025

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