miércoles, 21 de junio de 2023

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO

                                                             LA VUELTA A CASA

                El regreso, en el AVE, con absoluta normalidad y, como debe ser siempre, sin incidencias a reseñar. Una pequeña anécdota. En el viaje de ida, el cansancio del madrugón, no robó los ánimos para la partidita de cartas del “Continental”, quedando relegada ésta para la vuelta a Sevilla; pero eh aquí que, confiamos, antes de tiempo, en la reserva de una de las mesitas de nuestro vagón, y no fue así, imposibilitando en “encuentro”. ¡Otro viaje será! Como inauguración, por nuestra parte, del AVE, la experiencia fue bendecida y, al tiempo, elegida para nuevos y futuros desplazamientos. 

               La siempre singular Amparo nos esperaba en Santa Justa para llevarnos, en el amplio coche de su tío, al pequeño enclave visueño, El Viso, más que enano en comparación con la gran urbe madrileña recién visitada. Hacía más de 50 años de la última visita a la capital y algo, mucho, ha cambiado. 

 

                    Gracias a los humanos motores e inventores del mágico regalo a estos expedicionarios cumpleañeros que, por primera vez, viajábamos juntos, las dos parejas. De negativo, su brevedad y su rápida consumición. 

 

                      Ojalá el capítulo viajero nuestro no termine aquí y podamos gozar de nuevas idas y venidas a remotos lugares, conocidos o desconocidos, siempre acompañados de familiares o amigos, que también tienen derechos a redescubrir y disfrutar del mundo que nos rodea. Ojalá, maleta en ristre, no perdamos nunca la ilusión de viajar, rebasando las fronteras de Carmona o de Mairena, sin olvidar nuestros cercanos encuentros con el añorado mar, a ése que, desde hace algún tiempo tenemos algo abandonado. 

 

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