JUEVES, DÍA 31 DE DICIEMBRE
FIN DE AÑO AL SON DE CAMILO
Como él no organizó nuestro festejo de fin de año a su manera, en esta ocasión se dio las trazas para preparar una "camilada", que veremos por donde nos sale económicamente y además en época de crisis.
A boca llena decía hace unos días, cuando ya empezaba a preparar su cotarro, que el año anterior se había tomado los dos "manchaítos" más caros de su vida, pues le había costado dos mil duros. Claro que la bondad del personal sólo se atrevió a decir: son cosas y decires de Camilo.
Cosa curiosa y digna de decir es que no hubo de nada y sin embargo, sobró de todo, de acuerdo con el sentir de la mayoría.
La verdad sea dicha es que según estos se pasó fenomenal y si hubo algunos que se aburrieron, para otros y no pocos, mejor que nunca. Aunque él no estaba detrás de la cuestión.
Este año hemos tenido que comer allí, no con la familia, teniendo que ausentarnos del lugar de celebración para tomar las uvas en casa de Rosa y Clemente y hemos tenido también que poner excusas para salir de vez en cuando. Por supuesto que se pasó estupendamente, porque uno quiere pasarlo bien sencillamente; pero en un ambiente demasiado forzado, bastante artificial.
Eso sí, las bocas de Camilo no han faltado, ni las mejores gambas del mundo, ni los langostinos tigres, ni tampoco las cañaillas, ni el mejor jamón, ni la mejor pata mechada..., y además con tal cantidad para vernos obligados a terminar todos los excedentes el día siguiente, casi por obligación, porque con tanta hambre que hay en el mundo quién se atreve a tirar estos manjares.
Luego habrá que hacer las cuentas y vendrán algunas protestas, pero nadie se atreverá a ponerle el cascabel al gato, entre otras cosas, porque son las cosa de nuestro buen amigo Camilo.
Y a pesar de los pesares, nadie podrá quitarnos lo "bailao".
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