domingo, 16 de abril de 2023

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Martes, día 8 de agosto

                CASA “MARCHENA” O BAR “MACARENA”

         Patio pequeño y bien alumbrado, alicatado y sin vecinos. Llegamos los últimos y los dueños cerraron el bar con nosotros. Sabe vender y no quiere aglomeraciones ni grupos, especialmente de vascos que tienen fama de buen yantar. Con su voz cadenciosa y su dibujada sonrisa cae bien al público. Su mujer  que aún conserva el luto desde el año pasado por la muerte de un hijo en la mar, sin perder su aire agitanado, es además de la matriarca, la cocinera. 

          Presumen de traer buen pescado de Portugal, así como el marisco, que por aquí escasea y no hay almuerzo ni cena que no concluya con  “amarguiña”, también del país vecino. Un vino rosado y bien frío de Huelva regó toda la cena y con un Eugenio de barba crecida y abandonada, con una monumental trompa desde el mediodía y su lengua medio trabada y suelta al mismo tiempo, de encargado del menú, aunque no comiera casi nada, pero sobresaliente en el beber en vaso bien ancho a base gin-lemon, con mucho demasiado hielo y recortes de limón natural, pasamos otra agradable velada gastronómica, a base de gambas, cigalas, chocos, almejas, rape, soldados, con mejor comer que los lenguados o acedías, salmonetes, patatas fritas portuguesas; sin olvidar el melón bastante dulce de postre. 



         Divertida velada, intranscendente como todas estas, sin ánimo de otro tipo que el de buen comer y tratando de que el material sea fresco y de buena calidad, que para eso se paga.

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