351 .- ENVEJECER
Mis manos se quebraron,
como frágil cristal,
cuando quise prender,
chifladura de atar,
los amores labrados
en yacente coral,
donde los siglos aman
gotas de eternidad.
Mis voces andan mudas,
como el viejo rosal,
que arrojaba silente
lágrimas de cristal,
cuando alguien le robaba
una rosa especial
que, desgajada y rota,
libaba su penar.
Mis ojos se cerraron,
portones de canto y cal,
para olvidar las luces,
las sombras del amor,
los rotos corazones,
las llegas del azar,
y el dolor que germina
la cruel realidad.
Mis pasos se pararon,
en un pobre portal
de un oscuro convento
que van a derribar,
para levantar otro,
al que viene detrás,
sangre, de nuestra sangre,
nueva sala de amar.
El Viso del Alcor, 16 de Abril de 2023

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