viernes, 14 de abril de 2023

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Domingo, día 6 de agosto

                PEDRUCHO, EL DE ISLA CRISTINA

      Tiene un chiringuito escondido entre eucaliptos y pinos, a mediados del camino de la playa Central. En las veces que hemos ido no tiene aglomeración de gente, que sí existirá en las horas de baños por ser camino que acorta distancia. Prepara un atún encebollado y con tomate que está riquísimo. De noche tiene, eso sí, un hándicap negativo, el de los mosquitos. 

         Algunas parejas  pasan de largo y se introducen en la negrura de la arboleda para hacer “eso” que la mayoría pensamos. Tiene Pedrucho en su negocio la lentitud de algunos artistas, del que no obliga a nadie, ya que el que acude a su chiringuito es porque así lo quiere. Pero si es famoso aquí y fuera del lugar es por su habilidad para contar chistes, anécdotas, historias de verdad y de humor y en todos los dialectos y lenguas del país. 

        Claro que en esta ocasión no estuvo como en otras y es que el programa de Canal Sur “Saque Bola”, al que fue sin éxito alguno, está descubriendo a tal cúmulo de chistosos casi profesionales, que nos vuelve demasiado exigentes a sus clientes. De tal modo que cada vez van a tener menos méritos estos relatos y peor, es que nos identifiquen con esos programitas, a todos con esta especie, cambiando la peineta, el mundo del toro y otros tantos tópicos por el del “chiste”. Pudiéndose dar el caso de que cuando alguien se encuentre con un andaluz, en lugar de preguntarle por su salud, le pedirá que le cuente un chiste, pero además que sea gracioso. Vamos, hasta exigiéndole que lo haga como sólo ustedes lo saben contar. Estableciendo un grado entre los andaluces, de serlo más o menos, según la gracia que su chascarrillo despierte en ellos.

       Olvidándose por nuestra parte aquello del que la tiene, me refiero a lo de la gracia, es porque la tiene hasta sin necesidad de buscarla, porque nació con ella, y el resto, cuando se pasa, resulta ser un “esaborío”, sea andaluz o chino y que no hay cosa más desagradable del que la quiere tener a la fuerza, que dicho sea de paso, no es el caso de “Pedrucho”.

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