148 .- PESADILLA (Acudimos hoy a un soneto)
A poco que me durmiera yo un día,
después de una agotadora jornada,
como si fuese una broma pesada,
soñé que un cruel monstruo me perseguía.
Si yo volaba, él mucho más corría,
sus bufidos dejaban mi alma helada,
su fuego ponía mi piel chamuscada,
y encima, el cretino, de mí se reía.
Cuando mi situación era angustiada,
pues aquel monstruo casi me comía,
sonó un fuerte golpe y una risotada.
Mi corazón bruscamente latía,
de mi madre fiel era la llamada,
desperté y sentí una gran alegría.


No hay comentarios:
Publicar un comentario