jueves, 11 de julio de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992

 
LUNES, DÍA 14 DE SEPTIEMBRE

MAÑANA COMIENZA OTRO CURSO ESCOLAR, EL DE LOS TREINTA AÑOS DE SERVICIO

                    El año después de la Expo de Sevilla y de la Olimpiada de Barcelona, 1993, que se anuncía como poco halagüeño y que ya va cantando lo que puede ser desde este 92, nos llevará a cumplir el décimo trienio en el Magisterio. Treinta años que comienzan a ser demasiados en cualquier actividad, y no iba a ser menos en esta profesión nuestra, la de verse todos los días con los chicos, tratando de instruirlos y sobre todo formarlos, despertar en ellos una serie de valores, que en la sociedad actual, a veces resulta harto difícil el transmitirlos.
                    Mucho y muy deprisa, demasiado, ha cambiado todo desde que nos vimos por primera vez con un grupo de pequeños hasta ahora. Melilla, Ronda, Peralveche o Castejón de Henares, Tocina o El Viso del Alcor, confirman un capítulo de nuestras vidas de la que sólo se posee en el recuerdo su existir; y en alguna que otra muestra material de escasa o nula importancia.
                    Lo que venga detrás está por ver y lógicamente será un espacio más corto, que conduce inexorablemente a la jubilación, palabra que puede encerrar o hacer brotar nostalgias, añoranzas y en algunos momentos hasta insatisfacciones, si uno no está preparado par sobrellevarla.
                   Treinta años de servicio, casi nada.



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