jueves, 12 de septiembre de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992

 
MIÉRCOLES, DÍA 28 DE OCTUBRE

MENUDO SUSTO DEBIÓ LLEVARSE

                    Cuando llegué a casa del Colegio, nada más entrar, lo primero que me dijo fue: "He tenido un accidente" y pensé en lo malo; pero afortunadamente no iban los tiros por donde temí en un instante. Y cuando me lo contó me quedé más tranquilo.
                    Había golpeado con el coche el soporte de una farola y reventó una de las ruedas delanteras.
                    Creó que paso más apuro por no saber cómo solucionar el problema al verse sola. Menos mal que todavía hay gente buena que acude en ayuda en estos casos; una estupenda mujer buscó a un amigo de su hijo, de esos que venden tabaco en los semáforos y no sólo le ayudaron a poner la rueda de repuesto; sino que como estaba deshinchada de no haberla puesto ni mirado nunca, tuvieron que ir primero a ponerla en condiciones. Las mil pesetas que les costó el arreglo de la misma y las otras mil con la que obsequió a los que la sacaron del apuro, pienso que fueron bien empleadas, por lo menos para ella, ya que la sacaron de un terrible apuro, que aún se vio agravado  cuando no encontraban ni el gato ni las herramientas para colocarla, ni tampoco se le ocurrió mirar en el librito de las instrucciones de la guantera para localizar las anteriores.
                    El coche a consecuencia del golpe tiene algún problema en la dirección, pues el volante da la impresión de que se te va y tienes que agarrarlo con fuerza. Tendremos por tanto que llevarlo al taller nuevamente; pero afortunadamente no paso nada importante.
                    Lo que no me cabe duda tampoco es que el regreso hasta el pueblo se le haría eterno, pues corrió bastante riesgo; por todo ello no me extrañó, que debido a la tensión, nada más llegar a casa, sin comer nada se acostara, para intentar olvidar el susto que debió llevarse.


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