295 .- NOSTALGIA DE MAR
Mi Vega de los alcores
se ha sentado a meditar,
con trigos y girasoles
sus añoranzas de mar.
se ha sentado a meditar,
con trigos y girasoles
sus añoranzas de mar.
En barco de fantasía,
sin temor a naufragar,
inventó ser marinera,
en viejo mar de cristal.
Navegó a tiempos perdidos,
oculta en la pleamar,
para hurgar en sus entrañas,
y descubrir su verdad.
Fósiles de caracolas,
y pulseras de coral,
le sirven de pasaporte,
en su incierto navegar.
Terrones, viejas salinas,
hurtadas de blanca sal,
guijarros, fondos marinos,
olvidados de rodar.
Lágrimas de pesadumbres,
de imposible vuelta atrás,
resbalan por las laderas,
del faro de la Tablá.
Campos de espigas doradas,
disfrazados de ancho mar,
mecen su áurea espuma,
a orillas de la Aluná.
A los cielos alcoreños,
nubes de estrellas vendrán,
a reflejarse en la Vega,
como estrellitas de mar.
Bajeles de blancas velas,
estelas dibujarán,
delfines de girasoles,
que enamoran al saltar.
Mi Vega sigue soñando
en su tierra, con la mar,
cuando los alcores eran,
miradores y orillar.
Mi Vega rompe sus sueños,
en jirones de cristal,
malaya sea la ladrona,
que le robó su gran mar.
sin temor a naufragar,
inventó ser marinera,
en viejo mar de cristal.
Navegó a tiempos perdidos,
oculta en la pleamar,
para hurgar en sus entrañas,
y descubrir su verdad.
Fósiles de caracolas,
y pulseras de coral,
le sirven de pasaporte,
en su incierto navegar.
Terrones, viejas salinas,
hurtadas de blanca sal,
guijarros, fondos marinos,
olvidados de rodar.
Lágrimas de pesadumbres,
de imposible vuelta atrás,
resbalan por las laderas,
del faro de la Tablá.
Campos de espigas doradas,
disfrazados de ancho mar,
mecen su áurea espuma,
a orillas de la Aluná.
A los cielos alcoreños,
nubes de estrellas vendrán,
a reflejarse en la Vega,
como estrellitas de mar.
Bajeles de blancas velas,
estelas dibujarán,
delfines de girasoles,
que enamoran al saltar.
Mi Vega sigue soñando
en su tierra, con la mar,
cuando los alcores eran,
miradores y orillar.
Mi Vega rompe sus sueños,
en jirones de cristal,
malaya sea la ladrona,
que le robó su gran mar.
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