Domingo, día 13 de agosto
PARA SEGUIR EL RITMO, DOMINGO SIN PLAYA,
PORQUE HAY TANTA GENTE QUE CASI EL CUPO SE CUBRE
Tenemos la costumbre, como si de una huida se tratara, de ir a una parte de la playa que se llama el Hoyo, pasada la Central, donde se aglomera todo el personal; precisamente por esto, porque no amamos el gentío, sino lo contrario, la tranquilidad, algo así como buscar que nadie interrumpa nuestra intimidad ni nosotros interrumpir la de los demás.
La cosa va dando resultado, pero como todos somos hijos del Señor, cuando llega el domingo, todo el mundo tiene derecho a pasar un rato en la playa y a coger el coche o el autobús y por todos los medios ponerse “tostao”.
¡Qué tontería! Cuando ahora lo que empieza a privar es la blancura y cuanto más lechosa, mejor. Total, que las playas, la Central y las del Hoyo, se llenan, se ponen a reventar y la tranquilidad se altera.
Fórmula de evitar esto…No, jamás se me ocurriría prohibirlo; aunque
tuviera poder para hacerlo. Se queda uno tranquilo en casa, que mañana será
otro día y así nadie molesta al prójimo. Y la confirmación de esta situación me
la dio Adela, ya que ellas se animaron y no pudieron entrar en el Hoyo,
teniendo que seguir a la siguiente, a la que llaman de la Casita Azul y con la
misma mala suerte de no encontrar aparcamiento, teniendo que dejar el coche en
la carretera, no por gusto, sino por el gentío que había en todas las playas.

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