182 .- EL VENDEDOR DE SONRISAS
CAPÍTULO TERCERO
Este ameno vendedor
es persona muy querida,
por todos los habitantes
de aquella hermosura de isla
y por los muchos viajeros
que en el estío la visitan;
pero como lo feliz
plato es de efímera vida,
un año no se presenta
y mil rumores suscita
esta ausencia inesperada
del que vende la sonrisa.
¿Habrá finado de pronto
el bueno del señor Villa?
Seguro que se instaló
en la playa de otra islita,
dice con cierta nostalgia
aquel que es un pesimista.
Otro, con muchas razones,
inventadas muy deprisa,
acaba en la conclusión
de que la cosa tiene risa.
No faltan los agoreros
que dicen por las esquinas
que ausencia tan importante,
a ellos, les da mala espina;
al que con mucha esperanza
otro vecino replica,
que perder la fe no es bueno,
mientras dura la partida,
que hasta el rabo todo es toro,
dicho de gente taurina,
que el tal Villa no es villano
y mañana será otro día,
pudiendo él, aparecer
montado en blanca barquita,
como por prima vez lo hizo
el día de Santa Cirila,
patrona de este lugar
y de una hermosa sonrisa.
El Viso del Alcor, 20 de Mayo de 2024
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