martes, 13 de junio de 2023

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO

Sábado, 23 de marzo de 2019

A 62 días de las BODAS DE ORO

                                       OCTOGENARIOS  ( II )       

          Y el programado Festejo llegó con sobradas expectativas de bondades previstas. Transcurrió, como había de ser, cargado de sorpresas, gratitudes y bien estar y concluyó, como esperábamos, con el regusto de algo especial e irrepetible. A continuación, los detalles, la Crónica Oficial, publicada en nuestros adentros con letras bien clara y con MAYÚSCULAS, con la obligación de no permitir ni el mínimo olvido. 

         Nos haría falta ensartar, en este momento, de este prolífico texto, una buena música de fondo, compañera y complemento del mismo. Su falta podremos suplirla con grandes dosis de imaginación que, con seguridad, no nos faltan. 

              Si, la bondad de las celebraciones, se midieran por el número de SORPRESAS ofrecidas, por el desconocimiento casi total del guion, de lo por acontecer, por parte de los homenajeados, o por la masiva y activa participación del público asistente, estaríamos ante una EXCELENTE CELEBRACIÓN. 

          Primer aldabonazo SORPRESA. Al salir de casa para dirigirnos a la Finca de la Ponderosa, Auxi, con su acostumbrada tozudez, en su papel de pertenencia al grupo organizador del evento, se empeñó en marcarnos el tiempo de la salida, ni un minuto ante, ni uno después. En día tan especial y por evitar “torceduras”, aceptamos su propuesta.  A pie, unos pocos, todos ellos cómplices “compinchados”, menos nosotros, nos encaminamos Corredera arriba y principio de calle Rosario. La luz se hizo poco a poco, caminábamos hacia la calle “Hnos. Calabuig”, la nuestra, la de los ya OCTOGENARIOS, sin pensar en lo que nos íbamos a encontrar en ella. Emotivo encuentro con toda la familia, oculta en nuestra calle. Abrazos, besos, lágrimas, pañuelos al aire, gafas de sol para el disimulo y remate fotográfico, en grupos y en conjunto total. 

          De las fotos, al campo, el Día promete. Llegados a la finca, lugar de celebración, los saludos de rigor con Cordero, dueño del catering “La Vega” y como parte programada, recepción de los invitados, antes de los “actos oficiales”. El tiempo cogió carrerilla y casi se pasa de largo. Dieron las dos de la tarde y dimos paso a la “PALABRA”. En principio, a las nuestras. Como casi siempre me tocó abrir el fuego y como, en mis últimas intervenciones públicas, fui breve en el decir, compartiendo prosa y verso. Prosa para la gratitud y versos para los ochenta años cumplidos. Pepe nos regaló su pedagogía de siempre. Nos dio a conocer los orígenes de la familia “Calabuig” para mejor conocernos y amarnos. Abuelos, padres y hermanos salieron a la palestra y, si quisiéramos creer en algo más elevado que las simples coincidencias, en el justo momento de hablar de nuestra hermana Cuqui, aparecieron, en el salón, invitados muy especiales, no esperados, su hijo José Ángel, su nieto Josito y sus respectivas parejas, la muy querida “brujita” Ángela y la futura de su hijo, Carla. Interrupción, aplausos, abrazos y besos de los más cercanos y continuación de la palabra con cierta aceleración y crecida emoción. Este primer juego terminó con las palabras sinceras, cariñosas y oportuna del, como nosotros, aspirante a aprendiz de poeta, Antonio Blasco, cada vez más “hermano” en las relaciones afectivas entre nosotros. Luego, en un después no muy lejano, llegaron más palabras, más canciones, más sorpresas que fueron engrandeciendo la festiva y familiar reunión. 

             Un alto, un rellenar los estómagos con buenas viandas y refrescantes bebidas y una imparable y cada vez más sorprendente continuación. 

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