VIERNES, DÍA 23 DE OCTUBRE
LA REBELDÍA SIN SENTIDO
Es un hecho intrascendente, pero que sin duda refleja en parte actitudes de la juventud actual, no en su totalidad, pero sí en algunos de sus componentes. Y es que estos empiezan a creerse que son intocables y que entienden que el respeto nada tiene que ver con uno mismo.
Se juega en el Polideportivo Municipal un encuentro sub-23 de baloncesto entre un equipo representativo de nuestro pueblo y otro de la Lantejuela; el partido es de claro color visueño, y el entrenados va dando entrada a todos los jugadores de la plantilla, que la componen doce y en el terreno de juego, solamente cinco. Los teóricamente mejores son cambiados y sentados en el banquillo, aceptando el hecho con absoluta normalidad; pero salta la chispa cuando a uno de ellos lo quiere sentar y él dice que no se va sorprendentemente, y lo que es peor, comienza a dar voces y a amenazar, hecho que es seguido por otros que están fuera, armándose la marimorena.
Lamentable espectáculo que merece la repulsa de los espectadores que nos encontramos y que lleva a levantar comentarios, como aquello de que la ropa sucia hay que lavarla en privado y no públicamente.
En mis tiempos los reservas queríamos jugar también, lógicamente; pero teníamos asumidos lo que éramos, porque sentíamos los colores que defendíamos, reconociendo al mismo tiempo que había jugadores mejores que nosotros, siendo incapaces de armar tales escándalos.
Todo no va a ser mejor ahora, ni por supuesto peor que antaño, pero la pura y dura realidad estaba allí y por eso es justo contarla.
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