306 .- CARTA DEL TIEMPO A SANTA MARÍA DEL ALCOR ( II )
“Del Alcor, Santa María,
Virgen mía, a coronar,
antes de nada, pedidme,
con vuestra sacra humildad,
un obsequio, que yo, el Tiempo,
os quisiera regalar,
el día en que los visueños
os vayan a coronar,
entre lágrimas de gozo,
bendito y grato maná,
y recónditos suspiros
del más sublime cristal,
algo que os guste, Señora,
algo para no olvidar,
algo que despida aromas
de serena eternidad.
Por una vez en la vida,
vuestra llaneza, olvidad,
pedidme algún imposible,
algo difícil de hallar,
que estoy dispuesto, Señora,
a no rendirme jamás,
a buscar lo que pidáis,
lo que queráis, encontrar,
aunque a las lindes del mundo
tuviera yo que viajar,
aunque las leyes del tiempo,
tuviera yo que cambiar.
Por
una vez en la vida,
no penséis en los demás,
pensad en vuestra Persona,
en vuestra Imagen, pensad,
dejad que los nuevos tiempos,
preñados de sensualidad,
inventen lozanas formas,
en hora del celebrar,
dejen aburrida rueca
de monótono tic tac,
y los latidos del mundo
suenen a gran novedad.
Por una vez en la vida,
en este Alcor celestial,
reclamad que Pueblo y Tiempo,
renuncien a caminar
y, en éxtasis desconocido,
disfruten eternidad,
sean brisas y campanas,
aromas de la Tablá,
ricas aguas de la Muela,
frescores de la Aluná,
tierra de hermosa Vega,
Recoveras de amistad,
para sentir en sus hondos
el gozo de contemplar
a la Virgen del Alcor,
Dama de suma beldad,
Madre y Reina Coronada,
¡Para que desear más!
Virgen mía, a coronar,
antes de nada, pedidme,
con vuestra sacra humildad,
un obsequio, que yo, el Tiempo,
os quisiera regalar,
el día en que los visueños
os vayan a coronar,
entre lágrimas de gozo,
bendito y grato maná,
y recónditos suspiros
del más sublime cristal,
algo que os guste, Señora,
algo para no olvidar,
algo que despida aromas
de serena eternidad.
Por una vez en la vida,
vuestra llaneza, olvidad,
pedidme algún imposible,
algo difícil de hallar,
que estoy dispuesto, Señora,
a no rendirme jamás,
a buscar lo que pidáis,
lo que queráis, encontrar,
aunque a las lindes del mundo
tuviera yo que viajar,
aunque las leyes del tiempo,
tuviera yo que cambiar.
no penséis en los demás,
pensad en vuestra Persona,
en vuestra Imagen, pensad,
dejad que los nuevos tiempos,
preñados de sensualidad,
inventen lozanas formas,
en hora del celebrar,
dejen aburrida rueca
de monótono tic tac,
y los latidos del mundo
suenen a gran novedad.
en este Alcor celestial,
reclamad que Pueblo y Tiempo,
renuncien a caminar
y, en éxtasis desconocido,
disfruten eternidad,
sean brisas y campanas,
aromas de la Tablá,
ricas aguas de la Muela,
frescores de la Aluná,
tierra de hermosa Vega,
Recoveras de amistad,
para sentir en sus hondos
el gozo de contemplar
a la Virgen del Alcor,
Dama de suma beldad,
Madre y Reina Coronada,
¡Para que desear más!
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