155 .- ¡ADIÓS, PALOMA MÍA! ( II )
La paloma en soledad
y con ojos asombrados,
lentamente, su cabeza
raro escorzo ha dibujados,
rompiéndose la armonía
de aquel suyo cuerpo alado,
quedando en la techumbre,
cruelmente desangelado.
Han pasado varios días
y yo la sigo mirando,
me atrae aquel cuerpo informe,
ligeramente alterado
por las fuertes ventoleras
que el loco levante trajo.
Todavía puedo ver su ojo,
como alfiler bien clavado,
en su cabeza torcida,
que no mira a ningún lado
Su palomo ya no viene,
otro amor se habrá buscado;
tan sólo pequeños pájaros
páranse allí, por descanso,
ignorando que la muerte
dejó su huella en el tejado
de aquel pequeño servicio,
todo pintado de blanco,
cuyo techo cubrieron
con ennegrecido cáñamo,
donde murió una paloma,
como le ocurre a los santos,
que con el pasar del tiempo,
muchos quedan olvidados.
El Viso del Alcor, 22 de Abril de 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario