302 .- CARTA DE UN MODESTO POETA A SANTA MARÍA DEL ALCOR
“Harto difícil resulta,
encontrar justa
palabras,
cuando el hombre se dirige
a la más egregia
Dama,
Señora de los
Alcores,
Virgen y Madre
adorada.
Mas, los vientos
del amor,
abren cerradas
ventanas,
y los aires de la
Vega
inventan nuevas
mañanas,
donde los oscuros
miedos,
galanes de horas
ingratas,
se marchan
despavoridos,
dando paso a la
esperanza
y a la fugaz
osadía,
puertas de la dicha
humana.
Alcora, Reina del Cielo,
Madre nuestra,
Inmaculada,
aunque falta no te
hiciera,
leed despacio mi
carta,
descubrid, poquito a poco,
las flaquezas de mi
alma
y, sí por bien lo
tuvierais,
ayudadme a superarlas,
y como don
inmerecido,
colmadme de vuestra
gracia,
para así, saborear,
con apetecida
calma,
los aromas, los
efluvios
que de tu corazón,
manan.
Sé, que una y miles de veces,
fuisteis, Madre,
coronada,
pero nunca en los
Alcores,
tierra de verdad
mariana,
recibisteis el
honor
de ser su mayor
Luminaria,
el más hermoso
Lucero,
la Mujer mas
venerada
y, por si ello poco
fuera,
ahora, Reina
Coronada,
de este bendito
Alcor,
para ti, eterna
morada.
Antes de finalizar
ésta, mi sincera
carta,
quisiera, en mi
alba locura,
pan de condición
humana,
dedicarte, Alcora
mía,
una sencilla
plegaria,
invocación retejida
con retazos de
vieja alma,
posos de honda
gratitud,
que en mis
adentros, reclaman
amor, justicia,
verdad,
bondad y firme
esperanza:
“Alcora, Reina del Cielo,
Madre y
Virgen Coronada,
socorred,
sin dilación,
al olvidado
que clama,
al manso
desheredado,
a los
borrados del mapa,
a los pobres
marginados,
a la
infancia maltratada
e interceded
por nosotros,
pobres
almas, descarriadas,
ante el Hijo
que acunáis
entre
vuestras manos santas”.
Vayan mis felicitaciones,
vuelos de palomas
blancas,
pétalos de blancos
nardos,
rezos de diáfanas
almas,
suspiros de alba
romera,
risas de alegres
mañanas,
brisas de sueños
romeros,
cantos de amor y esperanza,
vayan para ti, mi
Reina,
dulce Alcora
Coronada,
la osadía de mis
versos,
la audacia de mis
palabras,
mis secretos
sentimientos
y mis más sinceras
lágrimas,
gotas de hermoso
rocío,
por ti, Virgen,
derramadas,
para regar los
silencios
que en mi corazón,
guardaba”.
El Viso del Alcor, 15 de Septiembre de 2024