114 .- CORRE, CORRE QUE TE PILLA ( II )
Cuando de pena se queja,
el contento la acaricia,
despertó de marga siesta y
dibujo una sonrisa
en su carita de niña.
Mas la tristeza no deja,
n su afán de perseguirla,
corre con todas sus fuerzas,
para otra vez malherirla
y deteriorar su vida.
La alegría no desespera
y redobla su energía,
saca fuerzas d flaqueza
y nunca da por perdida
esta permanente riña.
Y de esta absurda manera
va transcurriendo su vida,
unas veces con tristeza
y otras con dulce alegría,
con el corre que te pilla.
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