11 .- ¡BUENAS NOCHES, COHETE!
¡BUENAS NOCHES, COHETE!
Cohete de anochecida, pregonero instantáneo de algún festejo popular. Alegría y miedo ruidosos para la gente menuda que causa risas y llantos, silencios y búsqueda de regazos maternales.
Cohete de proceso repetido en la noche, que en tu primera aparición, a veces, nos asustas, por inesperado y por estar ensimismado en otro de nuestros numerosos mundos; cuando repites y nuestros ojos se dirigen a ti esperando que aparezca otro de los tuyos en la negrura de la noche, y te vemos y oímos suavemente primero como estrella que desaparece inmediatamente, para en un mínimo y fugaz instante, explosionarte y romperte ruidosamente, brusco y seco, al convertirte en humo que va despareciendo por el empuje del aire y que provoca un salto en nuestro corazón.
Y si te tenemos cerca, pregonas tu ascenso con un silbido característico hacia los cielos que termina, como agonía, con el estallido de luz y ruido que produce tu muerte. Ya sólo te queda tu vestidura larguirucha balanceándose en su descenso hasta ser recogida por cualquier rapaciño o quedarse a dormir en los tejados o las copas de los árboles frondosos.
¡Buenas noches, COHETE!
Que en tu noche grande te vistes de galas multicolores y que en tu más bella sesión de transformismo llenas tu cielo de figuras de ensueño que despiertan desde la niñez a la senectud humana una de las más mágicas admiraciones. Es hermoso verte como te rompes sucesivamente, cambiando de vestiduras cromáticas, ensanchándote cada vez más y ganándole espacio al mismo cielo, iluminándolo en noches de ensueños en forma de gigantescas palmeras de luz de efímera vida real, pero que quedarán impresas en el arcón de nuestros recuerdos. Eres como la gimnasta o bailarina que en sus ejercicios libres nos muestras lo más inspirado de su arte, componiendo formas, figuras y colores múltiples que llenan de encanto nuestra sensibilidad.
¡Buenas noches, COHETE!
Que con tu magia nos das la impresión de que el espacio, preñado de felicidad, estalla en color y da a luz multitud de estrellas, que temerosas de nuestra humanidad se alejan envueltas de humo en la búsqueda de mundos mejores, de sueños infantiles, de mundos de fantasía y necesarios.
Que con tu ronca voz sigues siendo el más bello y eficaz pregonero de nuestras fiestas, habiéndote convertido en muchas de ellas en el importante protagonista en las horas de su ocaso. Y que pasada tu noche de fuego y luz, ya nadie te siente,
¡Buenas noches, COHETE, voz de todas nuestras fiestas.
El Viso del Alcor, 18 de Noviembre de 2024
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