Miércoles, día 13 de septiembre
ECOS
DE UNAS FIESTAS PATRONALES
Veinticuatro horas después de la fiesta mayor del pueblo aún quedan comentarios elogiosos acerca de la misma, destacando la gente lo bien que habían transcurrido, sin apenas incidentes, ni siquiera sin importancia; lo que se había disfrutado en los cada vez más consolidados “potajes”, que se van acompañando sin que pierda protagonismo el “garbanzo”, de otras variadas viandas que son igualmente devoradas.
Lo bien que fue acogida la entrega de la medalla de oro y el bastón de alcaldesa a Santa María del Alcor, nuestra Patrona, en un acto multitudinario que incluía todo tipo de ideologías políticas, porque la mayoría quiere entender que un acontecimiento de este tipo nada tiene que ver con ellas, como lo demuestra el hecho de que un simpatizante comunista hacía auténticos juegos “malabares” por conseguir instantáneas de la Patrona, desde sus mismos pies y con riesgo de ser “aplastado”, una vez homenajeada.
Y elogios para la plaza de Sacristán
Guerrero, con su pequeña fuente central, que comienza a ser un orgullo de casi
todos, a excepción de los mismos de siempre, que se entristecen con los éxitos
ajenos, como aquel que le parecía preciosa, pero que al no encontrar razones en
su contra, sólo se le ocurría decir que tenía que estar por su belleza en un
lugar más céntrico, junto al parque, por ejemplo.
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