231 .- EL APRENDIZ DE DIABLO
CAPÍTULO SEXTO (Conclusión)
Ya va desapareciendo
esa risa tenebrosa.
En suelo quedó una mancha
que ninguno borrar logra.
Huélese en aquel lugar
una muy distinta aroma,
mezclas de olor a podrido
con el de miles de rosas.
A cuidar necesitados
dedica todas las horas,
niños, ancianos y enfermos,
por su dedicación, le honran.
Virtudes que antes odiaba,
ahora todas le coronan.
Fue tan notable su cambio
que sin darse cuenta, brotan
y siempre que lo reclaman,
sus favores, él otorga,
para alcanzar el Paraìso
del que salió con gran tropa,
de ángeles más que rebeldes
que a su mismo Dios no adoran
y que desde aquel suceso
es lo que más añora.
El reunirse para siempre
con aquella fiel Señora,
con el Niño que sonríe,
que ella en sus brazos soporta.
Y vivirá eternamente
con una condición sola,
hacer el bien a los demás
sin que nadie le conozca,
por ello será llamado
el Diablo Buena Persona.
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